Red Line hasta Harvard desde Downtown Crossing en el centro de Boston y luego vuelta a pie por Massachusetts Avenue hasta toparnos con los edificios del MIT. Un plan como otro cualquiera para una mañana de domingo. Bueno, eso si vivieras aquí en Boston, pero el caso es queda un poco lejos del sur de Islandia donde vivimos habitualmente. Sin embargo, ya que visitábamos Boston qué menos que darse una vuelta por el MIT y la Universidad de Harvard. Pues allá que fuimos… un domingo de paseo.
Harvard vivía ese domingo de las visitas. Grupos por aquí y por allá guiados por chicas y chicos que explicaban con vehemencia la historia de lo que allí había acontecido. Que aquí estudió fulanita, que aquí menganito, que allá Zuckerberg le daba vueltas a su Facebook y que más allá en tiempos inmemoriales los padres de la patria americana se preparaban para la revolución. Lo mejor de lo mejor.
El caso es que ahora andan de obras en Harvard. Y, claro, los gremios ya se sabe, te lo dejan todo hecho un cisco. Así que unas tuberías al descubierto, unos andamios mal disimulados y material diverso de obra… pues qué queréis que os diga, que fatal, que no lucía nada ese campus estupendo entre césped, arbolitos y edificios imponentes. Pero ya sabemos que allá dentro se cuece buena parte del destino de la humanidad porque para eso se va allá, para hacer carrera en el planeta. En fin, ya digo: el desorden y la mierda de la obra le ganaba de largo a la ciencia.
Cansados ya de tanta eminencia fantasma del pasado decidimos huir. De camino al MIT desde Harvard por Massachusetts Avenue cayó una hamburguesa en un curioso local que mostraba la carta no en papel sino cual tabla periódica en una gran pizarra. Se llamaba Miracle of Science, pero más que milagroso era como cualquiera podía prever. Un tugurio digno y animado. Camareras colegas de la gente habitual, todo muy familiar.
Tras el receso, llegaron las revueltas por los quinientos edificios en que se desparrama el MIT. Un poco de aroma a Frank Gehry en tal detalle achatarrado de un edificio, una escultura simbólica en un jardín, una chica leyendo en unas escaleras. Pero sobre todo volumen, metros cuadrados, metros cúbicos, más y más. Ciencias del espacio, laboratorios para analizar el cáncer o un edificio de nombre Cyclotron, donde supongo que las partículas andarán de fiesta continua, a lo loco y sin parar. Da igual. Hay de todo. Tras cada edificio otro más. Impresiona por lo grande.
No sé, Harvard y el MIT, tanto monta monta tanto Isabel como Fernando. Supongo que son la referencia de la ciencia y de sus métodos. Los asiáticos -inmensa mayoría en una simple observación de una sola mañana de domingo- parecían adorar a estos símbolos del progreso. Imagino que en unos años a lo mejor hay que ir a India o a China para ver cómo evolucionaron. Hoy a mí me dejan más pueblerino que nunca, pensando que esta carrera por la desmesura del conocimiento ha conformado una liga donde esfuerzo, dinero y poder se unen en un único frente. Y ahí no pinto nada.
Quizá en mi sensación de soldado raso tuvo que ver que tras la visita a ambas instituciones y cuando uno buscaba sosiego, cinco aviones en el cielo dejaban rastros de humo en forma de publicidad. Sí, cinco aviones y no avionetas. Cinco reactores que jugaban dejando escrito allá en las alturas el nombre de un casino de Connecticut. No pasa nada; ni MIT ni Harvard ni la madre que lo parió. Estos americanos son la hostia: publicidad supersónica, en aviones a reacción sobrevolando Boston. Joder, si parecen hasta de Bilbao. Donde esté un buen casino…
7 comentarios
«esta carrera por la desmesura del conocimiento ha conformado una liga donde esfuerzo, dinero y poder se unen en un único frente»
Suena como a frente de exclusión
Vaya viajecito! 🙂
Es que siendo realista, hay un poder que sigue las reglas que tiene que seguir, ¿no? Y entre ellas está disponer de acreditación en algún lugar de estos. Luego lo del esfuerzo… pues puede que sí o puede que no 😉
Joder, si parecen hasta de Bilbao
Casi muero de la risa …. me están encantando tus fotos ¡molan!
¡disfrútalo!
En Bilbao con cuatro latas se monta el Guggenheim, no lo olvides, Juana 😉
En USA ha aparecido un movimiento bastante relacionado con hackear la educación y con voces muy críticas por el precio de estudiar se llama UNCOLLEGE http://www.uncollege.org/ y vienen de la otra costa jajaa . El tema educativo USA y en otras latitudes empieza a parecen un business más, debido a ello los créditos estudiantiles andan jodiendo a unos miles o millones de personas. Pero bueno, Harvard y el MIT que el resto de Unis del mundo siguen a pies juntillas no ? Pese a todo, siguen siendo esos lugares donde se debe aprende mucho porque hay gente muy buena no ?, algo así como los mejores de los mejores, lo cual sea dicho de paso a muchos normalitos igual nos queda también muy lejos 🙂
Hola, maestro:
Ya veo que te estas pegando un paseíto de los buenos. Yo acabo de regresar de vacas, y estoy leyendo posts pendientes. Harvard y el MIT son diferentes. No sólo en su estética arquitectónica, sino también en su filosofía y contenidos. El MIT es una institución mucho más abierta y menos elitista (en la medida que le deja su mega-marca) que Harvard. En cualquier caso está claro, como bien dices, que dinero y poder se mueven en esa liga como pez en el agua.
Disfruta, colega… (por cierto, ¡¡las fotitos estupendas!!)
Saludos a Noemí…
Ya lo que creo que se «sentían» diferentes, aunque unidas por ese vínculo con el poder, creo 😉