Si la semana pasada comentaba mi participación en el Máster en Gestión Estratégica del Talento de las Personas, hoy comparto otra colaboración que acabo de comenzar: las mentorías con los proyectos que tienen entre manos las chicas y chicos de último año de LEINN, aquí en Enpresagintza, la Facultad de Empresariales de Mondragon Unibertstitatea. Se insertan dentro de un nuevo planteamiento del proceso de startup que comenzamos este año. Un grupo de mentores vamos a dar servicio a los labs de Oñati, Irún y Bilbao. La metodología ha sido desarrollada por DOT en el marco de MONDRAGON Team Academy adaptando propuestas de Virgin.

Los equipos de proyecto actuales van a recibir seis soportes de mentoría en el período octubre-diciembre. Se han estructurado a medida que van avanzando en las diferentes etapas del proceso de startup: Research & Exploration, Market Validation, Product Validation y Business Validation. En cierta forma se habilitan dos actividades paralelas, ya que además de nuestras mentorías, los equipos van realizando una serie de workshops encaminados a orientar todo el proceso.

El objetivo final es evidente: colocar en el mercado proyectos robustos, con las bases suficientes como para garantizar un lanzamiento adecuado. Hay que decir que en su gran mayoría son proyectos que se han ido gestando a lo largo del viaje de aprendizaje de los leinners durante sus tres primeros años de grado. Deben disponer, por tanto, de un análisis bastante avanzado de lo que pretenden y cómo quieren llevarlo a cabo.

El lunes desarrollamos la primera mentoría. En mi caso llevo tres proyectos, en campos diversos, pero con la común ilusión de emprender en su más profundo sentido. Mentores y leinners compartimos un objetivo común: ¡conseguirlo! Hace falta revolver una y otra vez los propios valores y lo que se pretende aportar con la propuesta de valor que se lanza al mercado. Hay que diferenciarse y captar la atención de quienes conforman la cadena de valor del proyecto. Seguro que habrá que iterar porque la turbulencia ahí fuera es grande, pero la voluntad debe ser firme. En gran parte necesitamos convicción y, paradójicamente, capacidad para girar el rumbo cuando haga falta.

Estamos al comienzo y ya escribiremos algo más al respecto. En las primeras sesiones ya se sentía el convencimiento y la ilusión. Pero, como le he escuchado más de una vez a Amalio Rey, hay que relativizar el enamoramiento de las ideas propias. Hace falta, desde luego, pero con inteligencia. Hay más agentes en juego y en la partida de ajedrez cada pieza tiene su importancia 😉

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4 comentarios

Amalio Rey 25/10/2017 - 15:21

Es que mis ideas cada vez son peores, y tienen menos gracia, asi que me es facil no enamorarme de ellas. Cosa de viejunos. Pero esto/as chavale/as, con lo bien preparado/as que estan, iran como motos. A eso sumale que el mentor esta como un pincel, de tanta bicicleta. Disfruta!!

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Julen 26/10/2017 - 06:39

Jajajaja, no creas, que el paso del tiempo es inexorable aquí en la uni. Ellos todos los años son un año más jóvenes que yo 🙂

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