– Ya veo que no es poco lo que tienes que resolver -contestó Wallander al tiempo que aquél era, sin duda, el Björk de siempre: en lugar de tener bajo control su papel de jefe, era más bien el papel el que lo tenía sojuzgado a él.
……………….
– Sí, aquí en el castillo de Farnholm se mantiene un alto nivel de seguridad -explicó el vigilante-. Somos muy exhaustivos a la hora de controlar a cuantos cruzan estas puertas.
– ¿Qué riquezas se ocultan tras estos muros?
– Riquezas, no. Pero sí un hombre que hace negocios de envergadura.
– ¿Alfred Harderberg?
– Exacto. Él posee algo que muchos desean.
– ¿Y qué es, si puede saberse?
– Conocimiento. Esto vale más que ser el dueño de una imprenta de billetes.
Henning Mankell en El hombre sonriente
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4 comentarios
Si ya lo decían los sabios que todo punto de vista es la visión desde un punto.
A partir de ahora Mankell lectura recomendada para los consultores
Vaya, celebro descubrir que compartes mi afición por el Inspector Wallander.
Txetxu, ya iremos sacando citas aprovechables para consultores a partir de nuestras lecturas de ocio, ¿no?
tic616, creo que somos legión los que seguimos a Wallander. En Alemania este verano me quedé impresionado con la presencia de los libros de Mankell. A mí me gusta mucho la novela negra: Grafton, Camillieri, Block…
Esta para aplicarnos el cuento: • – ¿A qué se dedicaba?…
Era asesor.
¿Y qué significa eso exactamente?
En la actualidad, este país está gobernado por asesores. Los dirigentes políticos no tardarán en quedar sustituidos por asesores, que no son sino expertos muy bien retribuidos que van por ahí ofreciendo soluciones…. (Henning Mankell; Cortafuegos; Quinteto; pag. 242)