Menos

by Julen

Menos

Cada cual sintoniza en una onda diferente. No es cuestión de hacer apología, sino de reconocernos en la diferencia. Hay quien está más a gusto con menos. Menos. Una palabra compleja, no obstante. Porque implica interpretación. Nunca va a aparecer como un valor absoluto. Menos necesita comparación. ¿Menos respecto a qué?

Así pues, quizá menos sea una actitud. Una forma de encarar nuestro paso por aquí. Una manera de renegar de unos estándares que nos lanzan al exceso. Menos es una luz roja que se enciende para avisar. El umbral es diferente para cada persona. Depende de muchos factores. Es un umbral lábil, que se desplaza en función de circunstancias. Ahí está su gracia.

No diré nada malo de la redundancia. Tampoco de lo innecesario. Solo intentaré ponerlos en contexto; hasta qué punto hacen falta y hasta dónde ayudan o dificultan. En el menos está implícito el más. De hecho, jugamos a engañar a la razón y le decimos que menos es más. Más también forma parte de la ecuación. La paradoja, otra vez, va implícita.

Eso sí, ahora, en el momento presente, puede convenirnos recordar las virtudes de menos. Cuando el mundo se empeña en exacerbar el poder de los datos infinitos, cuando las tecnologías pueden abordar ingentes volúmenes de información, entonces es cuando jugar en la liga de menos tiene sentido. Lo pequeño, lo íntimo, lo auténtico. Todo eso suele convivir mejor en el mundo de menos.

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