DSC_4241

Abrimos nueva etapa profesional. Sí, ya sé que estoy un poco pesado con este tema, disculpad. El caso es que veo los tres años dedicados al doctorado, que van a culminar con la defensa de la tesis, y creo que se cierra un ciclo y se abre otro nuevo. ¿Qué aparece de nuevo en el horizonte? Al margen de la lógica evolución en lo que uno sabe hacer (o cree que sabe hacer) alrededor de la innovación, la eficiencia o la transformación digital -lo que define en cierta forma mi oferta de producto/servicio- emerge un nuevo elemento: el ciclismo. Lo trasladamos desde la simple afición a lo profesional. Pero, claro, hay que acotarlo porque hoy ese concepto admite muchas diferentes perspectivas de análisis.

El doctorado me ha obligado a bucear en lo que rodea al sector de la bicicleta de montaña. Por extensión también hemos tenido que leer sobre el sector en su globalidad, la bicicleta, entendida como producto y como todo lo que rodea su práctica. Así, cabe interpretar la bici desde diversos ángulos:

  • Como producto en sí, con las necesidades tecnológicas asociadas a la fabricación de un producto físico que ha evolucionado al incorporar nuevos materiales, formas de transmisión, la «revolución» de la asistencia al pedaleo o lo asociado con la transformación digital.
  • Como práctica asociada a la vida saludable, con lo que representa de contribución a hábitos de vida sanos en línea con la preocupación por lo que somos y nuestro bienestar global. Conecta con tendencias como el welness, la superación personal, la nutrición o el equilibrio emocional.
  • Como contribución a la sostenibilidad al proponer una fórmula de transporte amable, no contaminante y que favorece la cohesión social y genera calidad de vida en nuestros pueblos y ciudades. Se incluyen también sistemas públicos de alquiler de bicis, modelos éticos de bicimensajería, diseños adaptados de urbanismo, o la convivencia entre distintas propuestas de movilidad sin motor.
  • Como contribución al desarrollo territorial, al hacerlo atractivo para quienes buscan lugares en lo que sentirse a gusto pedaleando. Recorrer rutas de valor paisajístico o patrimonial, sea por carreteras amables o por pistas o senderos, contribuye a un modelo de turismo sostenible.
  • Como ejemplo de economía de la experiencia, a través de eventos y otras propuestas que reúnen a las personas interesadas y las ponen en contacto con sus referentes, sean marcas, profesionales o youtubers, complementando aportaciones físicas y digitales en su más amplio sentido.

Cada vez vamos a ver más planes estratégicos de la bicicleta que se proponen como iniciativas para contribuir al desarrollo territorial, sea de un pequeño municipio, una ciudad o, por qué no, incluso de una comunidad autónoma o de un país al completo. Cuando decimos «plan estratégico de la bicicleta» hay que considerar, no obstante, que admite diversos enfoques, según se acuda más a una u otra de las cinco perspectivas comentadas antes. En común, además, aparecería un sexto elemento: la educación, como capa base para impulsar toda esta nueva cultura de la bici.

En esta línea la Mesa Española de la Bicicleta, creada en 2014, lleva tiempo moviéndose para disponer de un plan estratégico de la bici a nivel estatal. En la web de ConBici, coordinadora en defensa de la bici, y una de las entidades integradas en la Mesa, su director técnico, Manuel Martín Fernández, se explicaba así:

La transversalidad de la bicicleta necesitaba de este espacio y consideramos que dicha transversalidad tiene también que reflejarse en las administraciones públicas, que deben velar por la salud física y mental de la población, la Seguridad Vial, la educación la movilidad eficiente y sostenible, el Medio Ambiente y, en definitiva, en la Calidad de Vida.
Y por ello la bicicleta, un vehículo económico, fácil de usar, democrático y al alcance de todos, debe tomarse mucho más en consideración que hasta ahora, aunque reconocemos y alentamos algunos ejemplares esfuerzos de municipios y entidades que están ayudando a cambiar la percepción de los ciclistas en las calles.

La propuesta de la Mesa de la Bicicleta es ambiciosa y aporta una orientación muy interesante para el ámbito local, con diez iniciativas que a nivel municipal deberían considerarse:

  1. Creación de un observatorio municipal de la bicicleta.
  2. Cooperación en una red de ciudades por la bicicleta.
  3. Desarrollo de un marco normativo.
  4. Integración de la bicicleta en el marco de movilidad global.
  5. Plan de infraestructuras ciclistas.
  6. Intermodalidad con el resto de medios de transporte público.
  7. Promoción y formación.
  8. Economía de la bicicleta.
  9. Movilidad forzosa, esto es, la relacionada con el desplazamiento al centro de trabajo o de educación.
  10. Participación social.

Desde mi perspectiva como consultor, ¿en qué se traduce todo lo anterior? Bueno, ya iré dando detalles poco a poco. La tesis doctoral es solo un paso, luego vendrá un libro y después un sitio web dedicado, ya lo podéis imaginar, al sector de la bicicleta. Nuestra aportación tendrá que ver, claro está, con una perspectiva de gestión, que es, a fin de cuentas, de lo que escribimos y en lo que trabajamos. Seguiremos informando…

Artículos relacionados

1 comentario

Iván 17/04/2018 - 11:57

Pinta muy interesante Julen. Mucha suerte en los nuevos caminos por recorrer 🙂

Responder

Responder a Iván Cancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.