Cooperativismo del siglo XXI: ¿reunidos o unidos?

by Julen

reunion2Hace ya mucho tiempo que escuché aquello de que cuando se acabara el mundo, a los cooperativistas de Mondragón puede que no los pillaran unidos, pero seguro que los pillaban reunidos. Valga la broma para comentar algo sobre la «reunión» como sistema de toma de decisiones en el modelo cooperativo. Ha tenido que ver este texto con un par de ¡reuniones! (cómo no) en las que he participado últimamente. Continuamos así la serie de artículos que tienen que ver con el cooperativismo del siglo XXI.

El caso es que compartir tiempo y espacio se ha convertido en piedra angular del cooperativismo. Fuerza colectiva, decisión compartida, consenso, asamblea, discusión. Son las bases de un modelo arraigado hasta la médula. ¿Que hay que decidir? Pues reunámonos. Lo discutiremos y tomaremos la decisión adecuada.

Pero el sistema ha acabado encerrando una delicada perversión. Pasamos a lo colectivo ciertas decisiones que se demoran en aras del supuesto consenso y despojamos a la persona de un hábito muy sano: decide y hazlo rápido. Y es que en gran parte las cooperativas han quedado afectadas por el mal de la sobreorganización del que tanto suele hablar Eric Abrahamson. El avance en materia de gestión profesional en las cooperativas ha conducido a una rigidez excesiva en la toma de decisiones y una peligrosa burocratización.

La base de «una persona un voto» se vuelve en contra de la organización para las grandes decisiones cuando la cooperativa es grande. Ese principio fundamental se desvirtúa porque no es posible el modelo asambleario una y otra vez. Nadie puede concebir un sistema en el que 500 personas se juntan para votar decisiones cada dos por tres (parece diferente en una cooperativa de 3, 5 ó 7 personas). El sistema ha separado la gestión operativa del control de gestión: uno va por línea directiva y el otro va por línea societaria a través del consejo rector. Unos deciden (¿los directivos?) y otros controlan y validan las decisiones. Todo ello envuelto en el celofán de la bendita reunión.

La contradicción de fondo es que el discurso de poner en valor a la persona choca con el sistema hiperorganizado. La teórica democracia representativa en que se convierte la cooperativa ralentiza la toma de decisiones en aras -quiero pensar- de cierta justicia social. Las personas no deben decidir por sí mismas sino que deben someterse a los principios colectivos validados a través de las normas elaboradas. El proceso de burocratización se come cualquier atisbo de decisiones veloces.

Las grandes reuniones asamblearias pasan a convertirse en actos institucionales para la galería. Entonces se monta otro sistema para «descargar» a esas asambleas a través de más reuniones preparatorias, previas a la gran asamblea. No querías pan, pues toma barra y media. El sistema rueda pesadamente mientras el mundo allá fuera se desliza ágil.

Así pues parece que el modelo cooperativo del siglo XXI debe cambiar su sistema de toma de decisiones. Quizá deba hacerse más imperfecto para que las personas ganen en capacidad de decisión. Es una prueba de confianza que al mismo tiempo provoca inestabilidad. Las personas somos diferentes. Parecería que el sistema de gestión de la cooperativa nos aplana, como decía antes, en aras de la justicia social. Y ahí se corrompe la solidez. Porque es el sistema el que da y quita razones y no tanto la capacidad de decisión de una persona y su equipo.

De nuevo parece que hay que quitar estructura y dotar de mayores espacios de libertad. Pero esto va a suponer nuevos tipos de conflicto. El consenso vía compartir tiempo y espacio es un gran valor pero que puede conducir a la ruina: la parálisis por el análisis. No podemos sufrir sistemas de decisión burocráticos ralentizados por omnipresentes requerimientos de coherencia interna. Deberíamos aceptar más equivocaciones. La peor decisión empieza a ser la que no se ha tomado. Y quien se equivoca no puede saberse amenazado por el peso del sistema. Ha tomado la decisión sobre la base de su iniciativa personal, desde su leal saber y entender (que diría un buen amigo). Bastante es. ¿No hablamos del error pedagógico, fuente de aprendizaje?

El cooperativismo del siglo XXI tiene que eliminar reuniones presenciales. Necesita más rapidez en la toma de decisiones. Y debe hacerlo, eso sí, mediante colaboración, mediante contactos intensos entre personas. Pero no puede sufrir un sistema inflado de reuniones presenciales de mil tipos. Eso supone gestión lenta y pesada, que las más de las veces se convierte, además, en fuente de tensiones. Así que, ante la duda, haz lo que quieras, pero no convoques una reunión. Bastantes hay. ¿Qué tal nuevos sistemas de coordinación derivados de la web social?

