Etapa 2: Alcalá la Real-Castro del Río

Tarde agradable en Alcalá la Real paseando por sus callejuelas de la parte histórica. Eso sí, granizada incluida. Tiempo de viene y va: lluvia,  granizo, sol y vuelta a empezar. Todo muy azorense. Sellamos la credencial en la Oficina de Turismo donde charlamos un rato con el chaval que atendía. Eso sí, a las cinco a plegar. Pues eso, tarde agradable dejando pasar el tiempo.

A las siete de esta mañana de hoy primer vistazo por la ventana y… oh, suelo seco. Eso quiere decir que no ha llovido durante la noche. Alegría alegría. Se traduce en una tostada estupenda con su zumo de naranja y su té en el bar del parque que tenemos frente al hotel. Noticias en la tele: corrupción por todas partes. Hay que joderse con lo que tenemos.

Vuelta al hotel y en marcha. Muy bonita la salida dejando atrás la tremenda fortaleza de La Mota dominando el territorio. La pista va subiendo entre olivos y cortijos con sus tropecientos millones de perros ansiosos por ladrar a quien pasa. Triste función en vida la que les enseñaron sus amos. Amigos del hombre pero enemigos de muchos ciclistas. En fin, casi todos atados, menos mal.

El camino hasta Alcaudete se hace rápido. En general buenas pistas que dejan rodar de forma ágil si bien los estragos de las lluvias recientes están por todas partes. Esto incluye algún tramo convertido en río (literal, podéis verlo en alguna foto de las que he subido a Flickr). Tras una subidita muy ligera hasta una loma por fin se entra en Alcaudete a través del Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta y luego por una hermosa avenida peatonal. Nos acercamos hasta su castillo, hacemos las fotos de rigor, buscamos la oficina de turismo y nada,  que está cerrada porque es lunes, según nos comenta un paisano. Pues vale, seguimos camino.

Salida entre olivos por una carreterita bien chula que nos deja ver un nuevo tipo de plantación: paneles solares, de la empresa San José. Tecnología entre olivos. Nosotros seguimos camino hasta… que nos tenemos que dar la vuelta por desprendimientos. Las laderas que envuelven el río se han venido abajo. Decidimos dar media vuelta intentando coger la carretera, pero al final tenemos que volver bastante atrás. Los paneles solares impiden el paso. Bienvenido el progreso.

Tramo rápido de carretera y vuelta a coger el Camino. Trescientos metros son suficientes para coronarnos de barro. Vuelta a la carretera saltando guardarraíl y previa petición de un camioncito que venía fumigando los laterales de la carretera. Ver para creer. Parada para quitar barro.  Y van…

Seguimos por asfalto hasta unos diez kilómetros antes de llegar a Baena. Paramos en el restaurante Nicol’s, que resulta ser una antigua estación de tren y que da comienzo hoy a una vía verde que nos debería venir de perlas para llegar a Baena. Pues dale,  paseo estilo verano azul hasta Baena por la vía verde. Ja.  Ja. Eso os habéis pensado. Pero no.  Resulta que la Vía verde está destrozada por las lluvias y nos lleva de lodazal en lodazal. Barro que te quiero barro… hasta en una vía verde.

En Baena intentamos quitar los kilos de fango adosado pero sin agua a presión poco se puede hacer. Comemos, hablamos con Fran,  que se nos unirá en Castro del Río donde acabamos etapa y decidimos ir por carretera. Enseguida encontramos una gasolinera con lavado a presión. Cuatro euros después, como nuevos.

Vamos para Castro del Río. Alberto se pone a tirar como un poseso y apenas puedo seguirle. Así que me pillo un dolor de flato que paqué, pero todo sea por llegar a destino. Y sucede en un pispás. Rodeamos el pueblo por el paseo «marítimo» y encontramos nuestro hostal. Ducha, colada, saludo con Fran y post. Mañana más. Nos leemos.

Distancia recorrida: 81,80 km. Tiempo sobre la bici: 5h 0min. Desnivel acumulado: 839m. Tiempo quitando barro: muuuuucho.

Enlaces útiles:

• Serie completa de posts sobre esta ruta en bici por el Camino Mozárabe y la Vía de la Plata.
• Hashtag #rssuave en Twitter.
• Album de fotografías en Flickr.
• Ruta prevista Granada – Mérida – León.