Mi mapa íntimo de librerías

by Julen


Bonito meme el que me llegó en su día desde con valor, el blog de Txetxu Barandiaran. Disculpas por la tardanza en sumarme al carro. No sé hasta qué punto mi mapa es íntimo, pero voy a tratar de hacer breve inventario de librerías que me han dicho algo. Curiosamente no tengo en mi adolescencia recuerdos destacados de librerías que me cautivaran. Ha sido más tarde cuando he encontrado algunas en las que he disfrutado. Eso sí, hay una librería de barrio de la que recuerdo el olor a goma de borrar, las pinturas de Alpino y el papel: la librería Minerva en Barakaldo. Todo el mundo sabía que era propiedad del «Minervo» un profe del Insti Trueba de Barakaldo. Los turbios negocios de la época, ya se sabe.

El siguiente recuerdo de librería, ya más serio, me viene del año que estuve viviendo en Madrid. Entre juerga y juerga estudiábamos un postgrado de psicología aplicada a empresa. Menudos tiempos, ¿verdad, Alberto? Para un provinciano como yo, la Casa del Libro, en la Gran Vía, era toda una referencia. Allí echábamos un vistazo a los libros de lo que llamábamos entonces la gestión de los recursos humanos.

Bueno, por último me voy de viaje para hablar de dos librerías y de una ciudad del libro (algo que me parece que a Txetxu no acaba de convencerle.

En Valverde, en la isla de El Hierro, está la librería-papelería-tienda de fotos-bazar y de todo de la calle principal, la tienda de Higinio. Es un establecimiento multiuso donde lo mismo revelas las fotos que compras algún espeluznante motivo decorativo para tu hogar. Y allí hay unas balditas, a la derecha, donde están los libros. Guías de viaje, bimbaches, artesanía y best-sellers, muy cerca unos de otros. El mundo a escala, eso es la tienda de Higinio. Cada vez que habitamos en El Hierro, hay visita obligada, allá en la calle Mayor… aunque no se llame Mayor.

En Madrid está la librería Desnivel. Me chifla el lugar. Madera, mapas, viajes, cartografía, exposiciones: todo un ambiente. Porque más que una librería me parece el típico lugar donde disfrutas del ambiente que rodea a los libros. Ya sabéis de mi pasión por los viajes en bici. Así que algo que hago a menudo es buscar librerías donde satisfacer mis necesidades de conocimiento al respecto. Así que cada vez que nos vamos para Madrid, toma visita a Desnivel.

En cuanto a pueblos (más que ciudades) libreros, me quedo con Becherel, en Bretaña, un precioso pueblo repleto de librerías entre callejuelas empedradas. De un viaje hace ya unos cuantos a Bretaña, fue éste uno de los recuerdos más intensos: un pueblo alrededor del libro. Lo recuerdo como un pequeño cuento de hadas, un lugar encantador y mágico. Ha llovido ya bastante desde entonces, pero sigue en el recuerdo. Puede ser que también tenga que ver con lo que me encandiló el interior de Bretaña, más que la costa, que en aquel entonces la encontré abarrotada de hordas furibundas de turistas.

Bueno, Txetxu, tarde pero llegúe.

Technorati tags |

Artículos relacionados

5 comentarios

Txetxu 18/01/2007 - 00:04

Siempre a tiempo. Aquí no cuenta el cronológico ni el del tic tac de las manecillas. Cuenta el «embelese» aunque sea en un pueblo librero

Responder
Consultor Anónimo 18/01/2007 - 13:43

Entonces seguro que te gustaría Follas Novas en Santiago o Beta Imperial en Sevilla…

PD.- Líbreme Dios de hacer spam, eh… pero son dos sitios que han publicado recientemente en los blogs de vivelaciudad y que, al leerlos (para supervisar, ya se sabe, «padre castrador») me han dado un inconfundible sabor librófilo…

Responder
Julen 18/01/2007 - 17:55

txetxu, algún dá me tienes que recomendar alguna ciudad del libro de las que no te gustan, para ver si lo capto.
consultor anónimo, tienen una pinta estupenda las dos. La de Sevilla, espectacular, desde luego.

Responder
Fernando 19/01/2007 - 08:06

Por supuesto, también recuerdo la ultrafamosa Minerva (lo que no sabía era lo de su propietario), que además estaba muy cerca del colegio.
Y todavía sigue en el mismo lugar, aguantando mecha.

Responder
Anonymous 24/03/2007 - 21:41

La Librería MInerva, si, ahí sigue aguantando mecha, si señor, y todavía sigue en manos de sus propietarios originales, sobreviviendo a la invasión de las grandes superficies y al desinterés generalizado por la cultura. Al fin y al cabo los «intelectuales» se van a grandes librerías y a las de barrio les queda sobrevivir con el cuaderno y el boli del niño que se lo ha dejado en el cole, y que tambíen se lo han vendido allí, para que no le echen la bronca al día siguiente.

Responder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.