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8 comentarios

juan luis azkarate 24/04/2009 - 08:43

¡qué gran razón! hoy en día existen canales y formar de relacionarse (herramientas 2.0, por ejemplo) que deberían sustituir, en parte, las macro-reuniones presenciales en las que todo el mundo opina sobre todo. Además, siendo sinceros, no sabemos hacer reuniones ni en las organizaciones pequeñas, ni me imagino en las grandes estructuras, donde la reunión, pre-reunión, post-reunión, asambleas, consejos…se convierten prácticamente en un fin en sí mismo.
Parece una chorrada y un problema que no suele percibir como tal, pero el tema es mucho más importante de lo que parece.

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Ivan 24/04/2009 - 15:09

hay y habia reuniones que tela,horas y horas

no recuerdo que empresa 9multinacional)era,pero empezaron a hacer reuniones de pie,para que no pasaran de 1 hora….pues terminaron conviertiendose en eternas

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juan luis 24/04/2009 - 15:27

yo en estos momentos soy presidente de mi portal y cuando quiero que una reunión de vecinos no se alarge (otro ejemplo de comunidad donde se prodigan las reuniones largas, inútiles y surrealistas) la convoco en el rellano de la escalera

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Yuri Noda 25/04/2009 - 00:22

Estoy contigo , en parte.

El problema es… ¿cuántas personas – de dentro- opinan así?
Si es la minoría…. poco vamos a cambiar, por lo de «una persona un voto».
Si es la mayoría… parece increíble, pero es poderoso el miedo a perder el control (es decir ‘hacer más imperfecto’).

Yo opino como dice Jesús en su post http://jesusfdezblog.wordpress.com/2009/03/17/vibraciones-modelos-mentales-y-limites-en-la-empresa-industrial/ , es palpable que hay la cultura de «Café para todos». Y esto va en contra de reconocer «la capacidad de decisión de una persona y su equipo», quien unos destaca y otros no. Pero con el tiempo cambiará… (eso espero).

Sobre las reuniones.
Reuniones en sí, ¿por qué es malo?
Lo malo es realizar reuniones ineficaces, buscando en defender su punto de vista y no del bien global, o peor aún (ligado con «café para todos»), usar la reunión para diluir la responsabilidad de toma de decisión. Para estos casos, aunque no sea presencial y que sea vía Web (blog, wiki), puede suceder lo mismo. ¿no? -incluso podría ser peor porque algunos podría ser realmente invisible-

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David de Ugarte 25/04/2009 - 06:45

Nosotros tenemos un sistema mixto: la mayor parte de las cosas no salen del online: un newsgroup apoyado por una wiki. Sin embargo, cualquier conversación entre un número mínimo de miembros, «se convierte en asamblea» a un gesto determinado. Aquello a lo que lleguen, cuando lleguen, se envía luego a todos y realimenta el proceso. Finalmente, cada cierto tiempo, asambleas presenciales cortas, fijan los consensos que se han ido digiriendo a lo largo del tiempo en «trozos presenciales de asambleas» surgidos espontáneamente, la mensajería instantánea, el grupo de noticias, etc.

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Mikel 27/04/2009 - 09:18

Voy leyendo los posts y comentarios sobre el cooperativismo del siglo XXI:

Segun lo leido hasta ahora y haciendo un muy breve resumen de lo propuesto ultimamente el cooperativismo del siglo XXI se desarrollaria en estas cuestiones:

– un sistema de participacion en la organizacion via web 2.0, abierto para todas las personas desde que entran en ella, aunque no conozcan las «tripas» de la cooperativa, para que puedan aportar sus ideas de mejora

– un sistema de reunión (o no reunion) mediante herramientas web, no presenciales y para qué una asamblea, o una reunion de trabajo…

Si os vale de aportacion, trabajo en una cooperativa desde hace dos años. en mi corta pero intensa experiencia profesional, (7 años) es sin duda la experiencia profesional mas profunda, enriquecedora y a la vez motivante y exigente en el buen sentido de la palabra que he tenido.

Desde que he entrado las personas de mi entorno de trabajo mas cercano me han dado la oportunidad de «socializarme» con innumerables personas, de la organizacion y de fuera de ella, con potenciales y presentres clientes, con personas con competencias en mi organizacion de la mas amplia indole. nunca podre agradecerselo lo suficiente.

