Mi premio para quienes nunca ganan ningún premio

by Julen

224816133_efeef2f407Esto que de lo  que escribo quizá sea una estupidez. Cada cual con sus contradicciones. Quizá ésta que voy a explicar no haya por donde cogerla. Bueno, no pasa nada. Si quieres lo lees y si quieres no, faltaría más.

¿Hay alternativa al sistema de la popularidad basada en premios y reconocimientos? Parece que como humanos necesitamos palmada en la espalda y que alguien nos diga: ¡Buen trabajo! Nuestra salud emocional se construye a base de cariños y alabanzas. ¿Escribes un blog? Pues entonces seguro que necesitas fama y reconocimiento público, que la gente te lea, que el mundo se dé cuenta de que vales. Y coherente con ese enfoque, existe todo un amplio repertorio de premios a los que puedes optar.

En la lista salen los premiados. ¿Cómo iba a ser de otra manera? Reconocimiento para el gran público que ahora puede discriminar. El blog de fulanita ha recibido el premio, el de menganito está muy bien, el de zutanita lo han nominado para blog del universo. Así que aquella larga cola que existe sólo en la teoría recibe andanadas para volver al redil de la escasez. ¿Para qué leer a la gente que no recibe premios pudiendo recurrir a la lista de top-bloggers?

Esto está montado así. La larga cola es mentira y tienes ejemplos todos los días. Nos dejan jugar a la red distribuida pero las fuerzas aliadas bombardean la diversidad de forma inmisericorde. ¿A alguien le molesta recibir reconocimiento público y de paso conseguir notoriedad? Estoy imbécil perdido. Me contradigo a mí mismo. ¿Para qué escribo un blog? ¿Acaso no es para disponer de más voz y conseguir más referencias? Pues entonces, capullo.

Ya, pero ¿por qué no inventan los premios para quienes no consiguen nunca premios? Es evidente que estoy planteando un imposible. La mayor parte de quienes no obtienen premios es porque no los quieren. Porque querer un premio es una labor de estricta competición. Adiós a la cooperación. Nada de win-win. No, yo gano y tú muerdes el polvo. Te habías apuntado a la carrera por el premio y no lo has conseguido. Jódete. Eso sí, como siempre, lo políticamente correcto hará que te recuerde que te lo merecías tanto como yo. Sí, pero ahí te jodas. Has perdido.

Ya sabéis que creo en lo pequeño, en lo distribuido, en la diversidad. ¿Para qué insistir tanto en la escasez de los grandes triunfadores? Es evidente que hay ésta es una forma de competir arraigada en nuestra sociedad, supongo que tan respetable como cualquier otra, siempre que no hunda a los perdedores en la miseria, claro está. Es tan omnipresente que parece que es el único modelo para salir adelante, ¿verdad? Mierda.

Vivimos en un mundo donde hay que medir y comparar. Comparamos blogs, empresas, ciudades, libros, películas. Todo tratamos de medirlo y compararlo. Pues bien, mi premio para quienes nunca salen bien parados. Me siento mucho más cerca de esa gente, aunque no sepa muy bien quiénes son ni dónde están.

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La foto en Flickr es de Eden-lys.

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10 comentarios

Ibai Peña 26/11/2009 - 09:41

Estaba preparando mi discurso de «no-ganador», cuando me he dado cuenta de que en el momento en el que recoja el premio, ya no cumplo los requisitos para recibirlo!

Tu no serás el alter-ego de Sisifo, no?

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gallas 26/11/2009 - 11:25

Feliz no-cumpleaños.

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Iñaki Pérez 26/11/2009 - 12:49

Gracias Julen, pero de esos premios tengo ya muchos, no me caben en la no-vitrina, gracias, gracias,…. y quiero dedicárselo a ….
😉

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einestzara 26/11/2009 - 14:16

Es de agradecer tu reconocimiento al universo de blogueros anónimos, aunque para mi el premio consiste en satisfacer esa pequeña vanidad de estar ahí y saber que un puñadito de compañeros de trabajo, otro puñadito de amistades y algún despistado que entra en aquel rincón, agradecen el pequeño esfuerzo que supone mantenerlo vivo. Gracias por compartir tus conocimientos y ayudarnos a mejorar.

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Javi V 26/11/2009 - 19:42

Sí, somos pura contradicción, pero necesitaba que alguien escribiera un post como el tuyo. Se me cae el alma a los pies cuando veo en un blog el típico banner «Vótame para los premios chuchichuchi»
No soy un ingenuo, pero pensaba que podíamos ir prescindiendo de ciertas paparruchas cutres del mundo que ya conocíamos. Pero no: convenciones convenciaonales y premios ídem de lienzo.

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Álex García García 27/11/2009 - 00:09

Cuando aprender se convierte en competir, se aprende a competir pero no a aprender.

Si llegar a ser un experimento científico de los que anuncia Punset, cuando juegues con críos prueba a premiar al que «pierde». Primero, todos se desubican, luego reaccionan y juegan a perder. Por lo tanto el premio es una zanahoria para llegar a un sitio. Asi que el que busque un premio, está buscando una zanahoria que alguien le han colocado en un sitio. Pues se merece el premio por haber conseguido la zanahoria y todos le aplaudimos (reconocemos) por el logro.

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Julen 27/11/2009 - 08:02

@Ibai, no te quepa duda de que es un alma gemela.

@Gallas, lo mismo, lo mismo 😉

@Iñaki, disfrútalos, que esos también reconfortan, ¿verdad?

@einestzara, son muchas las personas que reconocen en sus blogs ese pequeño lugar donde estar a gusto, ¿verdad? Fuera del mundanal ruido.

@JaviV, ¡¡¡y lo que debe entristecer que el banner no haya servido para nada!!! Otra frustración a la mochila en un mundo de escasez artificial. Nosotros nos lo guisamos y nosotros nos lo comemos: cada cual cultiva sus miserias.

@Álex, aprender y competir son peligrosos sinónimos hoy en día, me temo. Espero que podamos hacer algo diferente con los niños, aunque creo que apuesto a pesimista en esta ocasión.

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Noe 28/11/2009 - 14:18

Se me ocurren dos alternativas. Una, no participar nunca en premios a la vanidad. Y dos, crear unos antipremios, los «Antipremios Julen a Humildes Blogsitos». Ya metidos en contradicciones, se pueden conceder incluso a gente que no tiene blog.

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Asier 28/11/2009 - 20:34

Es curioso que en el mundo de internet se premio el ego frente a la humildad, y al anonimato, porque no aprendemos a compartir sin esperar nada a cambio de verdad???
Me uno al feliz no-cumpleaños…

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Álex García García 30/11/2009 - 22:49

Un ejemplo de un premio a un «ganador» en su faceta de «perdedor»: La grandeza de reconocer nuestros grandes fracasos («Lo que Lévi-Strauss no alcanzó a hacer antes de morir»).

http://manueldelgadoruiz.blogspot.com/2009/11/un-fracaso-de-levi-strauss.html

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