Balance de la #Cicloextremeña y 15 recuerdos de 15 etapas

by Julen

Bueno, estamos de vuelta en casa. Ya podemos colocar otra muesca en la mochila de nuestras rutas RSS en bici de montaña. Así que vamos con un post de balance e incluimos también 15 recuerdos de las otras tantas etapas. Después de que a Alberto se le ocurriera que viniéramos para acá y de que encontráramos la CicloExtremeña como la mejor opción, toca ahora compartir lo que nos ha parecido la experiencia.

Primero de todo, es de agradecer que existan este tipo propuestas para practicar MTB. Con más o menos trabajo, son alternativas válidas para conocer un territorio a ritmo de pedal y con ruedas gordas. Lo mismo que proponemos con la TransEuskalherria o con la magnífica TransAndalus. Reitero mi enhorabuena a los amigos de conalforjas.com.

En general, es una ruta muy tranquila, con la lógica consideración del momento del año que se elige para pedalearla, lo que condiciona el estado de los caminos. Nosotros hemos encontrado una ruta con mucha agua, con los susedidos que ello supone. A veces había alternativa de carretera para evitar los marrones, como camino de Badajoz, pero otras no. Por cierto, sí, la ruta usa mucha carretera, pero la mayor parte es tranquilísima y se hace muy a gusto.

El track se sigue sin problemas, a excepción de las cancelas candadas y las propiedades privadas que quizá deberían ceder derecho de paso (me lo cuestiono sobre todo en el tramo a la salida de Plasencia). Digo yo que una vía pecuaria debería serlo, ¿no? Ha habido varios momentos en que hubo que buscar alternativas, no demasiado complicadas. Y algunos otros en los que, teóricamente, hemos delinquido porque no veíamos opción mejor. Si vas con alforjas, tocará quitarlas para pasar, con cierta dificultad, la bici por encima.

La CicloExtremeña te hará coincidir, sí o sí, con animales. Vacas ultrapacíficas, toritos bravos (solo entre Navalmoral de la Mata y Talayuela), ovejas, caballos, cerdos y ¡perros! Hay que estar preparado para este asunto de los perros. En general creo que dos son las mejores opciones: la primera es obviarlos y la segunda es no arrugarse y hacerles frente, piedra en mano o con lo que sea, demostrando que mandamos. Todo con precaución, claro.

Un aspecto que me ha encantado es que ofrece una combinación estupenda de pueblo y entorno rural. El paisaje ofrece mucha dehesa con encina y alcornoque, pantanos, zonas más montañosas con olivo, pero también con roble e incluso pinos. Sin embargo, este entorno natural se combina con pueblos con mucho encanto.

La Semana Santa es, desde luego, un momento especial para recorrer esta ruta y más si coincide con la floración de los almendros. Sería mi época recomendada, no hay duda.

En fin, insisto, agradecer a Carlos y Pablo esta ruta. Y voy con mis quince recuerdos. No se corresponden, uno a uno, con cada una de las etapas. Los recuerdos son genéricos a veces y otros de ciertos detalles que creo merecen destacarse en puntos concretos del recorrido. Por supuesto, es mi valoración y solo mía. Lo que haya de acertado o de equivocado en lo que comparto solo se me puede achacar a mí. A Carlos y Pablo ya les enviaré un correo con algunas sugerencias más concretas, aunque teniendo en cuenta que el itinerario lo he realizado al contrario de lo que ellos sugieren, lo que puede condicionar la valoración.

1. La ermita del Ara, un lugar especial, con su humildad externa y sus fantásticas pinturas en los arcos y el techo. Cautivadora.

2. La subida al Alto de Piornal, 700 metros de desnivel para disfrutar de la paz entre torrentes de agua, árboles de hoja caduca y fabulosas vistas. Aérea.

3. El puente romano de Alcántara, una oportunidad de volver al siglo I d.C. y atravesar a pedales una obra de ingeniería pensada para otros medios de transporte. Desafiante.

4. Los pantanos, presentes casi en todas las etapas, pegados sobre todo al Guadiana y al Tajo, confieren una visión diferente de estas tierras, alteradas por la mano del hombre. Enormes.

5. El ritmo de bachata dominicana que me hizo rodar con tranquilidad y disfrutar más y mejor de los caminos por los que transitamos. Agradecido al señor Etxeandia.

6. Los tramos empedrados en el monte, sorpresas de otros tiempos en los que esa fue la manera de hacer más transitable el camino. Inesperados.

7. La dehesa, sus cortijos y sus animales, como entorno que, no por mil veces transitado, pierde su encanto. Encinas y alcornoques, hierba y flores en primavera. Omnipresente.

8. La Semana Santa de Olivenza y la de Jerez de los Caballeros, dos experiencias diferentes para nosotros, una íntima y otra multitudinaria. Sorprendente.

9. El menhir del Cabezo como huella de que en tiempos prehistóricos la zona estaba ya habitada. Llama la atención la capacidad de aquellos humanos para erguir semejante mole. Altivo.

10. Los vadeos magnificados a cuenta de las lluvias recientes. Todo un desafío: ¿a pie o en bici? ¿Y si nos vamos al suelo mientras cruzamos? Divertidos.

