Los nativos digitales parece que no pueden concebir una empresa sin Internet. Es lógico. Parece que Internet es el escenario en el que se desarrollan las empresas. Pero, claro, existió un mundo sin Internet y empresas las hay desde hace muchos años. Algunas incluso sobreviven desde el año 578. Ahí es nada.
La confluencia de lo real y lo virtual comienza a perder sentido. Si antes hubo dos planos, parece que hoy estamos entrando en un plano único que amalgama todo lo habido y por haber, digital o analógico. Me gusta la imagen que le escuché un día a Juan Freire: tecnologías e Internet como un caballo de troya. Entran en la empresa, se abren y obligan a reconceptualizarla desde su origen. Bien. Pero la empresa, la organización, ya existía, ¿no?
El tránsito desde la empresa clásica que huele a taladrina hasta los nuevos escenarios con Internet de por medio es muy complejo. Razones:
- Muchas empresas son competitivas sin la revolución de las tecnologías de información.
- La forma en que han desembarcado las TICs ha generado y sigue generando rechazo.
- ¿Para qué adentrarse en un mundo casi mágico e incomprensible lleno de acrónimos sin sentido?
Ahora mismo tengo entre las manos un proyecto de emprendizaje. Veo el producto, veo el mercado, veo sus canales de distribución, veo Internet. Pero quienes me acompañan creo ni siquiera se lo han imaginado. Bueno, sí, claro. Ven un canal de distribución: Internet. Pero no ven más allá. ¿Estaré equivocado? Internet y su ejército de TICs aplasta cuanto se encuentra por el camino. No, no. Tampoco es eso. Reformulemos: Internet y su ejército de TICs recrea el negocio. Sí, pero luego hay que explicarlo y las personas que conforman el proyecto tienen que asumirlo.
Todavía me cuesta ayudar a que otras personas se sientan cómodas en el inhóspito territorio de las TICs. Mi gerente favorito lleva sin ordenador dos días porque le ha cascado el disco duro. Ayer cuando le preguntaba cómo se sentía, no tenía clara la respuesta. Pero casi creí entender que… «mejor». Y esta es la misma sensación que trataba de acercaros cuando escribí para Generación Red el artículo sobre Tecnologías tóxicas, que, por cierto, Ramón Sangüesa ha llevado al famoso terreno de los jefes y jefecillos.
Primero hay empresas. Luego hay Internet. Pero cuando te mueves en esta parte del mundo -Internet- parece que las empresas dejan de tener relevancia porque son fagocitadas por el monstruo de las TICs. ¿Existe una empresa 2.0 si no hay TICs de por medio? Cabe pensar que no es posible. Pero oigo muchos ruidos en mi interior.
¿Empresas atacadas por TICs que representan la rebelión de las máquinas? Hay algo en todo esto que no acabo de comprender. Necesitamos estrategias paradójicas para incorporar las TICs e Internet en las empresas. Por un lado a base de grandes saltos para hacer de forma radicalmente diferente las cosas de antes. Por otro lado a base de suaves movimientos amables que acerquen las TICs sin que parezca que son tan salvajes e invasivas.
La taladrina ya me ha hecho pensar antes en estas cosas de la cibercultura y su imposible realidad. Pásate por unas cuantas empresas industriales de la Bizkaia profunda, aquí al sur de Islandia, y luego me cuentas.
La foto: Industry, de lynnmwillis en Flickr.
8 comentarios
TIC por que sí, la verdad es que…no. A lo que apuntas es a valorar el porqué de las TIC en cada entorno e iniciar un proceso de cambio bien asumido. Lo cual lleva a abrirse a otros modelos mentales, como los que están detrás de la aplicación de algunas aproximaciones TIC (no sólo de las herramientas sino del concepto de sistema, relación, proceso, etc.).
Y para abrirse a otros procesos mentales qué mejor que vaciarse de los anteriores vía la paradoja. Aunque sólo sea la de ver que por un lado nos vienen de radicales de las TIC y por el otro, y las mismas personas, se acercan amablemente con las mismas TIC.
