Quizá sea un poco desabrido poner a parir a la Administración por un caso particular. Pero me temo que mi caso particular no es un caso único. Vamos, que no he sido agraciado con un tratamiento preferencial por ser quien soy, un simple consultor artesano.
El caso es que trabajo -no mucho, pero algunas cosas hago- para la Administración. La escribo con mayúsculas porque un buen día Alorza Administraciones en red me explicó que así debía hacerlo. Gracias. Tenía razón, corregí mi error y desde ahora siempre me referiré a tan sagrada institución con mayúscula inicial, dios mediante. En este caso hablo de la Administración Vasca, más precisamente del Gobierno Vasco y más aún, del Instituto Vasco de Administración Pública. Vamos, el IVAP, todo con mayúsculas, por si acaso.
Pues cuentan las crónicas que allá por abril impartí un curso sobre Minifábricas y Equipos Autogestionados para gente que trabaja en innovación y cosas similares en la Diputación Foral de Bizkaia. A mí me resultó de interés porque quienes participaban eran personas con su nivel de conocimiento de técnicas de gestión avanzadas. Enseguida me di cuenta de que allá había gente muy bien preparada. Lo digo esto en serio, no vayamos a pensar que seguimos de coña.
Sé que desde la Administración se fomenta la iniciativa empresarial, el emprendizaje y asuntos por el estilo. Loable actuación la de impulsar este tipo de menesteres entre la población. Anímate y crea tu propio empleo. Manos a la obra, el mundo está ahí frente a ti, para que te lo comas con patatas. Da el paso adelante, que la economía lo necesita. Esa eres tú, la persona que este país necesita. Otra cosa es cuándo te lo paguemos si lo haces para nosotros. Sí, me refiero al plazo.
Bueno, pues en esas estábamos cuando, emitida la factura del curso en cuestión, va pasando el tiempo. Los días se suceden unos a otros, caen las hojas del calendario… Por fin llega el día de llamar para preguntar cómo está lo de tu factura. Que tampoco es que vaya a ser la pasta definitiva con la que construirás tu mansión en un paraje singular de la geografía vasca, pero que tampoco viene mal. Te atiende una amable trabajadora, funcionaria o no. Esto no pude saberlo de mi conversación. Te atiende y te tumba.
La explicación es simple por lo recurrente: que no hay gente, que a ella se lo vas a decir, que encima que llegan las vacaciones (eso era allá a mediados de julio), que así no se puede trabajar, que ya ha llamado más gente para quejarse. Tururú, tururú. Escuchas resignado sabiendo que el papel de trabajadora desatendida por sus jefes y demás fauna directiva es demoledor. Agachas las orejas, pliegas tus quejas y te resignas. Hincas tu resignación en el suelo, porque llega la gran frase, la que hipnotiza feligreses: «Y no te quejes, que al menos la Adminsitración paga seguro, aunque lo haga tarde». Gracias, gracias, no me lo merezco. Soy un humilde vasallo que nunca retaré a las hordas pagadoras de la Administración.
Y en estas estábamos de vacaciones aquí en Azores cuando un paseíto por el servicio web de mi denostada Caja Laboral me confirma que a día 20 de agosto llegó el maná del cielo. El IVAP pagó, 123 días después de emitida la factura. Y no te quejes, autónomo, emprendedor, microempresa o lo que seas, que la Administración Vasca paga. Tarde, pero paga. Y, además, fomenta el emprendizaje.
Otro día me pongo con lo de la práctica extendida del pago a 90 días. Dios, qué país.
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16 comentarios
La verdad es no estoy al tanto de cómo paga el Gobierno Vasco (cuanto tarda, quiero decir), porque en nuestro «negociado» nos toca pagar más bien pocas veces. Pero te aseguro que unos cuantos proveedores me han comentado que paga bastante más rápido que la común de las administraciones (tal vez en plural sea correcta la minúscula). Mi intención con este comentario no es denostar aun más al resto de las administraciones, sino ilustrar mi sorpresa por lo que nos cuentas, ya que tenía la idea de que «pagábamos» diligentemente. En fin, me gustaría pensar que tu caso no es representativo del conjunto de los pagos que hacen los Departamentos y Organismos Autónomos del Gobierno Vasco. Aunque supongo que es muy representativo de tu experiencia con esta institución. Espero que tengas ocasión de cobrar más veces de esta Administración y puedas mejorar la imagen que te ha quedado esta vez.
Ojalá pagaran sólo a 120 días en el resto de administraciones. Trabajamos con varias y creo que 120 es el mejor de los plazos posibles. Por poner un extremo, sólo decirte que hace poco cobramos una factura de un ayuntamiento con una demora de algo más de un año. Enhorabuena pues.
Iñaki, he tenido otras experiencias que no han sido tan negativas, pero en ningún caso «positiva». Otro día explico en un post lo de la fecha de pago y el sistema que se aplica por rodillo. Mi experiencia de cobro de facturas en la Administración es mala. La tengo mucho mejor con la empresa privada. Y mis limitadas fuentes de información me confirman que el trato en cuestiones de pago no suele ser nada bueno.
Genis, tomo nota de la suerte que estoy teniendo 😉
Julen, curiosamente hemos invertido los papeles. Desde aquella lejana conversación, he eliminado la A mayúscula de la administración, en rebeldía con la Academia.
