Etapa 8: Alhama de Aragón – Daroca

Primer día dando pedales solo, sin esa máquina rodante que no usa plato pequeño llamada Alberto. Ha sido otra jornada más en plan de recuperación. Aunque he cogido algunos tramos de la ruta a pie, la mayor parte la he recorrido por carretera. Claro que estas carreteras no tienen nada que ver con las que conocemos allá en la parte del sur de Islandia donde habitamos. Sirvan como ejemplo los más de 30 kilómetros entre Munébrega y Atea donde me he encontrado con ¡un coche! Me he cruzado con bastante más gente a pie que en coche. Paseos de domingo por la mañana con el aliciente del buen tiempo recuperado.

La salida de Alhama ha tenido de nuevo su gracia. El GPS se ha tronado. Ha enloquecido y han vuelto a aparecer etapas que ya había borrado y algo peor: el track hasta Daroca se había esfumado. Lo mismo que le pasó a Alberto a la salida de Maranchón. Me parece que este Garmin Edge 705 va a ir directo a un reseteo completo en cuanto vuelva a casa. Empieza a hacer cosas raras, como ya me sucediera el verano pasado en la Transpirenaica. Así que el camino hasta Ateca lo he realizado por la antigua carretera Nacional II, casi desierta entre que era pronto por la mañana y domingo. Luego el GPS ha decidido volver a su ser.

En este primer tramo es curioso ver, junto a la nacional, la vía del tren convencional, y a ambos lados las otras dos vías rápidas para acelerar el mundo: el AVE y la autovía. Nosotros con la bici llevamos un ritmo más humano. Al parar en Ateca un lugareño me ha sometido a interrogatorio en primer grado acerca de la GoPro. Jubilados encantadores que pasean un domingo a las nueve, da igual lo que pase en el mundo.

Por Munébrega, entre viñas, árboles en flor y calendarios de motosierras para hombres #rsscid #cosasquenocambianow.ly/i/ypav

— Julen Iturbe-Ormaetx (@juleniturbe) abril 8, 2012

Hacia Munébrega comienza el paisaje de viñas y almendros en flor. Acompaño un rato a un caminante que me dice que por allí de lluvia nada de nada, que han sido 12 litros en total. Nada que de momento vaya a salvar las malas perspectivas para el campo. Poco a poco se va ganando altura para salir del valle del Jalón y desde los 560 metros se sube hasta los cerca de 950 al llegar a Castejón de Alarba. El último tramo tras Munébrega recorre una amplia vega por una deliciosa carreterita que da acceso a las fincas. Alguna que otra perdiz se aleja a mi paso correteando pero sin levantar vuelo. Los kilómetros pasan deprisa en asfalto. En Acered ya solo quedan 23 kilómetros para Daroca.

Me alcanza un ciclista de Atea que me explica los orígenes vascos de la toponimia de la zona al decirle que soy de Bilbao. Y es que «Atea» significa «puerta» en euskera, una forma de dar paso a Castilla, según me cuenta. Fueron más de 1000 vecinos en su pueblo y hoy apenas superan los 100, comenta con pesar. Curiosos los tremendos campanarios de las iglesias mudéjares de la zona, testigos de otras épocas de poderío, para la poca gente que habita hoy la zona. Habla de un pasado más esplendoroso, aunque mi informante afirma que aquí la crisis es menos crisis porque la gente no vive del todo mal con las subvenciones al cereal y esas cosas. No tengo criterio y solo transcribo lo que escucho. Lo que sí es real es que la despoblación ha avanzado de lo lindo.

Camino de Daroca, ermita de San Mamés, Athleeeetic, eeuuuppp!!!! #rsscid ow.ly/i/ypGR

— Julen Iturbe-Ormaetx (@juleniturbe) abril 8, 2012

El descenso hasta Daroca me lleva a la ermita de San Mamés, donde no puedo evitar un tweet de honor al gracioso santo que se cobija en una hornacina en la portada. Sí, es San Mamés, el que da nombre a la catedral del fútbol. Va por Alberto 🙂

Así que para las dos de la tarde ya estaba en Daroca. Paseo en bici por su laaarga calle Mayor. Me subo hasta la gasolinera que está en la carretera general a hinchar la rueda delantera y vuelta por la calle Mayor de nuevo. Veo mucho motero y gente paseando. Parece animado el pueblo a esas horas. Me acerco al hotel, cuyas habitaciones dan todas a un patio interior donde luce una terraza también muy animada. Estiramientos, bocadillo, té, lavar la ropa y a la ducha. A dejar pasar la tarde de domingo entre sol y nubes, pero con fresco considerable. Mañana para Sierra Menera.