Y es que verle la jeta a un tio o a una tia, darle la mano a alguien o un par de besos al conocerle, compartir impresiones de viva voz, compartir inquietudes comunes, etc eso a mi entender no lo suple nada es la base para poder trabajar en equipo y en red para perder el miedo a aportar y tener una interlocución fluida y natural con cualquier persona de la organizacion sea cual sea su nivel competencial. el 2.o puede potenciarlo, alimentarlo, canalizarlo, ordenarlo, procedimentarlo etc

Cada dos meses tenemos una reunion informativa a la que asiste el gerente o el presidente del consejo rector en la que informan del avance de «los numeros», las incorporaciones y salidas de personas de la coop., decisiones y planteamientos que se toman entre asamblea y asamblea, etc todo ello con el objetivo de informar y abrir el proceso de hacer la cooperativa a todo el mundo socios y no socios. y desde luego el potencial y la fuerza real de esas reuniones son de los que asistimos y participamos, ojala todos los trabajadores tuvieran esa oportunidad que comente…

La experiencia de una asamblea, ver a 200 – 250 personas reunidas, en el mismo sitio, decidiendo ciertas cuestiones, el verse, poder hablar, relacionarse, sentir que no somos islas delante del ordenador, o nombres al otro lado del outlook, eso es irremplazable, tener un dia y dias previos para pensar y repensar ciertas cuestiones, sentir la fuerza de 200 personas que estan en el mismo equipo, es una experiencia que todo trabajador tendria que tener.

Renovar los organos de decision (consejo rector) y de intrelocución con los trabajadores y la direccion (consejo social) cada dos años es un derecho y un deber del socio trabajador que entiendo no se esta poniendo en cuestion

que habrá gente que ira a hacer méritos y a hacer galería, quiero dudarlo, quien piense asi y no crea y experimente la cooperatividad mas que la competitividad interna poco tiene que paortar a una cooperativa, o por lo menos poco aporta por lo que yo veo dia a dia, mas bien crea mal rollo.

me gustaria mas que se hablara tambien de deberes del trabajador, no solo de derechos, porque si algo he mamado es que no todo son derechos, tengo derecho a participar, a que lo que poarte se tenga en cuenta, a participar de los organos de decision e interlocución, de asistir a la asamblea o delegar mi voto, etc todo eso y mucho mas es ademas un deber, eso pone la pelota a nuestro tejado tambien como trabajadores que somos no?

PORQUE NO HABLAMOS DE LO QUE NO HACEMOS Y NO DE LO QUE NO HACEN OTROS?…

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Julen 28/04/2009 - 07:14

@Juan Luis Azkarate, sí que el tema es importante, tanto por el tiempo que «roba» como por el «mal rollo» que muchas veces provoca. Malas reuniones = Mal humor.
@Iván, me apunto lo de las reuniones de pie, no es mala idea. Ya ves que @Juan Luis se aplica en ello 😉
@Yuri, el asunto es que la decisión se está llevando por defecto al plano colectivo y mediante reunión. Eso introduce un cáncer en la cooperativa. No es sostenible. El café para todos son los estatutos sociales y el reglamento de régimen interno de la cooperativo.
@David, la cuestión es cómo sumar online+presencial pero sin ralentizar. La palabra que le da sentido es confianza, confianza mutua.
@Mikel, gracias por el resumen de lo escrito hasta la fecha y por compartir tu experiencia tan positiva. Cada cual hablamos desde ella. Es evidente que habrá opiniones para todos los gustos. Yo insisto en mi idea de que la «presencialidad» está ralentizando decisiones y está conduciendo a muchas cooperativas a sistemas excesivamente burocráticos.
Por otra parte, lo presencial debe seguir existiendo, ¡cómo no! Pero, ¿por qué ves tan poca presencia de la web social dentro de las empresas de la corporación? ¿Acaso la sociedad está equivocada y el uso que las personas hacen de ciertas tecnologías para comunicarse no es de aplicación en la empresa?
En cuanto a las obligaciones del cooperativista, son las que están especificadas en estatutos sociales y RRI: ¿ese el mensaje de compromiso? Hay que revisar. No podemos seguir con estatutos de los años 60 del siglo pasado.

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Deliberación, decisión y ejecución 31/10/2016 - 04:51

[…] primero con Julen, luego con nuestros amigos de los kibbutz e incluso a preguntas de dos chicas del público en […]

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