9 – Monesterio – Peraleda del Zaucejo #Cicloextremeña

by Julen

Etapa en Strava.

Fue una tarde un tanto diferente la del sábado en Monesterio. Solo yo tuve que hacer colada porque Alberto marchaba al día siguiente y hubo además tiempo para charlar con Juan mientras paseábamos por el pueblo. Previamente, eso sí, terminé de escribir el post, como de costumbre, tras llegar, ducharme y limpiar la ropa. En la cafetería del hotel, donde redactaba el post, a eso de las cinco de la tarde todavía se percibía el bullicio de un día ajetreado como pocos en el año. Semana Santa es Semana Santa.

Así que ayer fue un día de conversación agradable con viejos amigos. Y es que hace un par de años creo que todos nos llevamos un recuerdo muy agradable de una ruta en la que recorrimos el Algarve portugués. En aquella ocasión fueron ocho días de pedaleo y en los dos últimos tuvimos compañía onubense. Esta vez ha sido para un tramo de la etapa de ayer, pero siempre se agradecen estas visitas. Además, Juan y su colega Antonio, que esta vez no ha podido venir, andan muy implicados en un proyecto de promoción de la cultura gravel: Gravel Café. Precisamente Juan me ha traído una equipación que han diseñado donde se incluye un pequeño logotipo de la Transandalus. Eso sí, la talla S que me probé era para esbeltísimas figuras, muy lejos de mi estándar. Así que hubo que cambiar elección.

Finalmente decidimos cenar en El Rinconcillo, un restaurante del que habíamos leído buenas críticas. A las 8:30 nos dijeron que volviéramos veinte minutos más tarde, porque «la mesa no estaba preparada». Cuando lo hicimos hubo que esperar un poco más porque la mesa seguía sin estar preparada. Se percibía cierta tensión. Según decía la encargada, hasta las ocho no habían terminado con el turno de comidas. Va a ser que esto no es Europa en cuestión de horarios.

Hicimos unas risas con lo de las mesas preparadas o sin preparar. La cena, al final, estuvo muy bien. Fue una especie de fin de fiesta para la despedida de Alberto. Sí, hicimos risas. Al salir casi me caigo de espaldas de la cantidad de gente que había en la zona de bar. Diossss, qué días de multitudes.

Esta mañana Alberto cogía el autobús para Cáceres y desde allí se volvía para Bilbao. Yo continúo la ruta para cerrar el círculo en siete etapas más hasta volver a Aldeanueva del Camino. Toca ahora virar hacia el norte y conocer el este de Extremadura.

En principio hoy debe de ser la etapa más larga. Al final me han salido algo más de 115 kilómetros. Tras despedir a Alberto cuando su autobús llegaba a las 8:10 y luego a Juan, que volvía hacia Fregenal de la Sierra por el Monasterio de Tentudia, enfilo los últimos kilómetros de la CicloExtremeña hacia el sur en un primer tramo que coincide con la Vía de la Plata. No me cruzo con ningún peregrino, aunque arriba en Monesterio sí que se veían (incluso en nuestro propio hotel los había). Los diez primeros kilómetros se van en un santiamén porque son en bajada.

Se gira a la izquierda para coger una carretera que va hacia Llerena, ya en dirección noreste. Tras subir un pequeño puerto se coge una vía pecuaria a la derecha que nos introduce de nuevo por la dehesa. Vamos pasando cortijos y saludando perros, algunos sueltos para mosqueo del ciclista. En fin, no pasa nada.

Se sale de nuevo a una carretera que más adelante se deja por otra a la derecha que va hacia Puebla de Maestre tras un cuestón de los de sudar la gota gorda. Como la etapa es larga y no llevo todavía treinta kilómetros decido no parar y sigo. Otra cuesta notable a la que sigue una bajada de órdago que, tras cruzar el arroyo Viar, nos conduce esta vez a la «senda de los Quintos», que de senda no tiene nada porque es otra pista de esas de diez metros de ancho. Poco a poco se va cerrando y casi coronando una pequeña subida aparece la espectacular ermita del Ara. Del siglo XV en estilo mudéjar, es una verdadera preciosidad con sus frescos decorando los arcos interiores. En una tiendecita anexa venden un aceite que ha recibido varios premios a nivel internacional. Hubo tiempo de catarlo. Una exquisitez.

Viene otra buena subida para llegar a Fuente del Arco. Todo está cerrado. Ni un bar que llevarse a la boca. Miro el perfil de la etapa y decido seguir hasta Azuaga donde espero comer algo. Sí, serán unos ochenta kilómetros hasta alli, pero creo que a partir de ahora el terreno es favorable. Enseguida se accede a la Vía Verde de La Jayona, que antiguamente daba salida al mineral de hierro de esta zona. Hoy nos lleva plácidamente hasta Azuaga, aunque con tramos de cierto viento en contra. Cuesta imaginar al tren entre las ovejas que pueblan esta parte de la dehesa.

En Azuaga también está casi todo cerrado aunque al final encuentro un kiosco en un parque donde está metida buena parte del pueblo. Por fin comemos algo, qué hambre.
Mientras como veo que en esta comarca el pueblo de referencia es Azuaga. Se trata de un municipio que cuenta con más de 30 dólmenes en su territorio. Debía de ser una zona golosa para vivir, con un destacado florecer, por cierto, durante la época de dominación musulmana. Sí, según parece, Azuaga proviene de la tribu bereber de Al-Zuwaga. Poca broma. Y otro detalle: aquí nació el movimiento obrero de Extremadura, que unía a quienes trabajaban en el campo, pero también a los mineros que trabajaban en la extracción del plomo, metal del que llegó a ser potencia mundial este pueblo.

Ya solo quedan algo más de treinta kilómetros y, en principio, por lo que observo, con viento a favor. Efectivamente, metemos el turbo y un poco pasadas las 3:30 llegamos a nuestro destino.

Peraleda de Zaucejo, el pueblo donde hemos terminado hoy la etapa, es otro buen ejemplo de despoblación. Llegó a sobrepasar los 2.000 habitantes, pero hoy solo quedan algo más de 600. Los años 50, 60 y 70 vieron cómo muchos lugareños emigraban, en este caso, principalmente a Cataluña. De ahí el hermanamiento con San Baudilio de Llobregat. Hoy, según dato de la wikipedia, la densidad en el municipio es de 3,94 hab./km2. No está mal, ¿verdad?

Bueno, habrá que darse un paseo. Hoy hemos terminado en manga corta, aunque las previsiones no son las mejores para dentro de un par de días. A ver qué nos toca 😉

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Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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2 comentarios

Juan Manuel Muñoz Luque 02/04/2018 - 13:17

¡Qué joya la Ermita del Ara en Fuente del Arco! Por lugares como ese merece la pena el cicloturismo de montaña.
Espero que en lo que te queda de la ruta extremeña sigas disfrutando

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Julen 04/04/2018 - 17:28

Una ermita preciosa. Si no la conoces, acércate un día con Ana. Yo aquí sigo, hoy con lluvia y barro, mountain bike del bueno jeje

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