Idea radical: implanta la práctica del gap year en tu empresa

by Julen

Hacía ya mucho, mucho tiempo que no colocaba una idea radical sobre management. Son esos pequeños apuntes a través de los cuales tratamos de aplicar una mirada diferente sobre la gestión empresarial. Con la idea de provocar, pero también de, por qué no, considerarlas alternativas aplicables. ¿Qué te parece implantar en tu empresa una práctica sistemática de gap year?

Seguro que os suena ese anuncio de KitKat donde manejan la idea de la pausa. «Tómate una pausa». Nada nuevo bajo el sol. Pararse, detener la mirada, romper con la inercia. Algo que en nuestra cultura contemporánea se lleva mal con la eficiencia. ¿Cómo dejar de producir?, ¿cómo permitirse salir de la rueda de la competitividad entendida al estilo habitual? ¿Qué será de nosotras/os cuando volvamos?

En el mundo académico, no obstante, aún se escucha hablar del año sabático, aunque resulte moneda de uso corriente. Más habitual, en cambio, es el gap year, algo que en la cultura anglosajona tiene un cierto enfoque iniciático o de experiencia personal intensa. Un año que se ubica en un momento de la vida donde se está aprendiendo (cosa que no debemos dejar de hacer nunca, claro) y el viaje puede suponer una considerable fuente de aprendizaje. Esta es la forma, por ejemplo, en que se concibe el viaje en el planteamiento del grado LEINN en Enpresagintza-MU o de cómo lo enfocamos también en TrendTrotters.

En la naturaleza la sabiduría popular también ha utilizado el concepto. Las tierras de cultivo se dejan en barbecho «con el propósito de recuperar y almacenar materia orgánica y humedad«, tal como describe la wikipedia. En todo esto la lógica es evidente: estos períodos de descanso «activo» forman parte de un ciclo natural que permite mantener o mejorar las cualidades al introducir en él una visión diferente de las cosas. Vamos, como ponerse otras gafas para interpretar la realidad.

Claro que el gap year puede requerir una negociación entre las partes, si es que hablamos de personas que están trabajando en una empresa. ¿Cómo organizar este año «diferente» dentro del curso habitual de los acontecimientos? Quizá sea un buen reto de gestión de un proyecto. ¿Cómo conseguir que resulte sostenible económicamente?, ¿de qué manera podrían generarse ingresos mientras dura esta experiencia? ¿Debería ser una ruptura total o sería mejor mantener puentes y colocar objetivos pactados a este tipo de actividades?

Desde luego que adquirir una visión global, relativizar puntos de vista y aprender de otras culturas es algo que debería enriquecernos como personas. Cada cual desde su visión particular. Pero con un trazo común: el del aprendizaje. Y hoy en día la distancia geográfica es menos obstáculo que nunca. La «conexión» admite formatos múltiples. No por estar a la mesa de una reunión, una persona está más conectada a lo que allí sucede que si lo hiciera desde otro punto lejano del planeta.

Buscar gap years en la gente que trabaja contigo es, por tanto, provocar un aprendizaje doble: en tanto que gestión de un proyecto y como fuente de aprendizaje en sí mismo. Creo que lo fundamental sería cómo pactar este período. Y no sería restrictivo. Hay muchas maneras de enfocarlo. La organización debería incorporar a sus prácticas de gestión esta posibilidad, estableciendo un enfoque de mínimos que en cualquier caso habría que cumplir. Algo similar a la manera en que se suele regular en el mundo académico. Se establecen unas condiciones y a partir de ahí, «ancha es Castilla».

Claro que la visión cortoplacista y de eficiencia ciega en que nos movemos considerará que esto es imposible. Quizá asuste el lapso de un año. Bueno, podrían ser períodos más cortos. Quizá seis meses. Habría que buscar la justa medida de este tránsito, según lo que la persona se plantee. Integrar la cultura de gap year en una empresa es una forma alternativa de que las personas encuentren sentido a eso que hacen «dentro» de una organización. Creo que nos coloca en una dimensión más amplia, en un marco de colaboración donde se ensanchan los objetivos y donde nuestro compromiso sube de nivel.

Incluso dentro de una empresa puede haber diferentes enfoques de períodos sabáticos. En el barbecho se suele distinguir entre el labrado y aquel otro en el que ni siquiera se labra el terreno, aunque pueden quitarse malas hierbas por ejemplo. Pudiera concebirse como un continuo con diferentes alternativas, donde las posibilidades tienen que ver con los diferentes objetivos que se plantean. Y ojo, porque la oferta de empresas que ofertan servicios para organizar el gap year, por ejemplo en el ámbito anglosajón,  es bien completa.

