El capitalismo americano de Michael Moore

Quizá sea que recurrir al melodrama y hacer casi ficción con la realidad sea la forma en que los americanos se lo traguen. Sólo hay que leer a Christian Salmon. Aquí a lo mejor no es así. O, bueno, quién sabe. Porque eso de que la gente aplauda al final de la película, siendo ésta un documental, puesssss como que no es muy normal, ¿no? Sí, ha sucedido en el cine. Un grupito de gente ha aplaudido al finalizar Capitalismo: una historia de amor, el último documental de Michael Moore.

Creo que hay dos planos en el documental. Uno es el que busca impactar en el espectador. Y creo que Michael Moore es muy directo en ello: nos pide que nos unamos a la causa y usa el drama. ¿Qué causa? Cargarnos el capitalismo, bien simple. El otro plano es el que te pone mucho más nervioso: ¿eso que sale por la pantalla son los Estados Unidos de América?, ¿eso es el referente para emprender y hcer negocios? Que paren el mundo, que me bajo. Vale, ya sé que no habla del país, habla de los Estados Unidos de América S.A. Pero el caso es que parece que se han entremezclado demasiado.

Desde luego que el lado salvaje del capitalismo, Premio Nobel Milton Freedman mediante, te sacude la conciencia. La competencia como motor de la iniciativa privada, la eliminación de controles, el ganar más para seguir ganando y el vecino que muerda el polvo… no sé, jodido mirar al mundo así, ¿no? ¿Pero ese es el capitalismo habitual?, ¿es el más extendido? No lo sé, pero desde luego que está presente. Demasiado presente.

En el fondo se trata de buscar alternativas. El dinero lo sigue jodiendo todo. La cultura del exceso sigue instaurada, la felicidad a través del bienestar es algo que puedes comprar. Nos lo meten por los ojos. La autorrealización ya no tiene que ver con actos profundamente humanos, sino con rellenar el depósito de tu coche en una estación de servicio Repsol. El futuro de nuestros hijos está en manos de Endesa. Eso es la vida que se nos presenta en la pantalla. El capitalismo hace mucho tiempo que juega en todos los terrenos y dispone de gran artillería emocional.

Curioso que Michael Moore se fije como alternativa al capitalismo en las cooperativas. Un par de veces se citan en el documental. E incluso coloca el ejemplo de una empresa con retribución idéntica para todos sus trabajadores, gerente incluido. ¿Es una forma alternativa? Bueno, es una opción que nos queda cerca. Y hay que profundizar en ella.

En fin, no me alargo. Si has leído a Naomi Klein, a Noam Chomsky o a Richard Sennett, el documental de M.Moore no hará sino darte más argumentos para bajar a quemar algún que otro banco. Porque lo de los seguros de vida de los empleados cuyo beneficiario es la empresa es de traca (y no cuento más). Ah, eso sí, hay final feliz: se casan llega Obama. Y yo que no me creo nada, fíjate. Bueno, esperaré a la crítica «oficial» de Boquitas Pintadas 😉