La ruta de los volcanes

by Julen

Quizá suene más el Parque Natural de la Caldera de Taburiente, pero la ruta de los volcanes (pdf detallado) es para mí la estrella de la isla de La Palma. Unos 22 kilómetros a pie por el cordal desde el Refugio de El Pilar hasta Fuencaliente, llegando a los cerca de 2.000 metros de altitud para terminar a algo más de 700. Es una ruta diferente. Ahí arriba la última erupción fue en 1949.Desde entonces las cosas están en calma y quienes caminamos junto a los volcanes sólo con la imaginación somos capaces de comprender lo que pudo suceder allá en La Deseada hace más de medio siglo.

En La Palma el cielo es azul, más azul que en ningún otro sitio. Si lo tienes de frente es una sensación de resplandor que todo lo puede. Si lo tienes detrás, aprovéchalo, porque pocas veces podrás sentir un azul tan azul. No es que lo veas, es que lo sientes.

La ruta de los volcanes te hace pasar por varios cráteres impresionantes: Hoyo Negro, Duraznero, La Deseada, Martín… Los tienes a tu lado, callados, oscuros, serios. No dicen nada. Tan sólo están ahí. Y algún día lo estarán de otra manera. Romperán las paredes de su cárcel y volverán a mostrar la fuerza que esconden bajo tierra. Como lo hizo el Teneguía en 1971 en la zona sur de la isla, la última erupción de estas islas, la última conquista de terreno al mar.

Los pinos llegan, petulantes, hasta los mismos pies del volcán. Incluso a veces colonizan su interior. Se agarran a las cenizas volcánicas y hunden sus raíces como pueden para vivir en un riesgo difícil de comprender. Pero allí están, protegidos del viento, dentro del cráter. Su verde amarillea y contrasta con el gris intenso de la ceniza. Extraño maridaje el del pino y el volcán.

No podía dejar de escribir estas cuatro líneas sobre la ruta de los volcanes. Porque bien merece acercarse hasta esta isla. Allá arriba, una ruta diferente. Siéntete por encima de las nubes, cerca del cielo, junto a esos monstruos dormidos. Camina junto a ellos y muestra respeto a una tierra que bajo tus pies vive, como tú lo haces. Parece dormida, pero no lo está. En la superficie se tilda de tintes negruzcos o rojizos. Se cubre de ceniza volcánica o de picón y deja señales de su poder a través de esas coladas de lava retorcida que han encontrado vía de escape hasta el mar desde las cumbres.

Las islas volcánicas son islas espectaculares. Aquí en Canarias, quizá las más antiguas, Fuerteventura y Lanzarote, han quedado aplacadas por el paso del tiempo. Un tiempo que hay que medir en millones de años y que nosotros, los humanos, me temo que no llegamos a comprender. Mientras, las islas más jóvenes, El Hierro y La Palma, son lugares donde sorprenderse por paisajes imposibles, con barrancos profundos y escondidos. Date una vuelta por aquí y entra en un mundo diferente.

Por cierto, estupendas las entradas de la Wikipedia sobre La Palma. La semana que viene subo a Flickr un buen puñado de fotos de esta ruta. Avisaré.

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2 comentarios

Nacho Gallego 22/02/2007 - 18:52

Disfruta en la Palma estimado Julen. Tengo gratos recuerdos de mis estancias en esta mi isla preferida. Me acuerdo del Teneguia, del roque de los muchachos y de la espectacular vista de la caldera desde allí, …

Me emociona recordarlo y verte allí. buen camino peregrino turista.

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Julen 25/02/2007 - 07:13

Se acaba… hasta la siguiente vez… que volverá a ser El Hierro, casi con toda seguridad.
Un saludo, Nacho.

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