Joseph Stiglitz y el cooperativismo de MONDRAGON

by Julen

2015-Nobel prize winner Joseph stiglitzSuele ser muy habitual que destacadas figuras de diferentes ámbitos se interesen por conocer de primera mano la experiencia de las cooperativas de MONDRAGON. La revista TU Lankide dedica su último número a este asunto. Haciendo balance, indican que, por ejemplo, en 2017 se recibieron un total de 147 visitas con más de 2.000 personas. Aunque muchas fueron visitas de un día, se organizaron también 17 seminarios de una semana de duración (uno cada tres semanas). Destaca que sea Corea del Sur el país de donde más gente ha venido, lo que indica, evidentemente, su apuesta por este modelo. Estados Unidos, Brasil, Holanda y Japón son los siguientes países en aportar visitantes. Se distinguen tres tipos de objetivos en las visitas: de carácter académico (42%), por interés social/institucional (10%) y por último de carácter estrictamente empresarial para hacer negocios (46%).

Pues bien, en este último número que cito, dedican un par de páginas a la que ha realizado el economista y profesor estadounidense Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía en 2001. Como podéis imaginar, estas referencias de personajes que se acercan a MONDRAGON siempre destacan en sentido laudatorio (como es lógico) por lo que dicen de esta experiencia cooperativa, pero esto no impide recoger del texto algunas ideas que me parecen interesantes.

A la pregunta de si cree que MONDRAGON puede ser una alternativa real al modelo capitalista, contesta:

Espero que sí, me gustaría que así fuera. Quizás no sea el mejor sistema para todo el mundo pero su existencia es muy positiva, porque aún no siendo parte de él hace que otras personas también piensen en el concepto del cooperativismo, está influenciando también a otros modelos económicos. De hecho, poco a poco está calando cada vez más dentro del modelo capitalista el hecho de convertir más participativa la propiedad del capital, así como la toma de decisiones.

No está mal reconocer ese hecho: mejor o peor, de mayor o menor éxito, es evidente que el cooperativismo quiere pensar la empresa desde una óptica de transformación social, tal como lo entendió Arizmendiarrieta en sus orígenes y como, por cierto, recuerda Aitzol Loyola, del Instituto Lanki, en otro artículo de este último número de TU Lankide. Es interesante reconocer la imperfección intrínseca del modelo pero también su carácter inspirador, alternativo al de un capitalismo global que cada vez muestra más síntomas de que se antepone el capital a las personas.

Dice Stiglitz que «el capitalismo hace a la gente más egoísta», mientras que «el cooperativismo convierte a la gente en más colaborativa». Y señala también el Premio Nobel los que intuye son los principales retos a los que hacer frente desde este modelo cooperativo de MONDRAGON:

  • la globalización
  • los adelantos tecnológicos
  • una nueva formación a las personas
  • cómo contribuirán las personas mayores de 65 años

Supongo que la respuesta podría incluir otro buen número de aspectos, pero quiero intuir que los cuatro tienen que ver con diferentes aspectos que afectan, sobre todo, a las personas. Los dos últimos aspectos las citan directamente, pero los dos primeros enfrentan a las personas con su forma de estar en el mundo. La conexión con el entorno geográfico inmediato, tan propia de MONDRAGON y de las cooperativas que nacieron el siglo pasado, se zarandeada por la exigencia de competir en un mercado global. Además, la industria 4.0 introduce un enorme desafío relacionado con la relación entre personas y máquinas (y no hay que olvidar que MONDRAGON presume en gran parte de su modelo industrial).

Dice Stiglitz para terminar la breve entrevista que quizá dos de las claves del éxito de MONDRAGON haya que que buscarlas en su universidad -la formación estuvo en el origen de la experiencia cooperativa- y en que cuenta con una entidad financiera propia. Son aspectos que se remontan al origen de las cooperativas. Curioso que sirvan para explicar el éxito (o como quiera que se llame) en pleno siglo XXI. A lo mejor allá en los orígenes haya que escarbar algo más para volver a asentar los cimientos de un edificio que debe resistir los embates del capitalismo global en que vivimos. Y, como siempre decimos por aquí, ya nos podemos preparar para convivir con numerosas contradicciones.

La imagen es de UNIDO en Flickr.

 

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4 comentarios

Iván 25/06/2018 - 08:06

Buenas reflexiones Julen, los retos que comenta Joseph Stiglitz dan para reflexionar, tanto para las personas como para casi cualquier organización.

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Julen 29/06/2018 - 07:45

Sí, son bastante exportables, no hay duda 😉

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Isabel 25/06/2018 - 08:39

Tal vez estemos pecando de soberbia con respecto al conocimiento, de ahí esas contradicciones que señalas con las que debemos de convivir.

De una conferencia de Stiglitz de 2010 me había quedado con una cita que sigue estando entre mis preferidas: “El conocimiento es la parte más importante en la producción del conocimiento”. De tu destacado de esta entrevista me quedo con algo esperanzador: “convertir más participativa la propiedad del capital, así como la toma de decisiones” 🙂

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Julen 29/06/2018 - 07:46

Siempre me ha parecido positivo compartir la propiedad del capital cuando hablamos de empresas. La economía social lo lleva implícito, pero creo que es algo que de una u otra forma habría que extender a casi cualquier proyecto colectivo como forma de corresponsabilidad.

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