Todo es relativo. ¿Cuánto ganas? Me refiero a dinero. Sí, ¿cuánto ganas? ¿Es suficiente? Toda una pregunta con miles de posibles respuestas. Depende. Quizá sea la respuesta más lógica: depende. Ya, pero eso no soluciona nada.
Cada vez parece más evidente que hay una línea que separa la decencia de la indecencia. Si ganas un pastizal, si los números que muestras son excesivos, entonces empieza a levantarse la sospecha de que no eres legal. La ambición por los resultados económicos choca contra una base social que nunca deberíamos traspasar. Si ganas mucha pasta, una de dos: o la repartes y la devuelves como sea a la sociedad… o no me sirves como referente.
¿Realmente es un criterio de «buena gestión» una ristra de resultados económicos espectaculares? Sí y no. Sea como sea, no puedes coger esa variable sin aislarla de muchas otras que deberías tener en cuenta. No nos sirve que una empresa gane mucho dinero si no tiene en cuenta aspectos más sociales. Claro que la «empresa social» a veces se nos presenta como el gran fiasco: la forma en que el capitalismo de toda la vida avanza conquistando emociones. Y dentro de este bosque, por supuesto, habrá árboles bien sanos; no lo dudo.
Algo que a veces suele ponerse en valor de las empresas bien gestionadas es lo bien que saben compartir la «tensión económica» con quienes trabajan en ella. Son empresas que dedican tiempo a hablar de los resultados económicos, de dónde y cómo puede sacarse más partido económico a las actividades que desempeñan. Todo el mundo debe saber explicar de dónde llegan los resultados, qué es el cash-flow y cuáles son las partidas de gasto más importante.
Así, esas empresas que ganan mucho dinero socializan la importancia de lo económico. Ponen a jugar a sus piezas en busca de una victoria final: el último número de la cuenta de explotación, los beneficios. Pero, ¿de verdad es un objetivo maximizar esos beneficios? ¿Dónde está la línea que separa la decencia de la indecencia? ¿Puede desandarse el camino de la búsqueda de resultados económicos en la empresa privada? ¿Tiene sentido?
Porque, cuando quitas el lucro a una empresa, ¿qué queda?