Paseíto de toma de contacto con la zona. Era cuestión de desentumecer músculos después de unos días bastante parado tras el Camino del Norte y el Camino Primitivo. Así que suave pedaleo hasta coger la carretera que asciende a Cardaño de Arriba. Antes de llegar al pueblo se coge la senda hacia la cascada de Mazobre acompañando al arroyo por su izquierda. Eso sí, «suave pedaleo» en esta zona es que te haces 622 metros de desnivel acumulado.
La subida a la cascada de Mazobre son solo tres kilómetros y un desnivel de algo más de 200 metros. El valle se va cerrando poco a poco con el Espigüete pegado a la izquierda. Es una tremenda mole caliza con algunos neveros en su parte más alta. Abajo, al terminar la senda, se llega a la cascada. Muy bonita, escondida en un entorno bucólico. Y, claro, me he puesto a hacer fotos que era un no parar. Podéis verlas en un álbum de Flickr que he creado para estos cuatro días de pedales.
También me he acercado a Cardaño de Arriba, el pueblo donde muere la carretera y desde el que parte la senda de Las Lomas, una de las que asciende a las cumbres de esta zona. Preciosa la espadaña de la iglesia de San Lorenzo. La tarde tocaba a su fin y en la carretera de acceso al pueblo, las gentes del lugar paseaban dejando que el tiempo se deslice despacio entre unas palabras y otras. Ruralidad, cosas de pueblo.
2 comentarios
Kaixo Julen
Alto Carrión. Qué geografía tan maravillosa y salvaje. Conozco bien estos parajes y rincones. Los he recorrido en diversas aventuras de montaña, ascenso al Espigüete por el norte (radical), por el sur y por el este, al Curavacas desde Vidrieros por la Gran Canal en verano y en invierno, Peña Prieta, el Rincón de Cardaño o simplemente encerrado cuatro días en el refugio de Cardaño de Arriba por una brutal nevada. Cuando el pueblo aún permanecía abandonado. Poco a poco, en cada una de estas visitas podíamos ver cómo se recuperaba y las casas se reconstruían. Un buen ejemplo de rehabilitación rural con vistas al turismo de aventura, ¡ y de pesca!, el Carrión tiene fama de excelente río truchero (de truchas asalmonadas), un manjar., como la cecina (de varias especies) del lugar. No sólo tengo buenos recuerdos de los lugares y algunas de sus gentes, sino también intensas vivencias y anécdotas, ya nos contaremos como dos abuelos cebolleta,
disfruta y se feliz
un abrazo
Ya veo que eres un experto en la zona, Javi. De saberlo, habría preguntado antes. Han sido cuatro días de rutas en bici muy majas. Voy a escribir el último post, el de la subida al Pozo Curavacas. A ver cuándo nos vemos de nuevo 🙂