¿Chief Happiness Officer? Jodido, pero contento

by Julen

Happiness

Sí, ya está aquí. Se busca una persona comprometida para trabajar en la dirección de felicidad. Bueno, en inglés, que mola más y ya con una entrada básica en la wikipedia, como Dios manda: Chief Happiness Officer. Porque, claro, como todo el mundo sabe, empleado contento trabaja por dos. O dicho desde el otro lado: lo peor que te puede pasar no es que tengas gente desmotivada e infeliz en tu empresa; lo peor es que no quieran marcharse de ella. Así que he aquí uno de esos puestos de trabajo de futuro: director/a de felicidad. En estas andamos: big data y felicidad. La realidad, como casi siempre, supera a la ficción.

Da igual que los datos objetivos hablen de que para la mayor parte de la gente la cosa esté bien jodida. La crisis que comenzó en el 2008 se ha cargado una buena parte de las condiciones laborales conseguidas años atrás. El estado del bienestar se ha transformado en el estado de «búscate la vida». Y en este escenario, mira tú por dónde, la postmodernidad nos ha arrojado en manos de la dirección de felicidad. Tienes suerte. Vas a escalar en la pirámide de Maslow como nunca en tu vida. Da igual que los primeros peldaños de esa pirámide hayan quedado hechos trizas con la crisis. Ya lo dice la sabiduría popular: jodido, pero contento.

Según parece, la dirección de felicidad se encarga de tu salario emocional. En la transacción que estableces con tu empleador no importan las condiciones pegadas al mundanal ruido. No, lo que importa es que seas feliz. A fin de cuentas, ¿no prefieres eso a llenarte los bolsillos con una buena paga y un montón de vacaciones y beneficios sociales? Venga, ¿ de verdad que no prefieres llenar tu vida de sentido? Bueno, siempre que se alinee con los objetivos empresariales.

Supongo que hablamos de una felicidad orientada. Un medio para un fin. Nuestra obligación en la empresa es hacerte feliz si con eso salimos ganando. Queremos conocerte y dotarte de recursos para que construyas tu felicidad. La tuya y la de tu gente. Nos importas tú, tus circunstancias. Queremos ayudarte a que saques lo mejor de ti. Sabemos que en el fondo es lo que deseas. Debes demostrar y debes demostrarte que eres capaz. ¿Compras la oferta? Hay que ver cómo ha evolucionado el biopoder. Si Foucault levantara la cabeza, el susto que se iba a llevar iba a ser de aúpa.

A ver, vamos a repasar las tareas de semejante puesto de trabajo, el CHO. O sea, el Chief Happiness Officer. Según parece el CHO se encarga de:

  • escuchar activamente a empleadas y empleados
  • mantener un buen clima de trabajo
  • fomentar el trabajo en equipo

Además, cada quince días toca encuesta para medir qué tal nos van las cosas. ¿Eres feliz en el trabajo? Si suspendes y no llegas a objetivos habrá que poner en marcha acciones correctoras. De ahí no te escapas. O eres feliz o te echamos. ¿Lo has entendido? Que todo hay que explicaros.

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10 comentarios

Elena 31/10/2018 - 15:47

Una vez mas , me ha encantado tu comentario Julen: «o eres feliz o te echamos», con toque de humor personal…

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Julen 01/11/2018 - 08:26

Espero que seas feliz 🙂

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amalio rey 31/10/2018 - 20:31

A mí me parece bien que una organización intente que, en las horas de trabajo de sus empleado/as, la gente sea lo más feliz que pueda dentro de lo que el trabajo puede contribuir a ello. Pero designar una persona concreta, un CHO, para que se encargue de eso, es no entender en absoluto el problema de fondo.
A mí me daría vergüenza decir que mi trabajo, y mi cargo, es ser CHO. Otra bobada de la serie Chief… que, además, repetimos como imbéciles, en ingles, desde el mundo hispano-parlante. Yo veo que contiene tres absurdos: 1) La felicidad es un sentimiento natural y personal, que debería fluir de tratar bien a las personas, no un «plan», ni una «estrategia», 2) Es algo que debería facilitarse de forma incondicional pero eso en una empresa lucrativa, ya sabemos, no cabe (de ahí lo de «sé feliz, o te echamos»), 3) En todo caso, no debería ser un cargo o dirección, sino algo que esté embebido en la forma de gestionar de todas las personas.

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Julen 01/11/2018 - 08:28

Me temo, Amalio, que el plano «instrumental» de la felicidad como medio para producir, lo enmierda todo, con perdón. Así de turbia se vuelve a veces la gestión de las personas en las organizaciones. Pero creo que esto no va a mejor. Cada vez parece sofisticarse más la propuesta para conseguir emocionalmente un cierto chantaje a la gente.

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Iván 01/11/2018 - 03:15

Buenas reflexiones Julen. Resulta un poco curiso todo esto. Llama la atención que algo que debería ser natural e innato en las organizaciones se vuelva algo especial para un nombre tan de bombo y platillo. Lo de las actividades y la felicidad se las trae: escuchar activamente a empleadas y empleados, mantener un buen clima de trabajo y fomentar el trabajo en equipo. Coincido con Amalio en sus miradas.

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Julen 01/11/2018 - 08:29

De momento, Iván, mejor buscamos la felicidad en aquello que nos apasiona y que no está mediatizado por una relación laboral 😉

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Virginia 02/11/2018 - 09:57

Me encanta tu artículo Julen. Enhorabuena

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Julen 05/11/2018 - 20:44

Znks! 🙂

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Isabel 02/11/2018 - 12:54

No sé decir si da risa o es para echarse a llorar. Espero que nadie me dé una tarjeta con ese título porque no sabría qué cara poner.

Creo que lo de la «felicidad» está sobrevalorado e infravalorado al mismo tiempo. Y que a fuerza de etiquetar estamos clonando algo que debe ser un combinado absolutamente personal. De acuerdo si se trata de eliminar o minimizar elementos que bloquean, lo que no dejan de ser entornos discapacitantes, pero formar cápsulas de felicidad es una distorsión.

No sé Julen, será que yo soy feliz incluso con las infelicidades temporales de algunas decisiones siempre y cuando sean en gran medida mías 🙂

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Julen 05/11/2018 - 20:43

Paradojas del mundo contemporáneo: creamos direcciones de felicidad porque, quizá, hacemos a la gente infeliz.

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