El blog como recurso en las organizaciones teal

Volvemos con un nuevo post surgido de la lectura de Reinventar las organizaciones, el libro de Frederic Laloux al que, poco a poco, le vamos dedicando una serie de artículos. En esta ocasión me fijo en la alusión que hace el autor a la utilidad de un blog como forma natural de ejercitar el liderazgo en una organización teal. Sí, quizá sea esta referencia a los blogs uno de los datos más curiosos que he encontrado en el libro. Ahora que vivimos en tiempos de redes sociales parece que los blogs se habían quedado en el trastero.

Laloux cita en concreto el caso de Jos de Blok, el CEO de Buurtzorg, una de las organizaciones cuyas prácticas se analizan:

De Blok encontró una solución sencilla y poderosa. Convirtió su blog en la Intranet de Buurtzorg en un instrumento de liderazgo. Publica entradas con regularidad y lo hace desde el corazón, sin pulirlas de cara a las relaciones públicas (como es de esperar, en Buurtzorg no hay departamento de comunicación). sus escritos son muy leídos gracias al respeto del que goza en la empresa. Una de las mañanas en que nos reunimos, 1.900 enfermeras ya habían leído un mensaje escrito desde su casa la noche anterior. Al final del día, la mayor parte de las 7.000 enfermeras había leído el texto. Los mensajes de De Blok pueden ir en cualquier dirección, desde lo pragmático y práctico hasta lo especulativo e inspirador. Comparte las directrices que la empresa podría tomar, las decisiones que le pare3cen necesarias o simplemente un encuentro agradable que tuvo durante el día y que ejemplifica bien en qué consiste Buurtzorg.

No puedo estar más de acuerdo respecto a la utilidad de los blogs. Escribo aquí desde 2005 y, si bien es cierto que este blog no sirve para dirigir ninguna organización, sí que creo que puede servir para transmitir una forma de pensar y de estar, una forma de entender la gestión y de compartir reflexiones para generar el pensamiento crítico. «El pensamiento a través de los mensajes del blog requiere de un grado de honestidad y de vulnerabilidad con el que pocos CEOs de organizaciones tradicionales se sentirán cómodos», escribe Laloux. Es evidente que supone un grado de exposición considerable, pero creo que hay más que ganar que perder en este proceso.

En una nota a pie de página se comenta también que, evidentemente, esto es independiente de la plataforma tecnológica que se utilice. Ni siquiera haría falta un blog (aunque, desde luego, sirve a la perfección), sino que en el fondo de lo que se trata es de compartir mediante la palabra escrita. O, si continuamos expandiendo la lógica, de lo que se trata es de «compartir conversación». De ahí que se cite también el caso de -en organizaciones más pequeñas- la conveniencia de pasear y hablar con la gente, de mantener cauces naturales de conversar con las personas.

Un blog puede ser una estupenda herramienta cuando la dimensión ha crecido:

Cuando De Blok tiene en mente una decisión que afectará a un gran número de personas, comparte sus pensamientos en un texto publicado e invita a los colegas a reaccionar. Si sus comentarios indican que hay acuerdo, se toma la decisión a las pocas horas; si surge un debate, la propuesta se modifica y se vuelve a lanzar. Si parece que la decisión aún no está madura, se establece un grupo de trabajo para afinar la propuesta.

¿Cuántas personas que ocupan cargos de CEO escriben blogs de cara a transparentar sus pensamientos ante sus compañías? Me temo que es más excepción que norma, ¿verdad? Tiene que ver con la persona que somos, con nuestras convicciones y con cierta vulnerabilidad. Pues bien, pasar de la vulnerabilidad a la vulner(h)abilidad puede ser un buen ejercicio. Ánimo.