8- Cubillos del Sil-Balouta #OlvidadoTransKtb

Puerto de Ancares

Aunque ya sabía que el alojamiento en Cubillos del Sil estaba cerca de la central térmica, la verdad es que estaba pegado, justo enfrente. Así que por aquí pulula gente de contratas de la central si bien finales de julio quizá no sea la época de mayor trasiego de personal. Hablando con el dueño me decía que en Booking (tiene muy buena valoración) le habían metido un comentario de que estaban al lado de una central nuclear y que andaba con la hija, que le lleva las cosas del internés, para ver si se lo borraban. Relación de amor-odio con estos gigantes del turismo online porque, al final, lo quieran o no, traen negocio pero luego llegan otros inconvenientes. Por mi parte debo decir que cada vez estoy usando más el teléfono para gestionar las reservas. Me parece más rápido y sencillo. Otra cosa es la forma a través de la cual llegas a la información.

Al final han sido siete etapas del Camino Olvidado desde Bilbao hasta Cubillos del Sil. Un camino realmente olvidado y minoritario. No es que esté mal señalizado pero la falta de tránsito hace que se dependa demasiado de mantenimiento externo. Quiero decir que si hubiera más peregrinos el camino se automantiene. Pero en algunos tramos, como el previo a la calzada romana de Irús o la llegada a Puente Almuhey (por citar solo dos), queda muy cerrado o casi perdido en la maleza. Por lo que veo hay intención política de promoción supongo que viendo el potencial económico que puede estar detrás. No es que los peregrinos manejen en general mucho presupuesto pero el Camino da vida y coloca a los pueblos en el mapa, sobre todo porque muchos peregrinos son extranjeros.

Hubiera querido sellar en más sitios la credencial pero no siempre era fácil sobre todo por mis costumbres de pedalear desde primerísima hora. Ya en Balmaseda, nada más comenzar el Camino, me sorprendió que en la oficina de turismo se extrañaran de que pidiera que me la sellaran. Queda ya guardado en la mochila hasta que se nos ocurra recorrer otra de sus innumerables vías.

Hoy era etapa de transición, toda por carretera, para llegar hasta Balouta, lugar donde oficialmente comienza la Transcantábrica. Voy a seguir el track de Zinaztli, o sea, la ruta «bestia». A ver si lo aguantamos. Como el mismo comenta en su blog, el recorrido de hoy no tiene mucho que contar hasta que se llega a Vega de Espinareda. La carretera, que ya era de por sí tranquila, se hace aún más, de an media hora el coche, como suelo decir. Al hacer carretera todo es más simple: no te arañas las piernas o los brazos con alguna zarza, no te ensucias, todo es más previsible.

Voy suave, sin forzar, porque la etapa se llevará al final un desnivel acumulado importante. Me lo tomo como un paseo. Sesenta kilómetros por carretera, aunque vayas con la bici de monte, no es precisamente un etapón. Eso sí, como decía, salen 1.651 metros de desnivel acumulado y el puerto de Ancares es duro con un porcentaje casi constante del 12-13% durante seis kilómetros. Pero, con todo, la etapa en general la considero relativamente suave si se dosifica bien en la subida a Ancares y se coge la cadencia adecuada.

Claro que antes de este puerto hay otros dos. El primero es una tachuela pero el segundo, Lumares, ya tiene 400 metros de desnivel con una subida muy mantenida que sirve para calentar bien las piernas. En la bajada paro en El puente de Ancares, uno de los varios centros de turismo rural que hay por la zona. Aunque el día va calentando, la bajada me ha dejado frío. Un Cola-Cao me ayuda a recuperar el calorcito.

Hay una pareja mayor desayunando. Hablando con ellos resulta que llevan viniendo aquí un montón de años. Son de Barcelona y antes estuvieron yendo a la zona del Alto Campoo pero les cerraron el hostal y he aquí que como «tranquilidad» les recomendaron los Ancares. Y aquí los tienes, encantados de la vida.

Aprovechamos por fin para quitar capas de ropa y salir hacia el Puerto de Ancares en manga corta. La carretera va dejando pequeñas pedanías a ambos lados. No será hasta Tejedo de Ancares cuando comience de verdad el puerto. Como ya he dicho: duro, machacón, constante. No da respiro. Solo una pequeña parada a la derecha para coger agua en una fuente con varios caños. Lo demás, pedaleo lento y contar los metros que van pasando. Algo más de seis kilómetros que te ponen a prueba. Se ve el final del puerto desde un par de kilómetros antes de culminar la subida lo que anima pero al mismo tiempo te hace constatar lo lento del avance.

Arriba hay varios coches aparcados aunque no veo a nadie. Se divisa un incendio pero no parece de excesiva dimensión. A ver si no es nada. Porque miedo dan estos desastres. Hago algunas fotos y recuerdo cuando hace un buen montón de años estuve aquí. Hoy luce el sol y está todo despejado. Mi recuerdo es un día muy frío, con niebla. Quizá sea un tiempo más adecuado para encontrar el encanto a estos montes tan apartados y despoblados.

La bajada es espectacular. Son poco más de seis kilómetros para llegar a Balouta. El GPS marca casi 75 kilómetros por hora. La carretera, recién arreglada, vuelve a ser lo que era: un camino bacheado lleno de moñigas de vaca. Y así para las doce y media estamos en Balouta. Etapa de transición para descansar un poco. Ya, quizá un puerto como el de Ancares no sea «descansar». Pero todo depende de cómo te lo tomes. Mañana empieza lo duro de verdad.