Analfabetismo de valores cívicos

by Julen


En UrbanLabs tuve ocasión de participar en un taller relacionado con la política y la Administración. Allí hablamos y hablamos. Mientras estaba allí mis neuronas trataron de recoger un par de párrafos que había leído hace poco y que no supe cómo recuperar en aquel momento. Esta mañana, releyendo algunas cosas de cara a una reunión que tengo esta tarde en el i-talde de conceptualización de la innovación social en Innobasque, se me ha hecho luz.

Son dos párrafos de un artículo que nos ha pasado Daniel Innerarity al hilo de esta reunión que os comento. No tiene desperdicio. Sé que marcan un punto pesimista, pero conviene aguzar el ingenio ante una realidad que se nos viene encima. Los subrayados son míos:

¿Hasta qué punto las sociedades innovan, más allá de sus sistemas de innovación tecnológica, científica, productiva y económica? Vivimos efectivamente en una sociedad descompensada: entre la euforia tecno-científica y el analfabetismo de valores cívicos, entre la innovación tecnológica y la redundancia social, entre cultura crítica en el espacio de la ciencia o en el mundo económico y un espacio político y social donde se innova poco, donde hay una escasa capacidad para articular el equilibrio entre consenso y disenso, para canalizar los conflictos y diseñar modelos de convivencia.
Al mismo tiempo hay que pensar seriamente la capacidad de innovación social de la política (entendida en su sentido más amplio). Es una valoración casi unánimemente compartida que la capacidad configuradora de la política retrocede de manera preocupante en relación con sus propias aspiraciones y con la función pública que se le asigna. Esta debilidad contrasta con el dinamismo de otros sistemas sociales. En nuestras sociedades conviven la innovación en los ámbitos financieros, tecnológicos, científicos y culturales con una política inercial y marginalizada. El repliegue de la política frente al vigor de la economía o al pluralismo del ámbito cultural es un dato que merece ser tomado como punto de partida de cualquier reflexión acerca de la función de la política en el momento actual. Hace tiempo que las innovaciones no proceden de instancias políticas sino de la inventiva que se agudiza en otros espacios de la sociedad. No se concibe, sino que se repara, desde una crónica incapacidad para comprender los cambios sociales, anticipar los escenarios futuros y formular un proyecto para conseguir un orden social inteligente e inteligible.

Es una forma de justificar por qué me estoy quitando. Y dicho esto, sé positivamente que hay muchas otras personas volcadas en el cambio de paradigma también en lo político o en la Administración. Mi respeto y mis mejores deseos.

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7 comentarios

Iñaki Ortiz 16/10/2008 - 11:33

Innerarity excelente, una vez más.

Una verdad como un templo: la innovación se produce en otros ámbitos, mientras la política está anquilosada. Como mucho, va a remolque de otros sectores, como, por ejemplo, la economía.

¿Por qué? Se me ocurren unos cuantos factores que contribuyen a que la política no evolucione. Empezando por los incentivos perversos que genera el propio sistema político que tenemos, y siguiendo por la manifiesta falta de profesionalidad de los políticos. Por que una cosa es ser profesional y otra muy distinta, vivir de ello. A ver si un día de estos reflexiono en alto sobre este tema que me parece apasionante.

En todo caso, las reflexiones de Innerarity no me inducen a quitarme, sino a ponerme a tope, porque aquí hay un agujero negro que está pidiendo atención a gritos.

Gracias por compartir estos temas de innovación social, porque seguramente son una de las principales vías abiertas para actuar sobre estas cuestiones.

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Alorza 16/10/2008 - 12:17

El chaval este parece que hubiera asistido a mi ponencia en los UrbanLabs ;P

Él lo dice mejor que yo, pero estamos en la misma onda. Una ciudadanía cívica es la llave más segura a un futuro halagüeño.

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Diego Soroa 16/10/2008 - 13:45

Muy buenas Julen. Tras la sesión de Urban Labs me he quedado pensando en tus comentarios y sigo intenando desgranar tu punto de vista.

Recuperando la cita de Innerarity vivimos «..entre la euforia tecno-científica y el analfabetismo de valores cívicos…» Si lo he entendido bien, esta frase verbaliza parte de tu punto de vista, el que expresabas la semana pasada en relación a papel de la tecnologías en los procesos de cambio social.