Estoy de acuerdo con Genís: en mi época de consultor, temblaba cada vez que el cliente era del sector público.
Bonito número. Pero no te puedes imaginar lo que tarda en pagar la A/administración extremeña. Mucho más lenta que la vasca.
Por cierto, me alegro que podamos verte en Cáceres en el efindex.
Actualmente no puedo quejarme de mi Administración. Otras veces es dantesco.
Sobre todo en ONG,s haces un Servicio necesario, poniendo sudor y otras cosas, ejerciendo competencias públicas en atención sociosanitaria, y primero lo haces, como todo hijo de vecino, y después te lo pagan.
Cuando entré a trabajar, tardaron 90 días en pagar el primer sueldo. Ahora de fijo, no.
Las vacas pastan en los prados.
Saludos
alorza, pues parece que si vuelves, seguirías temblando 😉
visiones encontradas, vaya, o sea que al final tengo suerte. Si es que me quejo de vicio. Me alegro de que te alegres. Nos vemos allá en tu tierra.
víctor, siempre he pensado que esto de que la nómina (en el caso de una persona que trabaja por su cuenta) te llegue 90 ó 120 días después del currelo no hay por dónde cogerlo.
En el fondo tienes suerte: conozco al dueño de un restaurante a quién un departamento de la administración le debía 3 años de multitud de comidas. Antes que pagarle, prefirieron enviarle una inspección fiscal y forzarle a cerrar. Por este motivo, nunca me ha gustado tener tratos con la administración.
Hay más opiniones al respecto de este tema en otro blog: http://www.presionblogosferica.com/2007/07/23/60-90-y-nunca/
Por cierto, las opiniones en mi último post se premian con un café 🙂
Afortunado eres. Algunos ejemplos:
Ayuntamiento de Alcorcón: 14 mese
Ayuntamiento de Alcalá Henares: 13 meses
En el otro lado
Xunta de Galicia: 20 días
Mancomunidad de la Garrotxa: 30 días
Quizá alguien que lea este post y estos comentarios y que esté implicado directamente en el negociado pueda darnos alguna explicación del por qué de estas diferencias, fuera de las metafisica veraniega evidentemente
Sé que no sirve de consuelo, así que allá vamos:
– Las firmas de consultoría con las que colaboro pagan cuando lo hace su cliente. Así que entre 3 y 5 meses para que el freelancista cobre.
– Telefónica obliga a todos los proveedores a entrar en Adquira, la plataforma de B2B. Allí, previo canon de 1200€, se negocia absolutamente todo. Cobras a 120.
Me encantan las denuncias como esta.
¿Y el Ayuntamiento de Bilbao? ¿eh? ¿eh?
Aún tengo por cobrar una factura de unos libros, emitida en junio, y la última excusa de la pringada que cogió el teléfono ayer era que «como ha habido elecciones y aún no han tomado posesión los nuevos…» tenemos que esperar… ¿que cuánto? «¡uffff! ni sé… pero no esperes que paguemos antes de finales de septiembre. Sí es que esto pasa cada cuatro años… sí, sí, por las elecciones»…
Es buena ¿eh?
¡¡¡Por cierto!!! Comentemos sobre lo perverso que es el hecho de que Diputación te deba una factura con IVA por supuesto, y tú debas pagar por adelantado ese IVA a Hacienda, por supuesto, IVA que aún no has cobrado ¡de ellos!, por supuesto. Sin entrar en que además de hacer de recaudador por la patilla, estás adelantándoles el dinero…
Si es que… ya nos lo dicen… ¡con un canto en los dientes nos demos, por ser bendecidos con pedidos de la Admón!…
Bueno, Jaio, piensa que podría ser peor. Podría ser una de esas facturas por las que pagas el IVA pero que nunca llegas a cobrar. 😉
Lo divertido que es oír hablar de la reforma de la ley para que las empresas tengan que pagar a un máximo de 90 días. Juas, juas…
Yo, para alcanzar una independencia financiera tranquila, he optado por negocios en los que se vendan a particulares. Esos pobrecitos que pagan al contado.
diego, que lo que yo decía. Soy un afortunado 😉
nacho, será que es… aleatorio. Y entonces sólo queda recurrir a la suerte. Espero que la tengas.
thalasos, el trabajo como freelance para las empresas de consultoría es una de mis cruzadas. Si podía, en general, desmontaba ese chiringuito enseguida. Al menos en sus condiciones habituales.
jaio, es que somos únicos haciendo donaciones. Cuando quieras, avisas y prendemos fuego a la Hacienda. ¿Será pecado?
jaizki, tú encima poniéndolo más peor que malo. Trabajar gratis, eso es lo que hace falta. ¿Cobrar por algo que te encanta? Nada, esto es un hobby.
Trabajo para la administración central como autonomo, mi unico sueldo proviene de la administración. en diciembre cobré 2009 junio, agosto, septiembre de 2009. en enero de 2010 cobré octubre. desde entonces no he cobrado ni noviembre, diciembre, la subida del ipc de 2009, ni nada más. es un sueldo, del que tengo que abonar el iva y la seguridad social, claro, por adelantado. a dia de hoy, mis cuentas tienen 200 euros y 271 euros. y asi casi siempre
[…] la forma de pago. Trata de negociar para el pago no sea por defecto a los 90 ó 120 días, que de todo hay. No siempre es posible, pero tenemos que hacer ver a quien contrata nuestros servicios que no somos […]