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Junio de 2010 – Consultoría artesana en red

Junio de 2010

by Julen


Como continuación del post en el
que comenté una jornada de trabajo diferente con Consonni, una empresa con la que estoy colaborando, reproduzco aquí el texto que hemos publicado en la revista TU Lankide de la corporación MCC. Es el regreso al pasado, a junio de 2006, desde el futuro, desde junio de 2010. Esta es la historia de aquel lejano 5 de junio de 2006.

Consonni 2010, una jornada de trabajo diferente

Mungia, a 7 de junio de 2010.

Consonni en 2006 fabricaba resistencias, pero tuvo que ir más allá. Fue en 2005 cuando creamos los equipos de producto cliente (EPC), esos que ahora llamamos ECTS, Equipos orientados a Clientes que entregan Tecnologías y Servicios. Costó el cambio porque usamos mucha palabrería. Eso a veces confunde, pero, como todo en la vida, acaba por llegar. Ya entonces fue cuando comenzamos a fabricar elementos calefactores.

Por fin, empezaron a llegar pedidos que tenían relación con las estrategias de nicho que se habían puesto en marcha. Se afinó la planificación de lo que entraba en desarrollo y luego industrialización. Apretábamos lo que podíamos con proveedores. En el taller, además, pudimos por fin implantar 5S. Había ilusión y quizá por eso nos acordamos tanto de aquella época.

Más atrás en el tiempo Consonni estuvo en Bilbao y allí construyó una manera de ser que tuvimos que ir modificando con el tiempo. Hace más de 10 años, allá por 1999 hubo un momento crítico y la bola pasó por encima de la red por centímetros… pero cayó del lado bueno, como el tiempo se encargaría de demostrar.

Ahora en 2010 echamos la vista atrás y recordamos aquella jornada que organizamos el 5 de junio de 2006 en las instalaciones de los amigos de Txorierri Politeknika. Tuvimos que explicar, como ahora también hay que hacerlo, qué queríamos con aquella jornada de trabajo tan atípica. Y la explicamos así:

• POR QUÉ esta jornada: porque creemos que el FUTURO de una empresa necesita de un PROYECTO compartido por las PERSONAS que trabajan en ella.
• PARA QUÉ esta jornada: para intentar construir el FUTURO de nuestra empresa con la participación de TODOS y trabajando con IDEAS.
• CÓMO: debatiendo aquellos temas que entendamos son los IMPORTANTES para tener un FUTURO atractivo y consistente.

En el fondo era tanto una cuestión emocional como de pura supervivencia. Seguimos siendo humanos y con nosotros llevamos lo bueno y lo malo de esta especie. Necesitábamos volver a mirarnos cara a cara fuera de lo cotidiano, pero sabiendo que estábamos trabajando, que era un día más (como los de ahora, en que ya no fichamos). Pero era un día de trabajo.

Recuerdo que el taller número 2, el que trabajó la implicación y trabajo en equipo, nos dijo que eran actitudes básicas la tolerancia e implicarse con los demás. ¡Ya lo decíamos en 2006! Era evidente entonces y lo es ahora, que tenemos un futuro mejor, en junio de 2010.

¿Recordáis a Antonio Cancelo? Sigue igual ahora. Tuvo su gracia que Andrés fuera de un pueblo de Zamora muy cercano al suyo y que el mismo Juan Ángel, director de Txorierri Politeknika entonces, también fuera de la zona. El mundo fue y sigue siendo un pañuelo. Antonio Cancelo, energía y convicción en estado puro. Me quedé con algunas joyas de su conferencia :

• La globalización es el mundo en que vivimos y somos nosotros los que con nuestra iniciativa acudimos allí donde hay oportunidades; ha pasado, pasa y pasará, no es un fenómeno novedoso.
• Cada persona debe encargarse de su propio mantenimiento. O actualizas lo que sabes o el mundo pasa por encima de ti.
• Las cooperativas tenemos el mejor punto de partida para ser competitivas porque damos prioridad al factor humano. Lo dicen todavía nuestros estatutos y a veces se nos olvida.

