Las startups y su cultura de la urgencia

by Julen

Urgent

El viernes pasado tenía sesión de evaluación de los proyectos de startup process que presentaban las alumnas y alumnos de último curso de LEINN. En mi caso he realizado mentoring de tres de ellos y en conjunto eran nueve los que se presentaban. Ziortza Olano y Amaia Aizpuru, del equipo de coachs, se encargaron de la puesta en escena. Aprovecharon una zona «de paso» en la facultad y habilitaron allí un lugar donde presentar cada proyecto.

Por supuesto, la situación, si bien en un entorno de confianza y buen rollo, genera cierta tensión dramática. Cada equipo tiene no más de quince minutos de gloria y deben captar nuestro interés. Los recursos a su disposición: lo que su imaginación sea capaz de ofrecer. Cada proyecto ha de entregar una memoria a partir de una propuesta muy bien construida por parte de DOT y también, claro está, la consabida presentación. Todo ello aderezado con una cultura de urgencia. Y sí, de esto va este post: de la urgencia como rasgo autoimpuesto.

El tiempo, misteriosamente, ha desaparecido. Que nuestra esperanza de vida crezca no es suficiente. No alcanza a satisfacer las exigencias del moderno estado de la sagrada competitividad. El tiempo, sea como sea, debe faltarte. No hay más. El undécimo mandamiento del management contemporáneo dice así: «Santificarás la urgencia sobre todas las cosas«. Si no te veo con suficiente grado de agobio, no serás digno de entrar en el reino de los elegidos para la gloria.

El deadline es la vaca sagrada. Una fecha transformada en horas, minutos y segundos. En línea con la adorada procrastinación, deberás dejar para las últimos momentos alguna que otra tarea que satisfaga las exigencias del guión. Un poco de histeria colectiva, otro poco de nervios desquiciantes y un final que no es feliz si no ha pasado por el filtro de la urgencia.

«Hoy» no tiene sentido. Ahora todo es para «ayer». No vas a cumplir. Si te envío un WhatsApp -y sé que lo has leído, no me engañes- exijo pleitesía: contesta ya. La ley de Parkinson no aplicara ya jamás porque es reemplazada por otra más acorde con los tiempos actuales: todo es susceptible de ser hecho en menos tiempo. Así que no tienes excusa. La urgencia viene de serie. Hagas lo que hagas, tendrás que padecer el poder del deadline. Y no te confundes, el deadline no permanece fijo; siempre se está acercando, cada vez más y más. Hasta que lo sufras.

Comento lo anterior porque fue un tema que salió en una conversación que mantuvimos en la cafetería de forma previa a la presentación de los proyectos. Proyectamos en ellos el mantra moderno de la urgencia. Y lo hacemos, supongo, para que se den cuenta de que el mundo que hemos construido cabalga a lomos de un tiempo que, por más que se expanda, conduce al ser humano a un callejón sin salida: llegarás al plazo acordado con la angustia de sobrepasarlo.

En fin, solo por comentarlo, que diría Terol hace unos cuantos telediarios. Y así, bajo la tiranía de la urgencia, lo pasamos bien en el Demo Day. Otra muesca en la mochila para entender en torno a qué y cómo quieren construir sus propuestas todas estas chicas y chicos con la mejor de las disposiciones posibles para comerse el mundo. A los señores mayores nos dejaron la primera fila, con respeto y veneración. Digo yo, ¿no? Insisto: fueron momentos para disfrutar. El futuro se lo están ganando, como no podía ser de otra manera.

La imagen es de Judith E. Bell en Flickr.

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4 comentarios

Amalio Rey 20/12/2017 - 16:17

Jjj… que bueno esto: «El tiempo, misteriosamente, ha desaparecido. Que nuestra esperanza de vida crezca no es suficiente».
Ains, ains… sere un viejuno, pero el equilibrio es un principio universal, asi que por algun lado se pagara tanta urgencia autoimpuesta

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Ricardo_AMASTÉ 20/12/2017 - 22:46

Impuesto, auto impuesto y ya casi naturalizado. Prisa mata!

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Julen 21/12/2017 - 07:15

Vísteme despacio, que tengo prisa. Sabiduría popular 🙂

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Startups, el outsourcing del riesgo | Consultoría artesana en red 10/01/2018 - 05:30

[…] se dota de una cosmética cool, de challenge, capaz de atraer business angels y cultivar sus dosis adecuadas de urgencia. El ambiente cuenta y hay que edulcorarlo. El capitalismo de seducción se viste con sus mejores […]

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