Resulta curioso que el incremento de la esperanza de vida no sirva para relajar nuestro paso por este planeta en que vivimos. Porque sí, hoy en día vivimos más pero parece que no nos satisface. Nos rebelamos contra las leyes naturales… ¿para nada? Jeremy Rifkin insistió mucho en La Era del Acceso en que lo que importa no es la posesión de nada sino el derecho a utilizarlo. Pasamos de medir la posesión a medir el tiempo de acceso. En su último libro, La Tercera Revolución Industrial, sigue con la misma idea, ahora más desarrollada al vincularlo con un nuevo modelo infoenergético.
En un contexto como el del nuevo sistema comunicativo-energético de la Tercera Revolución Industrial, en el que los costes de transacción requeridos para participar tienden a cero, ya no es posible mantener un margen y no queda más remedio que reconsiderar la noción misma de rentabilidad. Eso es lo que ya está ocurriendo con el componente de la TRI relacionado con las comunicaciones. La disminución de los costes de transacción en el negocio musical y editorial, gracias a la aparición de las descargas en línea, los libros electrónicos y los blogs de noticias, está causando estragos en esas industrias tradicionales. Podemos esperar también similares trastornos de resultas de la introducción de la energía verde, la fabricación en 3D y otros sectores novedosos. Entonces, ¿cómo obtienen beneficios las empresas y los negocios cuando los costes de transacción se reducen y los márgenes desaparecen?
En una economía casi sin transacciones la propiedad continúa existiendo, pero se mantiene en manos del productor y el consumidor accede a ella de forma temporal, no permanente (¿por qué iba a a querer nadie ser dueño de algo en un mundo de actualizaciones continuas y en el que nuevas líneas de producto invaden el mercado y desaparecen de él casi al instante?). En una economía de la Tercera Revolución Industrial, el tiempo se convierte en la mercancía escasa por excelencia y la unidad clave de intercambio, y el acceso a los servicios desbanca la propiedad como impulso comercial primordial.
Jeremy Rifkin, La Tercera Revolución Industrial, Espasa Libros, págs. 301-302.
2 comentarios
Hay un clásico libro de la literatura de viajes que tiene un título apropiado para valorar cosas como el tiempo y la libertad, se llama «El tiempo de los regalos» . Ese tiempo en el caso del libro (escrito por Patrick Leigh Fermor) tiene una connotación ligada al disfrute y a la experiencia vital mediante el viaje, es decir, un tiempo muy parejo al Carpe Diem. A veces me da mucho que pensar la vorágine y rutina de nuestra sociedad y modelo de vida marcada por el trabajo y la necesidad de tener ingresos donde el tiempo se sacrifica por dinero. Cruda realidad ese de la sociedad moderna, y al final todos contentos por tener el tiempo ocupado y tener ingresos.
Iván, quizá viajando el tiempo adquiere otra dimensión. El movimiento en el espacio, los diferentes husos horarios… quizá todo eso relativiza el tiempo. Puede ser que pegado a un solo sitio la relación con el tiempo sea diferente.