En aquella jornada abordamos seis temas que preocupaban entonces y que seguirían siendo válidos hoy:

1. Responsabilidad y compromiso individual. Trabajar los reconocimientos e impulsar la autogestión, nos dijeron. Incluso José Mari Larrañaga nos recordó que debíamos sentirnos propietarios de nuestro trabajo, “que no recordaba el caso de nadie que se hubiera aplicado en la limpieza de su coche de alquiler”. Ya nos reímos.
2. Implicación y trabajo en equipo. Abordaron las actitudes que necesitábamos entonces (y ahora), como la tolerancia, la igualdad; nos dijeron que había que aclarar la autonomía que tenían los equipos de entonces.
3. Clientes. Ya entonces aquel taller nos dijo que teníamos que conocer más a los clientes, pasar más tiempo con ellos. Incluso comentaron lo de impulsar la comunicación digital, hoy ya integrada en nuestro negocio.
4. Eficiencia interna. Mejorar el mantenimiento, racionalizar los movimientos dentro de aquella fábrica de entonces, polivalencia o eficiencia energética. Había tanto que ahorrar que parecía difícil comprender por qué no lo hacíamos. Todavía hoy nos queda camino.
5. Innovación. ¿Os acordáis? Energías renovables, circuitos impresos, más producto comercializado, servicio de atención al cliente: ahora suenan lejanas en el tiempo, pero fueron ideas que hoy son realidades. Era en aquella época cuando estábamos con el proyecto de intraemprendizaje; ahora nos autodenominamos emprendedores. Por fin.
6. Consonni 2010. En aquella pizarra del aula 120 lo estoy viendo: “somos obreros”, “nos preocupamos por mejorar nuestro puesto de trabajo”, “lo otro es de ingenieros”. Lo escribimos en aquella pizarra. Era lógico porque somos fruto de nuestra experiencia personal y re-construir esperanza siempre ha sido difícil. Fue importante escribirlo, para oírnos una vez más, lo oímos y miramos hacia el futuro. Por eso hoy estamos aquí.

Cada taller tuvo su lista de preguntas (Antonio Cancelo, acudiendo a una famosa anécdota de Albert Einstein, ya nos dijo que las preguntas siempre son las mismas, lo que van cambiando son las respuestas). Cada taller tuvo su coordinador externo, gente que nos ayudó a reflexionar. Cada taller tuvo una persona de Consonni que también colaboraba en la coordinación. Y luego hubo que exponer las conclusiones allí, delante de más de 100 personas.

Quisimos tener un detalle con las personas que nos ayudaron y tuvimos que elegir un regalo… diferente. Regalamos nuestro producto de entonces. Ese que a veces fabricábamos mal, pero que era el que nos daba de comer. Y le dimos un acabado precioso a una resistencia que con un poco de imaginación –rasgo típico de los humanos– parecía una vaca. Buscamos una peana y la atornillamos bien a la base. Entre unos y otros pensamos en el acabado final y así llegamos a entregar nuestras “vaquitas resistentes”, esas que ahora, con esa u otras formas parecidas, veis de vez en cuando en tiendas de artesanía. Es lo que pasa cuando dejas volar la imaginación.

Tuvimos que convencer a algunas personas de que allí íbamos a trabajar. De otra forma, pero que aquello era una jornada de trabajo. Claro, ahora, cuatro años después, es fácil comprenderlo, pero entonces tuvimos que explicarlo. Trabajar es pensar, es aportar ideas, es ver a quienes trabajan contigo como personas y no como trabajadores que ocupan un determinado puesto.

Recuerdo que Josemari había dormido mal la noche anterior. Había tensión antes de la jornada. Trabajar “de otra forma” fue un esfuerzo. Desaprender siempre es complicado. Tuvimos que hacerlo para llegar a ser hoy en día lo que somos: una red de emprendedores bajo un paraguas común, nuestra marca Consonni 2010. Ahora miramos hacia atrás, pero nuestros proyectos hablan de un Consonni 2020. Tecnologías y servicios para nuestros clientes; y lo hacemos con nuestros equipos de trabajo. Gracias. Hubiera sido difícil de creer allá en 2003, cuando el famoso plan de viabilidad.

Gracias por llegar hasta aquí.

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