7- Olivenza – Jerez de los Caballeros #Cicloextremeña

by Julen

Etapa en Strava.

Olivenza se veía bien servida de turistas y supongo que también de gente que en su día emigró y que vuelven a pasar estos días de Semana Santa a su pueblo. A las 8:30 la procesión de las Banderas salía de la Capilla del Espíritu Santo y a las 12:00 la del Silencio lo hacía desde la iglesia de Santa María Magdalena, dos ofertas por el mismo precio.

Nosotros decidimos parapetarnos en la Capilla del Espíritu Santo para ver salir la procesión de las Banderas. Resultó que no era costumbre quedarse allá dentro mientras los cofrades se iban organizando, pero nadie nos dijo que no pudiéramos estar. En resumidas cuentas, nos tiramos más de media hora observando los preparativos, nosotros dos a solas con los cofrades. Poco a poco fueron colocándose en orden. Portan diez lienzos pintados por ambos lados con diversos motivos. Nos sorprendió el pequeño caos que se percibía en el grupo. Nada de seriedad estricta ni nada que se le pareciese. El caso es que estábamos allí casi como espías viendo las interioridades de algo que luego luce de otra forma muy diferente puertas para fuera. Sin prisa alguna, fueron llegando el cura con su monaguillo y algunas autoridades. Y con casi con media hora de retraso comenzó la procesión. Fue una curiosa experiencia.

Por la noche se oyó llover con fuerza a ratos y a mí se me iba la cabeza al barro y los charcos que habíamos sufrido para llegar a Badajoz. En fin, habría que esperar a que amaneciera para ver los efectos en el camino y si íbamos a disfrutar de dosis extra.

La salida de Olivenza nos lleva por pistas enormes de uso agrícola y ganadero sin mayores problemas. Incluso poco a poco mejoran para no diferenciarse mucho de una carretera. Tras unas zonas de olivo y cereal salimos a terreno más adehesado. Se suceden los cortijos y comenzamos a ver toros bravos… al otro lado de los muros de piedra y pastando tranquilos. Los kilómetros pasan deprisa. El sol empieza a ascender y por el momento no parece que haya riesgo de lluvia. Hasta Alconchel, casi treinta kilómetros y un auténtico paseo.

Paramos a tomar el té de media mañana en un bar de la plaza. No hay té. Pues un segundo Cola-Cao. Miramos la altimetría de lo que queda de etapa porque a partir de aquí comienzan los tramos de subida. El siguiente tramo hasta Higuera de Vargas, tercer y último pueblo que encontraremos antes de llegar a Jerez de los Caballeros, nos sube de nuevo hasta una zona de dehesa está vez más frondosa con unas cuantas cancelas que obligan al ritual de siempre: baja de la bici, abre cancela, cierra cancela y monta de nuevo en bici.

La etapa de hoy es más corta y decidimos cambiar los habituales bocadillos de última hora de la mañana por algo más llevadero. Tal como dice la carta: una «tosta catalana con jamón». Después de quedarnos bien a gusto, toca dar pedales para afrontar el último tramo hasta Jerez de los Caballeros. Se inicia por la típica carretera flanqueada por muros de piedra. Al otro lado cerdos. Ñam ñam 😉

Dejamos la carretera para seguir un buen lío de pistas. El track nos guía, no hay problema. Subimos, bajamos, pillamos barro, todo muy entretenido. Hasta que de nuevo nos damos con ese hermoso cartel: Propiedad privada, prohibido el paso. Y un candado. Toca improvisar.

Cogemos una pista a la derecha que enseguida nos lleva a otra cancela y más propiedad privada. A la izquierda sale un sendero donde retozan cuatro cerditos. ¿Es por aquí? No contestan, aunque nos siguen los pasos. Hasta otra cancela. El sistema de apertura es nueva. Cómo joder se abre esto. Corramos un tupido velo sobre mi ineptitud. Seguimos el sendero, otra cancela y otra estupidez que cometemos al abrirla. Nos estamos coronando de gloria. En el suelo se ven rodadas de bici, es nuestra esperanza. La intención es o bien salir a la carretera, que va a un par de kilómetros, o bien retomar el track más adelante. Todo son dudas. Seguimos hasta dar a un pequeño arroyo. Doscientos metros al otro lado va el track. Primer intento de cruzarlo fallido. ¡Segundo con éxito! Ya estamos en la ruta original.

