Me ha parecido muy interesante la reflexión acerca de la extraña unanimidad política en torno al canon digital que publica Ignacio Escolar en la edición digital de la revista Consumer. Entre otras cosas:
La situación es absurda: se prohíbe la copia pero se cobra un canon por la copia. […] En España, sin embargo, es como si el Gobierno cobrase impuestos por el narcotráfico. Más pronto o más tarde, un juez tendrá que pronunciarse al respecto para romper esta contradicción que nace implícita en la nueva ley. Ya ha pasado en Francia, donde el mismo conflicto llegó a los tribunales y un juez sentenció que los estudios de cine tienen que levantar los sistemas anticopia del DVD.
Parece que la pelea entre la libre circulación de contenidos y la sobrerregulación de derechos va a más. No sé dónde está el límite, pero creo que hay todavía demasiada cicatería en esto de dificultar el acceso a los contenidos. Ahora mismo, puedo leer en una tesis doctoral que tengo frente a mí, en su sacrosanto «formulario de consulta de tesis doctorales» lo siguiente. Se refiere a quien la ha recibido en préstamo (y no quiero entrar en esas otras tesis que no puedes ni recibir en préstamo interbibliotecario). Ah, las mayúsculas son suyas, no mías.
MANIFIESTA asimismo que como usuario de la Tesis que arriba se menciona, recibida en Préstamo Interbibliotecario a través de la Biblioteca Universitaria de Murcia, me comprometo a no fotocopiar su texto y hacer un uso de la misma para fines de estudio e investigación, adecuándome a la legislación vigente sobre Derechos de Autor. En caso de reproducir parte del texto, lo haré citando la procedencia.
Pues claro, hombre, pues claro. No fotocopiaré, no fotocopiaré, no fotocopiaré. ¿Puedo escanear?, ¿puedo fotografiar? Pero no fotocopiaré, no fotocopiaré. No usaré nunca más ideas de otros, no las fotocopiaré para no subrayarlas y analizarlas bien. No fotocopiaré. Me atendré a los derechos de autor. Sí, seré niño bueno y haré mis ejercicios. Todas las noches rezaré mis oraciones antes de acostarme.
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2 comentarios
¿los derechos de la tesis no pertenecen a quien la ha escrito? Debería ser el doctorando el que decidiese las restricciones a aplicar, no? Y no la biblioteca…
Aquí se ve que claramente estamos llegando a un sinsentido. Si la primera finalidad de una tesis doctoral no es dar información a los demás, expandir el conocimiento y promover las futuras investigaciones,… apaga y vámonos.
Auto-bombo: No es una tesis doctoral, pero ya sabeis que teneis mi trabajo de fin de master (sobre nuevos modelos de negocio basados en sw.libre) disponible en Najaraba, ¿verdad? 😉
Si en la Edad Media hubiese habido cedros y sgaes para proteger a Aristóteles y otros sabios antiguos de esos buitres ladrones que eran los monjes escribas, no tendríamos ninguna cultura en estas latitudes. Quizás se trate preciamente de eso, de que no haya verdadera cultura…