La religión de los datos: 10 citas de Yuval Noah Harari en Homo Deus

by Julen

Homo DeusHomo Deus, el best seller de Yuval Noah Harari, termina con un capítulo de 30 páginas en las que plantea una especie de desenlace de sus argumentos sobre la transición de Homo Sapiens a Homo Deus. Junto con los tres capítulos anteriores, conforma el tercer bloque de su libro. El dataísmo ya dispone de su entrada en la Wikipedia y reconoce, entre otras, las aportaciones de Byung-Chul Han (sobre todo en Psicopolítica) y del mismo Harari para convenir una definición, a saber, «un término que ha sido utilizado para describir la mentalidad, filosofía o religión creada por el significado emergente del big data, la inteligencia artificial y el internet de las cosas (IoT)». Sí, muy genérico.

Por eso quizá estas citas seleccionadas del último capítulo de Homo Deus, te ayuden a comprender el sentido de esta nueva religión de los datos. Ya sabes que si quieres más enlaces con citas de libros en este blog, puedes seguir este enlace.

Quizá el lector no esté de acuerdo con la idea de que los organismos son algoritmos y que jirafas, tomates y seres humanos son solo métodos diferentes de procesar datos. Pero tiene que saber que este es el dogma científico actual, y que está cambiando nuestro mundo hasta hacerlo irreconocible. (pág. 401)

El capitalismo ganó la Guerra Fría porque el procesamiento de datos distribuido funciona mejor que el procesamiento de datos centralizado, al menos en períodos de cambios tecnológicos acelerados. (pág. 404)

… en los inicios del siglo XXI, la política está desprovista de visiones grandiosas. El gobierno se ha convertido en mera administración. Gestiona el país, pero ya no lo dirige. Se asegura de que a los profesores se les pague puntualmente y que los sistemas de alcantarillado no rebosen, pero no tiene ni idea de dónde estará el país dentro de veinte años. (pág. 409)

Si la humanidad es en verdad un único sistema de procesamiento de datos, ¿cuál será el resultado? Los dataístas dirían que el resultado será la creación de un sistema de procesamiento de datos nuevo y más eficiente, el llamado Internet de Todas las Cosas. Cuando dicha misión se cumpla, Homo Sapiens desaparecerá. (pág. 415)

El individuo se convierte en un minúsculo chip dentro de un sistema gigantesco que en verdad nadie acaba de entender. (pág. 419)

Si experimentas algo, regístralo. Si registras algo, súbelo. Si subes algo, compártelo. (pág. 420)

¿Quieres saber quién eres en verdad? –pregunta el dataísmo–. Entonces olvídate de las montañas y los museos. ¿Te has hecho secuenciar el ADN? ¡¿No?! ¿A qué esperas? Hazlo hoy mismo. Y convence a tus abuelos, padres y hermanos para que también se hagan secuenciar el ADN: sus datos serán valiosos para ti. (pág. 426)

De la misma manera que, según el cristianismo, los humanos no podemos entender a Dios ni Su plan, el dataísmo afirma que el cerebro humano no puede comprender los nuevos algoritmos maestros. (págs. 426-427)

De ahí que el dataísmo amenace con hacer a Homo Sapiens lo que Homo Sapiens ha hecho a todos los demás animales. […] siempre que un animal dejaba de cumplir totalmente una función, se extinguía. Sin embargo, cuando los humanos perdamos nuestra importancia funcional para la red, descubriremos que, después de todo, no somos la cúspide de la creación. (pág. 429)

¿Qué le ocurrirá a la sociedad, a la política y a la vida cotidiana cuando algoritmos no conscientes pero muy inteligentes nos conozcan mejor que nosotros mismos? (pág. 431)

 

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3 comentarios

Josu O. 19/07/2019 - 06:21

Yo tambien ando con ese libro y antes le hinqué el diente a Sapiens.

Verdaderamente Harari es un autor cuyas reflexiones sorprenden y en algunos momentos «acojonan».

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Julen 20/07/2019 - 06:07

Menos mal, Josu, que somos de Bilbao y eso siempre tranquiliza cuando leemos estas cosas de los algoritmos nos van a ganar la partida 😉

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A la espera de la psicosomática adecuada – Consultoría artesana en red 31/08/2022 - 05:31

[…] Leí a Harari —¿un bluf?— y creí entender que estábamos a las puertas de vivir mucho más allá de los cien años. Estábamos a las puertas de ser lo que quisiéramos ser a partir de una buena química aquí dentro de nuestro envoltorio fisiológico. Leí a Bartra y creí entender que, si no conseguíamos la calidad a partir de esta fisiología actual que se nos ofrece, siempre podríamos recurrir a las prótesis. Nos podemos dotar ya de exocerebros. Quien más, quien menos ya los usa. Leí sobre Hugh Herr y me dije que por qué no. Solo hacían falta recursos. Recursos de los que normalmente ni tú ni yo disponemos, dicho sea de paso. […]

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