Sin embargo, la etapa no está acabada. Quedan tramos de sendero con mucha agua y barro de diferentes texturas y colores. Finalmente a eso de las tres aterrizamos en nuestro destino. De nuevo antes de pasar por el hotel hay que lavar las bicis. Si no, nos echan nada más llegar.

Que sepáis que Jerez de los Caballeros tiene su Maratón Templario BTT PREMIO BENZA, ahí es nada. Y en esta última edición, que tuvo lugar a primeros de marzo, parece que hubo lluvia y barro. Vaya novedad. Ya se sabe que cuanto más épica la competición, más sufridores se apuntan. Cosas de la evolución del ser humano. Ya nos lo explicarán en el futuro, supongo.

Por aquí hay evidencias de población desde la prehistoria, como atestigua un dolmen cercano, el de la Granja de Toriñuelo, con su estela bien conservada. Y, por supuesto, los romanos también se dieron un garbeo, que para eso quedaba este pueblo al que llamaron Fama Iulia Seria a mitad de camino entre Itálica (ya desaparecida) y Emérita Augusta (Mérida). Luego de las típicas broncas del Medievo, llega la época de la conquista americana. Y ahí, ya se sabe, Extremadura se puso las botas a mandar conquistadores para el otro lado del charco. Un no parar. ¿O es que no os suena Vasco Núñez de Balboa? Pues no, el tal Vasco no era de Hernani ni de Amoroto, sino de Jerez de los Caballeros. El chaval fue el primer europeo en divisar el océano Pacífico desde su costa oriental y el primer europeo en fundar una ciudad permanente en tierras continentales americanas. Vamos, un adelantado en toda regla. Eso sí, murió decapitado en el patíbulo. Tonterías de la época.

Pero lo que importa: que estamos en Viernes Santo. Palabras mayores en la Semana Santa jerezana, que hasta tiene su propia web. A las dos de la mañana tocaba la salida procesional de la Real Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Amor y María Santísima de la Esperanza Macarena, pero ya nos hemos enterado que la han suspendido porque llovia. A las 7:45 de la mañana salía la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y ha tenido que reducir también su recorrido. Ahora a las 7 de la tarde tenemos la procesión del Santo Entierro. A ver si tenemos suerte. Bueno, y a las once sacan también el paso de la Virgen de la Soledad. Tela lo de esta gente. Venga, os dejo, que Alberto está intranquilo por ahí viviendo la fe del cicloturista procesional. Tamañana 🙂

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Fotografías de la ruta cargadas en el álbum de Flickr.

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3 comentarios

Pelayo Serrano 30/03/2018 - 20:53

Bonita crónica Julen!!!!! Mientras pedaleábais por la dehesa yo me he encontrado en Monte Arraiz a unos especialistas de descenso extremo MTB, los más madrugadores de los cerca de 200 participantes que el domingo enfilarán los 1720 metros de de bajada hasta la plaza de Rekalde. Uno en concreto acababa de llegar en coche de Alicante con su tío, y no veáis como miraba el barro en el reconocimiento del circuito. De los 26º de Alicante a los 9º de Monte Arraiz. Más sorprendido se ha quedado al ver pequeños montículos de granizo, que aprovechando estar en la sombra se negaban a derretirse tras el tormentón caído de madrugada. Como los tambores de la «madrugá»…… Salud

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Julen 31/03/2018 - 19:47

Ya ves que hay gente para todo, jeje. La primavera es, conste, una caja de sorpresas metereológica. Disfruta por ahí, a mí me quedan 7 días. Alberto se vuelve mañana. Ciao!

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Las jaurías, de Alberto Gil – Consultoría artesana en red 12/02/2021 - 19:11

[…] Olivenza es un lugar que tengo grabado en mis viajes cicloturistas. Villanueva del Fresno, Higuera de Vargas, Elvas, Badajoz… la trama que nos va desplegando Alberto Gil nos permite viajar a un lado y otro de la frontera. Además, hay que volver atrás, a tiempos de los dictadores Salazar y Franco, para encontrar la ignominia encubridora de unos asesinatos la mayor parte de las veces olvidados. […]

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