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05 Simancas – Coreses #DueroMTB – Consultoría artesana en red

05 Simancas – Coreses #DueroMTB

by Julen

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Hacer noche en Simancas es pasar, sí o sí, por su Archivo General. Aunque ya sabía que sus fondos no iban a estar allí a la vista para que cualquiera los sobase, pensaba que habría algo más que ver. Coincidía, eso sí, una exposición, supongo que que temporal, sobre servicios secretos y escritura cifrada en la Monarquía Hispánica. Mira que el tema da para hacerla un poco lúdica, pues nada de nada. Respecto al archivo, será cuestión de concertar una visita guiada o de venirse en las jornadas de puertas abiertas del 9 de junio, que es el Día Internacional de los Archivos.

En la iglesia parroquial del Salvador cantaba a las 8:30 un coro a capela. Me acerqué antes de ir a cenar y aquello estaba abarrotado. Vaya éxito el del Coro Aleph Vokalensemble. Y, claro, todo el mundo con sus mejores galas, faltaría más. Me quedé solo un pequeño rato porque tenía miedo de que el ruido de mis tripas empañara la actuación. Ya sabéis el hambre que da andar en bici. Probad, probad.

En el hotel en el que me hospedaba, mientras mangueaba la bici para quitarle el barro de algún que otro tramo peleón entre la frondosidad de los bosques ribereños, estuve charlando con la persona que me atendió. Me dijo que pensaba que estaba haciendo el Camino de Santiago y que era la primera vez que paraba por allí alguien que recorría la Senda del Duero. La verdad es que en estos cuatro días no he visto a nadie de ruta por la Senda del Duero en bici. Masificada, lo que viene a ser masificada, no parece. Por cierto, ahora que pedaleamos junto al Pisuerga (creo que no lo había mencionado) el chico del hotel compartió la sabiduría popular: el Pisuerga pone el agua y el Duero el nombre.

El caso es que bajé de nuevo hasta el Pisuerga para retomar la ruta. Ayer se me olvidó comentar el fantástico puente por el que se accedía al pueblo: un ejemplar del siglo XIII hoy de carácter peatonal y que cuenta con ¡17 ojos! Largo, bien largo. Va a ser verdad que el Pisuerga es el que aporta el agua.

A la salida de Simancas la Senda del Duero bien podría llamarse la senda de los conejos. Se me han cruzado por delante un par de millones o tres. Claro que también podrían denominarla como la senda de la lluvia artificial. Los aspersores del maíz no se andaban con tonterías y regaban el cereal y los caminos de alrededor. Al final, bastante barro y del pegadizo mezclado con piedritas. Divertido. Ah, y una nueva señalización: compartimos ruta con la Eurovelo 1.

El camino hasta Tordesillas es relativamente monótono: tierras de labor y más tierras de labor. Ah, también tierras de labor. Sobre todo, maíz, ideal para recordar Los chicos del maíz, aquella película de terror que recuerdo de mi adolescencia, basada en el libro de Stephen King. Luego del maíz vienen los arenales entre pinos piñoneros. Cómo cuesta avanzar. En fin, paso de largo Tordesillas porque a la vuelta, si todo va bien, tengo previsto pernoctar aquí y ya habrá tiempo de pasear.

El siguiente tramo nos conduce hacia Castronuño, aunque yo lo dejaré a la izquierda para continuar hacia Toro. Comenzamos jugueteando con otro canal, bastante más modesto que el de ayer. Se trata del canal de Tordesillas. Para qué rompernos los cuernos pensando un bonito nombre cuando podemos tirar de lo básico. De nuevo el maíz está presente en la ruta. Pero al ascender unos pocos metros entramos en otra dimensión: de nuevo extensísimos viñedos alineados y en formación prestos para su tratamiento industrial. Rectas y más rectas.

Poco a poco vamos dejando atrás la zona de viñedo y entramos en otra de pequeñas lomas en las que hay varias ganaderías. La pista es un pequeño suplicio por la arena y las piedras. Es lo que hay, no nos vamos a quejar. Pedaleamos con dos vallados alambrados a cada lado. Se ve ganado entre las encinas. Tiene que ser bonita esta zona en primavera.

Por fin salimos de tanta arena y tanta piedra suelta. Hemos llegado a la presa de San José… y su correspondiente canal, que acompañamos casi hasta Villafranca de Duero. Paramos en el bar de la carretera. Un señor mayor me cuenta, al decirle que soy de Bilbao, que él vivió allí muchos años. Me cuenta una batalla de cómo tuvo que bajar desde un sexto piso agarrado a unos cables porque le habían dejado encerrado y sin llaves. Tenía 16 años y lo peor, según dice, no fue el peligro de bajar así, sino la tunda que le arreó el casero al saber lo que había hecho. En fin, 16 años son 16 años.

Seguimos ruta hacia Toro por pistas junto a maizales y otros cultivos. Adelanto a una chica y un chico que están haciendo el Camino de Santiago. La casualidad querrá que me los vuelva a encontrar junto a un amigo suyo en una gasolinera ya casi al final de mi etapa. Justo antes de llegar a Toro no sé qué insecto me ha clavado su aguijón porque he sentido un pinchazo de inmediato en el muslo. Ha empezado a formarse un buen ronchón, pero una pequeña aplicación de bálsamo blanco de tigre lo ha contenido enseguida. ¿No sabéis lo del bálsamo blanco de tigre? Pues diría que casi casi hace milagros. Enteraos, enteraos.

Decido entrar en Toro por el puente romano y tragarme luego un buen subidón hasta el centro del pueblo. Se ve animación. Hago las típicas fotos a la colegiata y a la vega desde el mirador y busco un sitio para tomar algo. Sólo quedan unos 25 kilómetros hasta terminar la etapa y calculo que hoy pasaremos de los cien. Piano piano.

Sigo la Senda del Duero hasta Peleagonzalo y desde allí por carretera me desvío hacia Coreses, el lugar en el que acabamos hoy la etapa. La salida de Toro nos lleva de nuevo a los maizales. Esta vez con el Duero a la derecha y pasando de vez en cuando unas bonitas nubes de inspectos que pugnan por quedarse a vivir conmigo. Hago una última parada en Fresno de la Ribera para engañar al estómago y sigo ruta. Finalmente son casi 104 kilómetros. Pero quizá haya alguna etapa más larga todavía, ¿no? Tiempo al tiempo. Hasta mañana.

Señalización a la salida de Simancas: Eurovelo 1 y Senda del Duero coinciden

El río llegando a San Miguel del Pino

Camino de la Reserva Natural de las Riberas de Castronuño-Vega del Duero

Puente románico a la entrada de Toro

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Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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