En fin, ¿por qué no apostar por una manera alternativa de concebir la relación con las personas de una organización y proponer que diseñen y lleven a cabo sus experiencias de gap year o algo similar? A fin de cuentas las organizaciones las hacemos las personas y el bagaje emocional e intelectual que incorporamos en ellas puede tener que ver con el tipo de experiencias que somos capaces de desarrollar.

¿Has pensado como sería tu gap year?, ¿qué harías?, ¿qué territorios querrías recorrer?, ¿de qué manera? ¿Cómo podría reportarte una experiencia de aprendizaje valiosa? Anímate. Lo que hizo Iván no es tan complicado. Esa fue una forma, pero hay muchas otras. Encuentra la tuya.

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20 comentarios

Ramon Sangüesa 23/03/2011 - 08:23

Buena propuesta!. Tan sólo por el hecho de despegarse del día a día, ya vale la pena. Vuelves con mejores ideas,. Si es que decides volver, claro. 😉

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Julen 30/03/2011 - 05:18

@Ramón, esto del gap year es cosa sana, aunque sólo sea como medida preventiva para evitar el atasco de cañerías 😉

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Natxo 23/03/2011 - 09:08

Yo realice un año sabático y cuando volví y aún ahora es como una mancha en mi CV. En esta cultura se ve como de inconstantes, vagos y perroflauticos. Nada que ver con Australia, UK, NZ,etc etc
Eso sí! No me arrepiento lo más mínimo.
Buen post. Buenos días

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Julen 30/03/2011 - 05:19

@Natxo, tremendo esto que comentas de que resulte una mancha en tu CV. Hay que joderse con las entendederas que tenemos por aquí.

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Manuel Escobar 23/03/2011 - 09:08

Como concepto me parece bastante acertado, aunque para institucionalizarlo se me plantean diversas dudas… la problemática y casuística sería algo similar a la ausencia de las trabajadoras durante su periodo de maternidad… aunque en este caso se podría controlar la concurrencia en estas situaciones, ¿sería entendido por los compañeros bien? Van a soportar una mayor carga de trabajo porque si es un período corto es complicado introducir a un nuevo componente en el equipo y que sea rentable. Si el período es largo, y la organización es muy tecnológica, puede producirse cierto desfase en conocimientos técnicos a valorar… ¿A partir de qué año en la organización podría solicitarse? En fin… en resumen, el concepto me gusta mucho, pero como casi todo, hay que afinarlo y adaptarlo a las características de cada negocio, equipo y organización. Gracias por el aporte, nos hará mejores!

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Julen 30/03/2011 - 05:22

@Manuel, una organización preparada para introducir el gap year como estándar sería diferente. Si miramos a las actuales, por supuesto que vas a encontrar muchas dificultades. La cuestión sería que el gap year proporcionaría otro tipo de «aire fresco» a la organización. No es tanto «la carga» como «la oportunidad» que supone.

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Belén_ps 23/03/2011 - 12:27

Si se institucionaliza pierde la esencia sabática, ya que a priori resulta poco rentable y el empleado desconfiado se puede sentir en su foro interno que tras la empresa hay un interés. ¿Y por qué no? Es lógico que la empresa busque su beneficio. Pero seguro que hay vías para evitar hostilidad entre los compañeros, necesidad de sustituciones, pérdida de recursos.. Se pueden plantear intercambios de trabajadores con empresas extranjeras del sector, media jornada presencial en la empresa extranjera y teletrabajo para estar al corriente de las novedades de la empresa en España y viceversa. Otra opción sería destinar el presupuesto de RSC en ese viaje, en el que el empleado realice una labor humanitaria… Opciones hay mil!!!

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Julen 30/03/2011 - 05:24

@Belén_ps, muy interesantes las opciones que planteas. Como bien dices, «opciones hay mil». Me alegro de que veas tantas alternativas. Al final no va a ser esto tan radical como creía 😉

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Fernando Melo 23/03/2011 - 17:21

Me parece acertado, incluso soy partidario del intercambio empresarial de trabajadores, ahora porque estoy en paro pero a mí me hubiera motivado. (Estoy con todas pero resalto lo dicho por Natxo relativo a – como se piensa en nuestra «cultura»-).

