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La gestión de la atención y la credibilidad – Consultoría artesana en red

La gestión de la atención y la credibilidad

by Julen


Hablo de una empresa. Todo es importante. Y hay mucho. La calidad, los valores, los retos estratégicos, las personas, la prevención, los clientes. Todo es importante. Y hay información por doquier. Miro las paredes y veo la política de calidad. Y también la de medio ambiente. Y hay un cuadro con los valores. Todo eso es importante.

Es una carrera de 800 metros lisos en un inmenso estadio donde se practica atletismo. En la salida cada participante dispone de una calle. Pero al de cierto tiempo, esas calles convergen en un único camino: el que creemos que es el más corto. Y empieza una feroz competencia, codazo va y codazo viene, para conseguir el mejor lugar.

Y en las empresas nos pasa lo mismo. Todo es importante y todo compite por captar nuestra atención. Pero como somos human@s tenemos nuestras limitaciones. Y sólo podemos digerir ciertas cantidades. Si nos empachamos nos sienta mal. El cuerpo protesta y generamos cierta predisposición negativa. Sobrecarga informativa + todo importante = Renuncio, abandono, no te creo. Y entra en escena otro peso pesado: la credibilidad. Como me dices tantas cosas, yo ya sé que algunas de esas en realidad no son tan importantes. Pero tú tienes que mantener las formas y me enchufas también el cuadrito enmarcado con la política de prevención. Le cambias el color para que me fije, pero no, todo no puede ser importante.

Por favor, quería preguntarle una cosa. ¿Quién se encarga en esta empresa de la gestión de la atención? ¿Y el departamento de credibilidad? Lo siento, aquí no, desde luego. Pero quizá en Recursos Humanos puedan decirle algo.

La atención es la antesala de la comprensión. Si no te atiendo, si no te escucho, no hace falta que malgastes tu tiempo en contarme nada. Mi capacidad es limitada, pero si insistes en sobrecargarme con mil informaciones, voy a renunciar al primero de los pasos. Aunque me veas con los ojos abiertos, en realidad, no te están mirando. Y mis orejas filtran estupideces; así que prueba otra vía, que la que intentas está malgastada.

Hoy la atención tiene, como tantas otras cosas, dos dimensiones, la humana y la tecnológica. La primera es condición, necesaria pero no sé si del todo suficiente, para la segunda. Ésta, la tecnológica, tiene forma de feed, de pull frente a push, de usabilidad, de dosis adecuadas. Es un rompecabezas (más sugerente que puzzle, ¿no?) en el que hay piezas diversas. En este complejo escenario naufragan bastantes de las empresas con las que me muevo.

Se me ocurre que podemos proponer la creación de algunos nuevos puestos de trabajo, ahora que todos están despistados con los procesos. Empresa 2.0 busca personas para cubrir estos tres puestos:

  • Responsable de estimulación intelectual
  • Gestor/a de atención y credibilidad
  • Almacenero/a de emociones útiles

Ya sé que divago un poco, pero es la divergencia que me corroe.

Sobre todo en el plano tecnológico (pero también puedes bucear en el lado humano) puedes curiosear por el blog del microsoftiano Alex Barnett. Allí cuenta muchas cosas sobre la atención. Fenómeno curioso, ahora que resulta un recurso escaso, al incrementar exponencialmente la información disponible.

Por cierto, este post surge de mis dificultades para estar atento. ¿A qué? Ese es el problema.

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6 comentarios

Telémaco 14/02/2006 - 18:35

Me parece una propuesta muy interesante.
También podríamos unir a esos tres, el puesto de «controlador de calidad de vida» que ofrecían los de Oldham.

De todas maneras el problema como yo lo veo no está tanto en donde enfocar nuestra atención, sino en que todos los de la empresa la enfoquemos en el mismo sitio, pero no por imposición sino por propio interés egoista.

No es malo que cada uno tenga sus propios intereses, lo ideal sería elegir los intereses de la empresa de manera que esten alineados con los de los seres humanos que la componen. Creo que ahora se hace al revés ¿no?.

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Julen 14/02/2006 - 19:17

Ya leí tu post en el que pretendías optar al puesto de «controlador de calidad de vida». Curioso. Aunque ahora que tanto hablamos de fabricar la calidad y que cada currela la autocontrole, quizá le damos ese enfoque a la calidad de vida, ¿no? Fabricarla y luego autocontrolarla.
Por lo demás, es todo un misterio el intrincado camino entre la persona y la organización. Por aquí, en mi microcosmos cooperativo, hay mucha esquizofrenia. Y no sé qué va antes, si el huevo o la gallina, si los intereses de las personas como individuos o los compartidos por la colectividad. No sé, supongo que hay argumentos válidos desde cada lado. Algún día me suelto la melena…

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Jose del Moral 14/02/2006 - 19:43

Muy bueno, Julen. Hace mucho que se dice que la economía digital es más bien la economía de la atención. El recurso escaso no es el hierro sino nuestra concentración. Así nos va…

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Nice 14/02/2006 - 21:12

Me ha encantado lo de «almacenero de emociones útiles». La dificultad estará en quien las define como tales o en si de estar almacenadas caducan, pero eso es lo de menos.

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Alorza 15/02/2006 - 09:54

Los que somos adictos a una sobredosis de información solemos colocarnos en actitud de atención difusa. Una enorme cantidad de información pasa ante nuestros ojos, de la cual nos queda un poso mínimo, que al día siguiente es casi inexistente y, en todo caso, aleatorio.

A veces echo de menos la época en que exprimía mis lecturas y mis audiciones. Cuando era capaz de leer a Proust, cuando comprar un disco era un acontecimiento y me lo machacaba hasta que memorizaba cada nota. Entonces hacía míos esos libros y esos discos. Entonces aprendía.

Ahora también, pero de una forma que no termino de comprender ni de guiar.

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Julen 16/02/2006 - 06:18

Colocarnos en atención difusa… bonita expresión, Alberto.

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