Yo la verdad siempre he pensado que la web 2.0 ha sido una evolución social mas que tecnológica. Una nueva forma de entender la red en la que el poder ha pasdo al usuario. Supongo que eso se puede extrapolar a la empresa y entenderlas como entornos en los que fluye la información y ya no tienen estructuras verticales-piramidales, sino horizontales-red.
Hay también una nueva relación con el cliente, más cominicativa, fomentando el feedback. En turismo ya hablamos de prosumidores (productores-consumidores)
En el enotrno industrial a veces falta incluso un paso previo, y es el de pasar del concepto de industria al concepto de empresa. Los conceptos de producción, productividad, producto están fuertemente arraigados en la industria. Sin embargo creo que todavía está por asumir en muchos casos el concepto de empresa desligado de «producción». Las estructuras planas, las políticas de innovación, los modelos participativos, la orientación al mercado… son en muchas industrias algo todavía por descubrir y explotar. Por esta razón internet, la comunicación abierta interna-externa son un desafío a un modelo productivista anclado en la tradición
interesante reflexión, sí señor. Añadiría una razón más al mantenimiento de la taladrina como entorno prioritario, el miedo a quedarse en evidencia. El miedo a mostrar ante nuestra gente que no somos realmente el todopoderoso que domina todos los aspectos de la empresa. Excusas nos sobran para no abordar el tema en profundidad. Que si se cae la red y aquí no trabaja nadie, que si los virus, que si el ADSL que se cuelga cada dos por tres,…Y es que las TIC nos abruman. “WIKI? Seguro que quería escribir WIFI y se ha confundido…”
De todas formas, (es un error que cometo personalmente, lo reconozco…) a veces se nos olvida el objetivo que persigue la herramienta. En ocasiones creo que el planteamiento que seguimos al intentar atraer a las personas a un entorno más tecnológico es erróneo. Nos centramos en la tecnología y empezamos a argumentar que si le servirá para esto o para el otro, que si podrá escribir y la gente podrá añadir sus comentarios, que si tiene un WYSIWYG con el que no va a necesitar conocer HTML (como vayamos con tanta sigla, ya la hemos liado…). Creo que tenemos que partir por reconocer que tenemos una necesidad “funcional”, por ejemplo, compartir información de forma ágil (que igual no la tenemos…), empezar a trabajar, aunque sea con post-it, con aquello que más cómodos nos sintamos, y en un momento dado…cuando ya estamos convencido que eso de compartir el conocimiento y que todas las personas tengan acceso a la información es bueno…entonces sí, entonces explorar lo que nos puede aportar la tecnología. A veces se me olvida que el objetivo no es que utilicemos un blog. Hay algo más allá….
Estoy con Josu en que necesitamos hacer hincapié en lo de «necesidad funcional». Introducir tecnologías sin necesidad de nombrarlas puede ser una buena idea.
Yo estos días organizando un viaje para el verano he abierto un wiki con unos amigos y nos va de maravilla. Eso sí, les he dicho que es una página web normal sólo que fácil de cambiar (es un error decir la palabra «editar» la gente le tiene mucho respeto a ésta última).
Ahora bien, si hubiera empezando diciendo la palabra Wiki, ya hubiera habido rechazo a la idea porque seguro que habrían pensado «ya está esté con sus cosas intentando complicarnos la vida».
ramón, escribiré sobre ello en breve. TIC TIC TIC, ya veremos. Tendrás que defenderte, cobarde… 😉
juan j. lópez sobejano, sí, sí, pero más deseo que realidad, de momento.
ekonomus, desde luego que hay evolución por delante desde la industria, pero hay que tener en cuenta el punto de partida y tender puentes. Eso creo.
josu, ayer hablaba precisamente de esto con David Sánchez. A ver si escribo un post con las ideas que manejábamos.
david, eso es que tienes amigos un poco torpes ja ja ja.
[…] argumentos a los que he empleado en posts anteriores: Taladrina, paradoja para el futuro y Reinventando la empresa industrial más allá de Internet. Aunque sé que no voy solo en la argumentación, porque Guillermo Dorronsoro también maneja -con […]
[…] Reivindicando la empresa industrial más allá de Internet […]