Ya escribí de los suicidios en Renault. Ahora leo en El País que Renault anuncia mejoras en las condiciones de trabajo tras el suicidio de tres empleados. No entiendo muy bien cuáles son las mejoras tras leer el artículo. Mientras, lo que sí creo comprender es que cada cual echa la culpa al otro de los problemas. Sindicatos a la dirección y dirección a los sindicatos. Tú tienes la culpa. No, tú más. Y entre tanto quienes pierden son las personas.
Para el psiquiatra Christophe Dejours «esos suicidios son un fracaso para los sindicatos» porque no han sabido proteger a los trabajadores. […]
Según el sindicalista (se refiere a un tal Dijoux), los problemas son «la desregulación de los horarios de trabajo; el hecho de que muchos de los trabajadores no sepan decir no debido a que se ven solos frente a la dirección; la falta de reconocimiento de los sindicatos; el aislamiento, la individualización y la mayor vulnerabilidad de cada trabajador». Dijoux cree que esos problemas no son exclusivos de Renault.
¿De quién es el fracaso? De la raza humana, me temo. Porque parece mentira que unos y otros parezcan enrocados en un sistema demencial de incomprensión mutua. Y puestos a lanzar frases lapidarias llegó la que tenía que llegar: «la informática acabó con la relación humana«:
Algunos acusan el sistema de shared offices que obliga a los trabajadores a compartir su mesa con quiénes les reemplazan en el turno siguiente. «Quieren ahorrarse despachos y reducir alquileres. 20 millones al año ganados para la empresa» calculan los sindicatos. Pero Dijoux recuerda que «ninguno de los tres suicidas compartía despacho. En su carta de despedida, uno de ellos hablaba de problemas de sobrecarga de trabajo pero también de conflictos familiares».
En Guyancourt los trabajadores dicen que «la informática acabó con la relación humana. No hablamos con las personas, les mandamos un e-mail, los jefes te envían mensajes por pantalla y todos debemos ser polivalentes, saber dibujar con el ordenador, ser buenos negociadores y escribir, en inglés, a los colegas que trabajan en otros países». Y las críticas «se hacen delante de todo el mundo».
Que paren el mundo, que me bajo. Hoy no es mi día.
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7 comentarios
Siempre tiene que haber un cabeza de turco, desde la mas infima cosa que hacemos, hasta grandes desgracias como suicidios.
Julen, me gustaria decir algo que consolase tanto tu espiritu como el mio, pero solo se me ocurre apoyarte y animarte en lo que haces y mantener al menos un minuto de silencio por nuestra incapacidad para afrontar los problemas maduramente.
……..
Este tema de los suicidios ha superado mi capacidad de asombro. Estoy realmente sorprendido.
Son síntomas, y muy graves, de que nuestra sociedad está enferma.
No tiene sentido buscar las causas porque no creo que hay una relación causa efecto al modo cartesiano.
En mi opinión la causa es que estamos atrapados en un sistema que obliga al ser humano a subordinarse a sus objetivos y metas en lugar de ser al revés. ¿Trabajo para vivir o vivir para trabajar?
Estoy con Telémaco, es una señal de que algo no funciona. Tanto Superlopez y ahorro de costes. Esta es la cosecha.
Tengo un lema que me repito para no caer en la trampa:
Si hay que hacer, se hace, pero hacer para ná es tontería (Cruz y Raya)
¡Cuánto stress para trabajos estúpidos que no llevan a ningún lado!
Habría que cultivar la resistencia pasiva…
jofegaber, hay días peores y mejores. De momento todos se acaban arreglando.
jorge, de vez en cuando nos pasan estas cosas y te quedas realmente pasmado. Porque terminan en lo peor de lo peor: que una persona decida bajarse de este mundo.
telémaco, yo siempre pienso que estas cosas conforman un sistema y que tenemos que buscar soluciones al mismo tiempo desde diversos ángulos. Lo que no tiene sentido es simplificar echando la culpa a una causa concreta.
lula, ciertamente coger distancia respecto a lo que hacemos es una forma de cuestionarlo. Porque hay demasiadas, demasiadas cosas sin sentido en el trabajo.
Desgraciadamente trabajar en Renault en Paris era una tortura… No me extrañan nada estos suicidios, el ambiente de trabajo es terrible, los jefes son unos auténticos tiranos y la cultura de empresa consiste en un mobbing salvaje.
Y la gente aguanta porque no tiene a dónde irse… Muy triste, muchas almas han salido rotas de allí…
Aunque es un tema del que no se habla, la verdad es que el índice de suicidios es altísimo, casi como el de muertos por accidentes de coche pero es un tabú. Además hay mucha, pero mucha gente tomando pastillas y en las unidades de salud mental. No sé qué queremos conseguir pero nos está saliendo mal. No es sólo en el trabajo porque muchas amas de casa también sufren las secuelas. Se supone que vivimos mejor que nunca pero nos sentimos peor que nunca. Hemos cubierto las necesidades básicas pero las otras no sabemos como cubrirlas.
Hace 20 años ya hablaban en mi ciudad de la cantidad de suicidios que había en la Universidad en la que trabajo, ahora es un tema del que no se habla.