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Julen 30/03/2011 - 05:25

@Fernando, el movimiento (físico y mental) creo que ayuda a encontrar nuevas perspectivas. Quizá hoy en día debamos echar mucha imaginación para salir de los atolladeros en que a veces entramos. El gap year podría introducir este ingrediente.

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Iván 23/03/2011 - 22:16

Gracias por el post Julen

Hoy precisamente que hemos estado en jornada alrededor de hibridar ha venido al pelo el post. Todo el tema de mezclar conceptos ideas etc. Ha calado fuerte lo del viaje como aprendizaje- emprendizaje. Sigo dando vueltas con mucha gente a todo esto, y lo cierto que que ayuda tener a una persona como Julen impulsado y creyendo en estos conceptos , vamos que ayuda y se agradece mucho 🙂

Os dejo esto de otro gran profe : What is a classroom? My Classroom is the world 🙂
http://edorigami.edublogs.org/2010/10/23/what-is-a-classroom-my-classroom-is-the-world/
Pues eso, si quieres conocer el mundo real que mejor forma que explorar el mundo real. Sigo dando muchas vueltas a todo esto del viaje como aprendizaje-emprendizaje. Lo cierto es que siendo sinceros me estimula y apasiona a nivel intelectual, humano, social, antropológico y profesional que empiece a calar estos conceptos radicales alrededor del viaje como fuente de crecimiento personal-profesional.
Tras pasar por la Uni para hacer una ingeniería y luego un MBA tengo que decir que no tiene nada que ver eso con lo que he aprendido a pie de calle a nivel personal y profesional. El mundo real hace que aprendas que 1 + 1 no suele ser nunca 2, que las emociones salpicadas con realidades diferentes nunca se acoplan como nos dicen los libros. Que no se puede comparar estudiar la globalización en un libro a saborearla o vivirla en una calle de India o China. Que la gente se identifica cada vez más con unas formas de hacer más cercanas, divertidas, creativas y que generen pasión, libertad y una buenas fragancias de realidad y autenticidad.
Para los ácadémicos tradicionales y escépticos , ya lo dicen en Princeton con sus bridge year, algo está cambiando y me alegro
http://www.princeton.edu/admission/pdfs/Bridge_Year_Program.pdf
Educadores
http://www.amazon.com/gp/product/0312336985/002-6109074-5743240?v=glance&n=283155
A Taste of the Real World
http://www.thecrimson.com/article/2007/5/14/before-college-a-taste-of-the/

Pues eso, que entre aire fresco 🙂
Y gracias de nuevo Julen, Olé al post y al creer en estos saraos 😉

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Julen 30/03/2011 - 05:26

@Iván, ya sabes de dónde ha venido cierta inspiración para escribir este post 😉

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gallas 23/03/2011 - 22:16

Yo recuerdo una iniciativa que tuve muy cerca… «excedencia con derecho a paro» Es clave. Una forma perfecta de coger distancia y perspectiva.

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Julen 30/03/2011 - 05:27

@gallas, también sucede que endiosamos el trabajo; claro, hace falta pasta. Y cuanta más hace falta, menos sabáticos nos permitimos. Así está montado esto a día de hoy, me temo.

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Manuela 10/05/2011 - 12:10

recuerdo una empresa en la que trabajé en la que te podías marchar un año con un proyecto de cooperación y después volver a tu puesto…con lo fácil que sería copiar estas iniciativas!

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Julen 12/05/2011 - 04:58

@Manuela, bonita empresa esa. Ya puedes compartir para ver si alguien se anima a presentar candidatura para trabajar ahí, ¿no? 😉

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Manuela 16/05/2011 - 14:44

Julen, empresas como Shell tienen iniciativas (o las tenían) como las que comentaba Belén..está claro que en holanda las cosas se ven de otro modo..

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Julen 17/05/2011 - 04:29

@Manuela, va a ser que tenemos que subir más al norte del sur de Islandia 😉 De todas formas, este tipo de políticas aperturistas son de esas que se venden bien en los papeles y que luego, cuando rascas un poco, ná de ná 😉 Pero bueno es que por lo menos el río suene, que algo de agua llevará.

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Consultoría artesana en red » Aprender viajando, trendtrotters en ruta 05/07/2011 - 06:17

[…] filosofía de gap year es una costumbre bien arraiagada en el mundo anglosajón y que aquí incluso llegamos a plantear como idea radical. Las experiencias que provoca el contacto personal con la cultura y las gentes de otras latitudes […]

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Gap Year 11/08/2011 - 12:06

Aqui por informacion en Gap Year

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