11. La bajada a Navalvillar de Ibor por pista tras coronar el puerto del Crucero. La lluvia y el barro la hicieron épica y también divertida para qué negarlo. Tenía que pasar algún día.

12. El cerdo ibérico se merece, cómo no, un homenaje en esta ruta. El tramo de Jerez de los Caballeros a Fregenal de la Sierra fue encantador, con los cerditos acudiendo a nosotros para que les diéramos de comer. ¡Si al final es al revés! Delicioso.

13. La compañía de Juan desde Fregenal de la Sierra hasta Monesterio y una cena por todo lo grande y con cierta tensión inicial, jeje. Un rato entretenido.

14. Los cerezos en flor, alineados en terrazas aprovechando las laderas del valle del Jerte. Un lujo para la vista. Delicados.

15. El museo etnográfico y textil de Plasencia, que me trajo recuerdos de aquella gente extremeña que emigró a donde yo vivía de pequeño, en la zona minera de Bizkaia. Nostálgico.

Y hasta aquí hemos llegado. Nos vemos en la siguiente 😉

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Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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7 comentarios

Carlos 08/04/2018 - 19:55

Muy buenas Julen!
Estaba como un niño esperando a que le dieran las notas jajaja

Lo primero muchísimas gracias por animarte a rodar la Cicloextremeña, para nosotros es todo un honor que os acerquéis a Extremadura y que os pongáis un poco en nuestras manos, siempre nos sentimos en parte responsables de lo bueno y lo malo que le pueda pasar a quien se pone a recorrerla.

Viendo las bicis y el equipaje que lleváis creo que os habréis quedado con ganas de más caña. Esto me hace plantearme estudiar una versión más bttera con predominio de senderos y mucho menos asfalto, aunque como seguro que ya intuyes por la cantidad de fincas privadas que has encontrado, no es tarea fácil.

Por supuesto quedo a la espera de tus avisos y sugerencias sobre el trazado, como sabes esta ruta es todavía un bebé al que le queda mucha vida por delante y gracias a las aportaciones de los que la recorréis podremos mejorarla.

De nuevo muchas gracias y enhorabuena por completar la ruta, ya eres de los pioneros de la Cicloextremeña.

Saludos!!

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Julen 08/04/2018 - 20:36

Nada, nada, nosotros encantados de que tengáis esta primera versión. En lo que podamos echar un cable, para eso estamos. No sé si has leído en comentarios de otro post, que un escocés, Alex Milne, la va a hacer a partir del día 16 de abril (73 años tiene la criatura, me quito el sombrero, a ver lo que comenta). Cuanta más gente la haga, más feedback e ideas pueden surgir.

Aquí en el norte en general no tenemos tantos problemas de cancelas. Gran parte del monte es público. La verdad es que ahí o en Andalucía es una putada. Sobre todo si vas solo y con alforjas. Pero es lo que hay. A lo largo de esta semana os envío los puntos concretos donde hemos encontrado cancelas con candado. Ten en cuenta que íbamos en sentido antihorario.

De todas formas, a pesar de que haya mucha carretera y poco sendero, a mí me ha encantado. Rodar tranquilo (bueno, con algún que otro perro cabrón jeje) y disfrutar de la dehesa en primavera es una gozada. De verdad, muy agradecido de que os lo hayáis currado así.

Yo soy socio de la TransAndalus desde hace varios años (es una asociación) y la he recorrido al completo y también formo parte del equipo promotor de la TransEuskalherria (que también he pedaleado al completo), un proyecto similar que tuvo impulso público al principio y ahora lo llevamos entre un grupo de pirados. Por cierto, uno de ellos estuvo en mayo pasado también dando pedales por vuestra Cicloextremeña.

Lo dicho, ya estamos en contacto. Muchas gracias por todo. Volveremos. Un abrazo 🙂

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Alberto 09/04/2018 - 10:45

Pues yo también tengo que agradecer a ambos, Carlos y Julen, porque entre ambos me permitís ir como un señorito, con todo trabajado. Solamente me queda dar pedales a ese ritmo bachatero…

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Julen 11/04/2018 - 10:50

La bachata tiene también sitio, no hay duda

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Javier 24/04/2018 - 10:58

Hola Julen, me sorprende el minimalismo que usaste para la ruta. Imagino que tendrías que ir lavando ropa en los hostales y sin llevar ropa de calle por el peso.
Muy guapas las rutas e historias vividas aquí contadas

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Julen 25/04/2018 - 06:03

Sí, el minimalismo es algo que ya llevamos practicando en todas las últimas rutas que hemos hecho. Implica casi siempre colada diaria, pero es algo a lo que ya estamos acostumbrados. Ir de esta manera permite prácticamente rodar como un día cualquiera con la bici por aquí. Si hay que portear (que no ha sido el caso) o pasar cancelas cerradas (que sí ha sido el caso) todo resulta más sencillo. Pero, claro, cada cual que disfrute como quiera 🙂

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Las jaurías, de Alberto Gil – Consultoría artesana en red 12/02/2021 - 18:54

[…] como primer paso, pero hay más planes que algún día ya explicaremos. En fin, a lo que iba, que la zona extemeña de La Raya ya la pedaleamos hace unos años. Es de esos territorios con mucha historia a sus espaldas como zona fronteriza sujeta a idas y […]

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