Sinsentido

by Julen

Así, en una sola palabra: sinsentido. De repente, cruzada una línea, conseguido un (supuesto) objetivo, aparece lo más parecido a la nada que puedas imaginar. Ahí, detrás de esa curva, tras ese peralte, de repente, nada. No solo un vacío físico, no solo algo que perciben tus sentidos. No solo eso. Es un momento que casi parece imposible. Nada, un hueco, un agujero por el que desagua tu motivación.

Suele aparecer de la forma más inesperada. No hay plan que pueda prever nada al respecto. No hay circunstancias ni pistas que te ayuden a imaginarlo. Simplemente juega una partida en la que no conoces ni las reglas ni el sentido final de la contienda. Eres un simple trapo sujeto a lo quieran los vientos. O un despojo en la más angustiosa de las calmas.

El sinsentido no necesita estruendo ni demostrar nada a nadie. Está ahí. O no. Pero puede que esté. Ni te sorprenderá ni te embaucará. Ya lo has sufrido antes. Tienes experiencia. Una mancha de aceite que se extiende sin necesidad de aplicar fuerza alguna. Sabes que estás dentro cuando no ves nada. Porque en el preciso instante en que traspasaste la línea, ya no había elección. Estabas allí. Con el depósito de voluntad consumido. Ni siquiera sabías que lo llevabas en reserva desde hacía tiempo.

Las grandes aspiraciones se ven sometidas a la dictadura de la ciclotimia. Allá abajo, en el fondo del valle, habita el sinsentido. Espera paciente. Sabe que terminarás por cruzar la línea. Logrado el objetivo, nada. Un segundo instante que se disuelve para dar paso a las más oscuras de tus cavilaciones. Una trampa. Ahí dentro, por una temporada. Sin apenas fuerzas, a la espera de que quiera abandonarte. ¿Para esto tanto esfuerzo?

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2 comentarios

Isabel 06/05/2018 - 13:37

«Porque en el preciso instante en que traspasaste la línea, ya no había elección».

Tal cual Julen, siempre ocurre así, difícil detectarlo e interesante tomarlo como un reto, porque llegará, seguro.

Y mientras leía me he dado cuenta de que ese temido sinsentido es un regalo, quizá porque esa travesía del desierto ayuda a desintoxicar de creencias y certezas. Sí, sí, creo que son un regalo 🙂

Un beso

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Julen 09/05/2018 - 06:44

Bonito concepto ese de que el sinsentido sea, hasta cierto punto, un regalo 🙂

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