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¿Y si los millenials no quieren montar empresas? – Consultoría artesana en red

¿Y si los millenials no quieren montar empresas?

by Julen

coloursNo cabe duda de que el gran mantra de la actualidad pasa por emprender. No hay instancia social que no recomiende a la juventud que se eche al monte y se busque la vida. El empleo se diluye como azucarillo en un café bien caliente. Desaparece de la vista nada más tomar contacto con el líquido. Así que no queda otra: coge los bártulos y lánzate a la carretera para convertir tu pasión en tu trabajo.

Pero, ¿de verdad las nuevas generaciones se están tragando el anzuelo? Por una parte no tengo duda de que toda la artillería mediática tiene que lograr ciertos resultados. Aunque solo sea por el ruido que provoca y por la insistencia machacona del mensaje, algo tendrán que conseguir. Pero ya se sabe que tanta insistencia a veces enciende la mecha de la rebelión. ¿Qué aspecto puede tomar esta resistencia al noble arte de emprender? Quizá este artículo de James Otteson publicado en Quartz y al que he llegado vía Las Indias, nos puede dar pistas: Hey millennials, there is such a thing as an honest profit.

El quid de la cuestión puede estar en el concepto de «honesto». ¿De verdad creemos que el capitalismo global está mostrando comportamientos éticos que son referencia para una persona joven? Los mercados y el mundo de los negocios se han convertido en motor de desarrollo pero también lamentablemente en motor de destrucción de valores. Demasiadas veces cazamos a las grandes empresas en comportamientos que solo buscan su beneficio y donde clientes y grupos de interés no parecen importar demasiado.

The rise of capitalism around the world, uneven as it has been, has changed this equation. Concepts that succeed in the marketplace have superseded—even if not banished completely—extractive behavior as the dominant mover of goods and services.

La idea de «comportamiento extractivo» es muy relevante. Frente a modelos incluyentes, que integran, que devuelven incluso más de lo que toman, se impone muchas veces el pelotazo. Es tan tentador. Y ojo, porque es una música que suena en torno a muchas startups. Sí, la idea del pelotazo, en otro nivel, también tiene que ver con ellas. El capitalismo global continúa en busca de ideas que se transformen en beneficios. Cuantos más, mejor. ¿Importa la honestidad? Bueno, en el mejor de los casos, será un medio para un fin. Vestidos los beneficios de responsabilidad social o de cualquier otra cosmética, lo que importan siguen siendo los beneficios ¡económicos!

El artículo de James Otteson aporta datos de Estados Unidos:

The segment of Americans under 30 years of age who own businesses is at a 24-year low, according to a recent analysis of Federal Reserve data. Nearly 11% of young people had stakes in a business in 1989; fewer than 4% do today.
A separate 2012 analysis of US Census Bureau data by the University of Maryland also shows a decline in entrepreneurship. In the 1980s, start-ups and young firms created 4% of all US jobs. By 1990 the rate had dropped to 3%. By 2010 it was down to 2%.

La pregunta es: ¿y si los millenials no quisieran montar empresas y buscan en un renovado tercer sector la salida? Los datos ya están aquí desde hace tiempo. En el teórico primer mundo no crece el empleo industrial. Lo servicios van ganando terreno, pero, ¿qué tipo de empleo crece sin ningún lugar a dudas? Recurrimos a un texto de Jeremy Rifkin en su libro La sociedad de coste marginal cero (págs. 330-331) para mostrar una nueva vía:

En muchas de las economías industriales más avanzadas del mundo, el sector sin ánimo de lucro ya es el que genera más empleo. Además de los millones de voluntarios que ceden su tiempo de una manera desinteresada, hay millones de personas que tienen empleo en este sector. En los 42 países estudiados por el Center for Civil Society Studies de la Universidad John Hopkins, el sector sin ánimo de lucro emplea a 56 millones de trabajadores a jornada completa. En algunos países, el empleo en ese sector supone más del 10% de la población activa: el 15,9% en Holanda, el 13,1% en Bélgica, el 11% en el Reino Unido y el 10,9% en Irlanda. En los Estados Unidos supone el 9,2% de la población activa y en Canadá el 12,3%. Es probable que estos porcentajes aumenten a un ritmo constante en los próximos decenios a medida que el empleo pase de una economía de mercado muy automatizada a una economía social que requiere mucho trabajo humano. […]
Calculo que hacia mediados de siglo, si no mucha antes, la mayoría de los empleados de todo el mundo trabajarán en el sector sin ánimo de lucro del procomún colaborativo impulsando la economía social y comprando al menos una parte de sus bienes y servicios en el mercado convencional. La economía capitalista tradicional estará gestionada por tecnología inteligente supervisada por un pequeño número de profesionales y técnicos.

Da que pensar. ¿Será esta generación la que terminará por decir que no a montar empresas como las hemos conocido hasta ahora?

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5 comentarios

J. G. del Sol 16/03/2015 - 08:19

El trabajo público, descabezado (o sea, sin los jefes de las mal llamadas empresas públicas), tampoco tiene ánimo de lucro y es social. Por eso los jóvenes españoles quieren ser funcionarios.¡Ánimo, millenials!

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Julen 25/03/2015 - 06:14

En el sur de Islandia hay de todo pero ya se sabe que funcionario es siempre una meta. Aunque solo sea porque Forges siga encontrando inspiración para sus viñetas, ¿no? 😛

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Víctor 16/03/2015 - 08:27

Realmente esperanzadora la predicción de Jeremy Rifkin. Está en nuestras manos hacerla realidad.

En cuanto al emprendimiento en los jóvenes, hay una contradicción muy grande entre la campaña mediática para que emprendan y el miedo a hacerlo que se les induce sumado a la falta de seguridad económica. Para un emprendedor de clase media o baja emprender puede suponer no ingresar nada o en negativo durante un año o dos. Puede suponer incluso cargar con una deuda toda tu vida. Y hay mucho miedo a la deuda y a no poder pagarla.

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Julen 25/03/2015 - 06:12

Hola, Víctor. Dices muy bien: esa doble moral de emprender porque no queda otra es mensaje muy delicado. Si nos ponemos a malas da como para perder parte de la fe en este sistema que tenemos montado, desde luego. Seguiremos atentos.

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