Becarios y, sin embargo, trabajadores

by Julen


Delicado asunto lo del becario. Cada vez más los estudios conllevan prácticas de uno u otro tipo en las empresas. ¡Qué bien!, ¡albricias! Nosotros los dinosaurios que venimos del beibibún de los años 60 conocimos unas aulas abarrotadas. En mi caso recuerdo mi glorioso quinto de EGB con Don Enrique y su faria vespertina. Sí, cada tarde allí estaba para apurar su purito mientras nosotros en clase hacíamos lo que podíamos. Tremendo: 52 alumnos. Colegio privado de curas, prefecto de disciplina y bla bla bla.

Ahora las cosas han cambiado. Menos alumnos. Se sienten más clientes. Exigen, tanto ellos como sus progenitores. Exigen que pensemos en el más allá, que pensemos en la empleabilidad de la chavalería. Así que en la universidad estamos dale que te pego para conseguir empresas donde alumnas y alumnos realicen sus prácticas. Allá van, al mundo cruel de las empresas, esos inhóspitos lugares donde te pagan una mierda y te explotan.

Y llega el becario. Bueno, hablo en masculino, ¿vale?, aunque me refiero a chicas y chicos. Decía que llega el becario. ¿Quién tiene tiempo para hacerle caso? Primera lotería. Y el ganador es… Te ha tocado. Tuyo el chaval. ¿Y qué hacemos? Pues empezar a pensar con nuestro protocerebro del beibún: agradecido tiene que estar este chaval de poder aprender aquí cómo es la vida de verdad.

Así que allá empezamos con un choque de civilizaciones. Las dos partes no consiguen comunicarse bien porque sus modelos mentales están a años luz. El chaval no entiende que tiene que peleárselo y el supuesto tutor no entiende que ese chaval se mosquee por hacer fotocopias. Imposible punto de encuentro.

Así que quizá haya que llegar a un pacto de no agresión. Quizá las empresas deberían explicitar las normas que aplican a sus becarios, para que sean públicas y conocidas por todas las partes antes de aceptar el maridaje. Humildemente, en mi anterior ocupación preartesanal, fue uno de los asuntos que traté con mejor o peor fortuna de poner sobre la mesa: las reglas del juego. Escritas y comunicadas de forma previa a quien llegara como becario. Y ahí cada cual que las coja o las deje.

Soy consciente de que dentro del juego está la trampa. Hay empresas, me temo que demasiadas, que se aprovechan de forma salvaje de mano de obra barata vía becarios. Ojalá hubieran acabado en el top ten del moribundo trabajobasura.com o que sufran del marketing viral de la red para que queden a la altura del barro, del peor barro arcilloso. Me parece una práctica abominable por la simple razón de que esas empresas están provocando que la primera impresión de esos chavales respecto al mundo laboral sea penosa. No habrá una segunda ocasión de causar la primera impresión. El daño ya está hecho.

Desde luego que corren nuevos tiempos y que la relación de fuerzas entre personas y empresas puede cambiar. Espero que a favor de las primeras. Por eso, si fuera becario, me lo pelearía para que mi dignidad quede a flote. No me cabe la menor duda. Eso sí, la razón se cocina con argumentos y ahí hay que poner las cartas sobre la mesa y hablar claro. Y no me refiero tanto a estatutos del becario -que también- sino a particularidades concretas de cada caso en cada empresa.

Mientras tanto, mejor que de vez en cuando leamos noticias como ésta que han subido al Menéame: Un juez obliga a Bankinter a contratar a sus becarios. Y encima, bancos, esos auténticos ladrones.

Si quieres leer otra historieta sobre becarios en este blog: El becario, el robot y los del taller.

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5 comentarios

iturri 29/09/2007 - 08:33

Hola artesano Julen:

Hace algunos días escribí también sobre el tema. Me llamo mucho la atención un anuncio del periódico Hitza de Lea-Artibai:

http://www.javierortiz.net/voz/iturri/espana-va-bien-euskadi-tambien

Eso, y otras cosas más. Como las rimbombantes cifras de un edil donostiarra.

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Julen 29/09/2007 - 08:50

Mikel, quizá sean extrañas conexiones blogosféricas todavía por descubrir. Ya he leído lo que escribiste… y me voy a suscribir a tu blog, porque lo tenía pendiente de antes. Nos escribimos.

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amalgamadeletras 29/09/2007 - 15:38

Si el consultor senior considera a su junior como un ‘mini-yo’ (Austin Powers), lo cierto es que los becarios no son considerados ni un ‘nano-yo’. Sinceramente, para el trato que reciben y las tareas que le encomiendan en muchas empresas, creo que sería mejor que los pusieran delante de la pantalla plana durante las ocho horas, se crearan un avatar y se fraguaran en ‘Second Life’. ¡Eso es más productivo, seguro!

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tic616 29/09/2007 - 15:49

Pues yo tengo que dar un mensaje positivo. Después de intentar contratar a «un profesional» y fracasar miserablemente, probamos incorporando un becario a tiempo parcial al que después de 6 meses hemos acabado contratando al nivel salarial que ofrecíamos a los «profesionales» (lo he ido contando en el blog por si a alguien le interesa).
Es cierto, y en esto coincido punto por punto con Julen, que las reglas han de estar claras y diáfanas.
También hay que decir que el becario no era una persona con nada de experiencia, era una persona, titulada superior, que estaba cursando un mba y tenía que hacer prácticas en una empresa.

Visto lo visto, creo que este va a ser desde ahora el método de incorporar compañeros a nuestra pequeña empresa.

.

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Julen 30/09/2007 - 06:04

amalgama de letras, sí que hay becarios ninguneados, desde luego. Es una pena porque así se va labrando su antipatía laboral.
tic616, muchas empresas utilizan esa vía. Aquí en MCC es muy típico.

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