Paciencia

by Julen

Se quedó por algún lado. Los nuevos tiempos acabaron con ella. Todo pasó a ser para ya, para ayer, todo cuanto antes, sin demora. Cayó en descrédito. Dejó de ser virtud para pasar a ser símbolo de la derrota. Esperar, esperar; el tiempo se agota. Toca sufrir porque el desenlace natural se acompaña de un ritmo insoportable. Por lento.

En algún momento debió de ocurrir. Alguien cambió las reglas. Tenía que llegar al instante. Y, claro, al elevar el estándar comenzó un nuevo sufrimiento. El que tenía que ver con los segundos, con fragmentos de tiempo antes insignificantes y ahora elevados a la categoría de dictadores en esta moderna sociedad acelerada.

Entre A y B siempre la obsesión por buscar la mínima distancia posible. La paciencia de movimientos en bucle, de idas y vueltas, de curvas ciegas; todo eso lo perdimos en el camino. Ahora hay que acelerar la recuperación. Magnificamos los éxitos de quienes vuelven antes de lo previsto. No hay forma de esperar a que las cosas ocurran a su ritmo. Nosotros, los humanos, tenemos que acelerar.

Así que la angustia va y viene entre el progreso que se percibe y el que debería producirse de acuerdo con los nuevos estándares. No sirve mejorar si no es a velocidad de vértigo. El dolor sigue ahí y no hay forma de convivir con él. Paciencia. Se irá yendo. Pero no, no puede ser. Debería de irse ya y no lo hace. Me está haciendo perder la paciencia.

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2 comentarios

Isabel 10/07/2018 - 21:44

Y sin embargo el dolor no es un sinsentido, sino el lenguaje del cuerpo. Pero no duele solo el cuerpo, duele hasta el orgullo. Sí, toca trabajar la paciencia, tal vez para que recordemos que cada minuto cuenta y que con tantas velocidades los infravaloramos.
Se irá pasando, pero duele. Un beso Julen.

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Julen 13/07/2018 - 07:44

El tiempo es nuestro aliado 🙂

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