Trabacaciones por Batuecas, Béjar y Gredos en bici de montaña

Siempre ha sido una zona que me ha gustado. Me refiero al Parque Natural de las Batuecas, un espacio donde 15 municipios reúnen a algo más de 15.000 almas y que entremezcla historia humana con una mezcla de vegetación atlántica y mediterránea y pueblos serranos. Mogarraz, Miranda del Castañar, San Martín de Castañar o La Alberca son pueblos con mucho encanto. Pero además de estos, que pueden ser los más populares, el resto también merecen la pena. Hace ya mucho tiempo que no ando por esa zona; así que para allá me iré a partir del fin de semana que viene. El GR-10 cruza el parque longitudinalmente y puede ser también otra opción para hacer algunos kilómetros a pie.

En la zona destacan asentamientos vettones (prerromanos) y explotaciones mineras romanas, aunque es la arquitectura popular lo que más puede atraer. La cima de referencia es la Peña de Francia, por encima de los 1.700 metros y donde se ubica un monasterio de dominicos. Por supuesto que se reparte una buena oferta de artesanía local por todos los pueblos: bordados, cestería, madera, cerámica, cuero. Así que rodaremos suave suave por allí durante cuatro días.

Junto a las Batuecas, Béjar es una de esas zonas que llama a quienes andamos en bici. Al margen de sus héroes ciclistas que han hecho carrera como profesionales o de altos tan populares como el de La Covatilla (habitual final de etapa en La Vuelta), es lugar de paso de la Ruta de la Plata. Será mi segunda base de operaciones. Como en otras ocasiones, quiero entremezclar bici de monte y, hasta dónde pueda, algo de turismo para conocer mejor la zona. Su sierra es reserva de la biosfera de la Unesco.

Junto a Béjar, un pueblo con mucho encanto es Candelario, que es sinónimo de ruido de agua y donde andan ahora con una programación cultural en torno a la figura de Miguel de Unamuno. Entre las rutas que espero hacer más de una pasa por allí. Las posibilidades son muchas para dar pedales. Echando un vistazo a las que están subidas a Wikiloc ya he seleccionado varias para recorrer el entorno, incluyendo una que me permitirá transitar por el tramo de la Ruta de la Plata que pasa por las inmediaciones. Y si hay que reponer fuerzas ya tiraremos de calderillo, patatas revueltas o de perrunillas para postre.

Por último, la tercera base para rodar por pistas, senderos y carreteritas olvidadas será El Barco de Ávila, ya en la Sierra de Gredos y con su esbelto puente medieval sobre el del Río Tormes y su pedazo de castillo original del siglo XII. Desde allí quiero pedalear por territorio del Parque Regional de la Sierra de Gredos, una zona en la que nunca he estado. Por supuesto, que tirando de Wikiloc, igual que en los casos anteriores. Por cierto, que hablar de el Barco de Ávila y no hacer mención a sus judías con denominación de origen sería una falta de respeto. Según veo, tengo unas cuantas opciones para elegir plato. Seguro que un día caen algunas, que para eso no hacemos sino consumir y consumir calorías sobre la bici… ¡para poder meternos atracones de vez de cuando!

Sobre una mesa de roble – La infatigable sostenibilidad de la artesanía | Comunidad ISM ow.ly/cbJ3H

— Julen Iturbe-Ormaetx (@juleniturbe) julio 12, 2012

Bueno, pues en total serán doce días por sitios apartados… y no tanto, porque en general, creo que son zonas con cierto nivel de explotación turística. Pero espero disfrutar de la tranquilidad de pueblos apartados donde la sostenibilidad se mantiene a base de mesas de roble o de iniciativas similares a la de la fontanera digital de Valdelarco 😉