8- Jerez de los Caballeros – Monesterio #Cicloextremeña

by Julen

Etapa en Strava.

La tarde-noche en Jerez de los Caballeros se tiñó de procesión del Santo Entierro, con sus teóricos cinco pasos: Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Descendimiento, el Santo Entierro, la Muerte Pelá y la Virgen de la Encarnación. Mucha gente por las calles ataviadas con los colores de su cofradía, de todas las edades.

Si en Olivenza estábamos a solas con los cofrades dentro de la capilla mientras se organizaban para la procesión, la iglesia de Santa Catalina, de donde partía la procesión de las siete en Jerez, estaba a rebosar. Niños corriendo y hasta colgándose de los pasos, todo el mundo charlando con los amigos, fotos a tutiplén, en definitiva, pura algarabía. No sé cuánta gente habría dentro de la iglesia antes de comenzar, pero se podrían contar a cientos. A cada minuto que pasaba se veía más y más. Una locura. Mientras, un cartel a la puerta avisaba: Se ruega silencio. Eso será otro día, no hoy.

En esto que se hace el silencio y se anuncia por megafonía: Están cayendo cuatro gotitas, por lo que, tal como se había acordado, se esperará media hora para tomar la decisión final. La iglesia sigue abarrotada de gente que aplaude el anuncio, mientras una cuadrilla de romanos al ritmo de un tambor van desfilando como pueden entre la multitud. A mí no me digáis, yo solo cuento lo que veo.

Un segundo mensaje anuncia que sí, que se saldrá. Pero mientras lo comunican, alguien avisa de que de nuevo está lloviendo. Un ohhh general surge de la multitud. De repente, por sorpresa, el paso del descendimiento sale de la iglesia entre aplausos. Le sigue el de Nuestro Padre Jesus Nazareno, que pasa muy ajustado por la puerta y recibe otra ovación al traspasarla con éxito. Sin embargo, la alegría se acaba pronto. Comienza a llover con cierta intensidad por lo que hay que recortar el recorrido y habrá pasos que no podrán salir finalmente. Una pena para esta gente, qué se le va a hacer.

La salida de Jerez nos hace callejear de nuevo aunque a las ocho de la mañana no hay ni un gato por la calle. Comenzamos a bajar pasando junto a las ruinas de la ermita de Lázaro, cruzamos una carretera y nos dirigimos por un terreno completamente anegado de agua a otra ermita, la de Nuestra Señora de Aguasantas en un entorno que asegura una buena romería cuando toque. Seguimos bajando hasta cruzar varios arroyos en la parte final del valle, alguno con aviso de ojo cuando haya inundaciones.

Comienza la subida por una pista rota que por primera vez en la ruta exige apretar en algunos buenos rampones. Son cerca de 400 metros de desnivel los que hay que superar, tampoco es para morirse, ¿no? Empieza la fiesta del cerdo. Primero una granja en la que charlamos un rato con un pastor y luego ya de continuo al otro lado de los muros de piedra que escoltan el camino.

Esta ha sido la última etapa en la que me acompaña Alberto. A partir de ahora me quedan por delante siete etapas más en las que solo iremos yo y mis circunstancias. Claro que hoy se nos ha unido Juan desde Fregenal de la Sierra (donde dicen que tienen el mejor jamón ibérico de la zona). O sea que hoy hemos sido multitud.

Tras los abrazos de rigor con Juan, un intercambio de batallitas y un bocadillo de jamón que quiso ser ibérico pero no lo fue (habrá que volver para comprobar la fama), salimos del pueblo por pistas de rodar rápido, muy aptas para el gravel que practican Juan y el común amigo Antonio. De cháchara los kilómetros pasan deprisa hasta Bodonal de la Sierra; así que seguimos ruta para el siguiente pueblo, Segura de León, a cuya plaza se accede por un buen rampón.

El terreno sigue discurriendo por caminos entre muros de piedra, incluso a veces convertido en sendero. Se suceden los subebajas y de vez en cuando hay que meter plato pequeño. Se hace entretenido con el aderezo añadido de algún que otro vadeo de los mojarse los pies sí o sí. Otra buena rampa encementada en su parte final nos sube hasta Calera de León, a apenas ocho kilómetros de Monesterio, nuestro final de etapa. Son algo más de las dos y decidimos avituallarnos a base de bocatas para disfrutar del último tramo para terminar la jornada.

Tras estos días de procesiones y sentimiento religioso, ha llegado el día de la desintoxicación. Hemos llegado a Monesterio, que si de algo presume es de su Día del Jamón, una fiesta de interés turístico aquí en Extremadura. Supongo que igual que se procesiona en Semana Santa portando algún paso a cuestas, se puede hacer lo mismo en busca de los lugares donde se ofrecen productos selectos de cerdo ibérico, ¿no?

Que sepáis que existe la ruta del jamón ibérico, que queda apuntada en la agenda para una próxima ocasión. De las cuatro rutas que se sugieren en su sitio web, una recorre tierras del sur de Badajoz a través de las comarcas de Sierra Suroeste, Tentudía y Campiña Sur y ya he visto que incluye otro pueblo por el que pasaré mañana, Azuaga. Habrá que sacrificarse y repetir alguna ración o bocadillo de jamón ibérico. Yo no quería, pero parece que es bueno para la salud y a estas alturas hay que cuidarse del colesterol malo y esas cosas.

Bueno, no podía terminar el post de hoy sin agradecer a Alberto su compañía a ritmo bachata. Se agradece esa tranquilidad 😉

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Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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5 comentarios

Juan Manuel Muñoz Luque 02/04/2018 - 13:04

Volver a disfrutar del cicloturismo en vuestra compañía, fue un privilegio por el que sentirme afortunado.

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Alberto 02/04/2018 - 23:03

Igualmente, Juan

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Julen 04/04/2018 - 17:27

Pues ya repetiremos, ¿no?

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Carlos 02/04/2018 - 16:52

Muy buenas Julen!
Espero que esté yendo todo bien, ya he leido todas tus crónicas hasta aquí. A ver si me avisas al terminar con los tramos cerrados por candados para que podamos actualizarlos porque se ve que de un mes para otro cierran las fincas por las que se podía pasar antes. Bueno lo dicho! Que baya todo muy bien! Seguiré leyéndote!

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Julen 04/04/2018 - 17:30

Cuando termine, te paso mis impresiones, ¿vale? Hoy no he mirado si entre Alía y Castilblanco hay cancela cerrada. Llovía y me ha dado un poco de pereza. He tirado por carretera. Por cierto la subida al Puerto del Crucero preciosa Qué buen trabajo habéis hecho.

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