Defiendes que para aspirar a una verdadera evolución social los cambios han de ser cimentados en los valores primero y apoyarse en las capacidades tecnológicas después y que este deslumbramiento tecnológico colectivo de alguna manera oculta las verdaderas necesidades.

Coincido contigo en que la tecnología no es más que un instrumento y que lo más importante es la forma en que se use, pero en mi opinión, estas nuevas herramientas pueden favorecer al cambio de perspectiva e incluso la adopción de nuevos valores.

Hay muchos ejemplos de canales nuevos que dan voz a inquietudes individuales, que amplificadas suman fuerzas y son capaces de generar masa crítica para los cambios. Es verdad que todavía estamos deslumbrados por la novedad de esas tecnologías pero tambien es verdad que son tan recientes que habrá que esperar un tiempo hasta que empapen en la sociedad…

Con estas nuevas herramientas y a medida en que vayamos madurando en valores,(también gracias a estas herramientas que contribuyen a dar visiblidad a problemas y adoptar perspectivas globales) las cosas pueden ir cambiando. Conciencia global y masa crítica, ¿no son esas las dos grandes necesidades para motivar y posibilitar el cambio?

Pero deben darse las dos condiciones simultanemante, la voluntad de cambiar las cosas y la herramienta para hacerlo porque la una sin la otra no tienen sentido. Mi argumento es que el hecho de disponer de estas herramientas nos hace creernos capaces aspirar a dichos cambios.

Un abrazo Julen, encantado de concerte personalmente y muchas gracias por el libro que me has recomendado.. !Fascinaíto estoy!

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Julen 17/10/2008 - 04:41

@iñaki, menos mal que tú no te quitas 😉
@alorza, lo mismo te siguió en video, ¿no? Aunque me temo que no se mueve por nuestros territorios.
@diego, me alegro de seguir charlando ahora también por estos canales. Ya ves que los canales son importantes. También hay que tener en cuenta que a veces la tecnología puede actuar en forma de caballo de troya. No siempre funciona pero a veces puede remover conciencias.

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Manu Fernández 17/10/2008 - 18:58

Veo completamente tu punto de vista, y estamos coincidiendo en esto últimamente. Yo empiezo a partir de la sospecha, vía Descartes supongo, y empiezo a no creerme las cosas. Como cuando en el encuentro este de BCN escucho lo de «hemos dejado la economía de la escasez y estamos en la economía de la abundancia». Me rebelo, que no, que por mucho que lo repitamos no va a ser más verdad.

Esos poli-fluentials de los que hablan algunos también, que han conseguido serlo a través de la red tecnológica, quizá sean influenciables en el fondo, no sé.

Valores cívico, la virtud cívica….eso sí es TECNOLOGÍA PARA EL CAMBIO, de la buena.

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iparrado 17/10/2008 - 21:17

Los agentes políticos y la Administración deberían llevar de serie, no sólo la inquietud de innovar, sino, más allá, la obligación de innovar.

Cuando un trabajador de la Administración (como es mi caso) sale a la calle al finalizar su día de labor, quiere encontrar un mundo mejor, ¿verdad? ¡Pues bien, majete; has tenido tooooda un jornada para contribuir a la causa, así que aplícate!

Tenemos una cantidad importante de medios a nuestra disposición pagados con los impuestos, no lo olvidemos, de nuestros «yo, ciudadano» también, y tenemos la capacidad. Unámosle el entusiasmo por contribuir al desarrollo de nuestra sociedad y saldemos, así, la deuda contraída con la ciudadanía, las empresas, los emprendedores (y nosotros mismos), que depositan su confianza (espero que no la hayan perdido ya) en nosotros para llevar adelante sus sueños.

Entusiasmo. Empatía. Creatividad. Creo que interiorizar estos valores puede ser un buen primer paso en este viaje.

¿Quién se apunta?

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Julen 23/10/2008 - 05:34

@Manu Fernández, supongo que hay lugares donde la tecnología contribuye e incluso precipita los cambios. Es una táctica que puede resultar, pero hay que contextualizar, no cabe duda.
@iparrado, bienvenido a la conversación. Un gusto verte por aquí. Espero que haya gente dispuesta a «apuntarse» a lo que planteas. Eso sí, no parece tan fácil con la evidente pérdida de confianza en el interior de la sociedad entre ciudadanía y administración. Las distancias han crecido, supongo que por complejas razones. Pero el reto está ahí: retomar el diálogo interno: entre generaciones, entre ciudadania-administración, entre empresa-trabajador, entre inmigrantes-locales…

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