Cuando todo es industria 4.0

by Julen

Hace ya bastante tiempo que creé una alerta vía #Feedly para seguir lo que se publicaba en torno a «industria 4.0». Pues bien, ha llegado el momento en que esa alerta no tiene sentido. Es tal el volumen de información que me llega, que no hace sino molestar. El cajón de la industria 4.0 se llena continuamente de casi cualquier cosa. Porque, claro, (casi) todo es ya industria 4.0. Como antes lo fue la innovación. Y antes la calidad total u otros tantos clichés. Hoy todo hay que leerlo desde la perspectiva 4.0.

A lo mejor es tan sencillo como reconocer el sinsentido de apellidar «digital» a la sociedad contemporánea. De igual forma que vivimos con electricidad, vivimos con lo digital. Nadie es capaz de concebir un mundo sin agua corriente, sin electricidad o sin una serie de rasgos que nos definen. Supongo que «digital» es un apellido que, de momento, ha llegado para quedarse. Y en la industria más de lo mismo.

Claro que la inflación de uso del término nos confunde. Aquí, en esta parte del sur de Islandia donde se ha apostado institucionalmente por la industria 4.0, se ha conceptualizado para acotar qué es y qué no es. A fin de cuentas las ayudas públicas necesitan meter en un cajón o en otro un expediente. Pues eso, este a industria 4.0 y este otro no. Da igual que los dos necesiten lo digital porque no pueden no vivir en 2017. Será cuestión, entonces, de grado de intensidad. Es más industria 4.0 o menos industria 4.0, pero lo es, vaya si lo es. Y no hay que olvidar que la industria 4.0, para realmente suponer progreso, debería considerar no solo el plano tecnológico sino el de gestión. Hardware y software, por buscar un símil. Aunque me temo que se revolotea en exceso en torno al primero.

En noviembre llega otro evento Basque Industry 4.0. Y avisaron ya hace tiempo de que o haces la inscripción a tiempo o te quedas sin plaza. En mi caso, aunque sigo viviendo casi fuera de la sociedad civil a cuenta del doctorado (todo llegará y volveremos a ver la luz, no os preocupéis), decidí inscribirme. Aunque sea para que me dé un poco la luz de un evento, no vaya a ser que muera por falta de contacto exterior. Creo que me servirá para ver en qué momento estamos, ahora que todo es industria 4.0. Tengo curiosidad por comparar con aquellos inicios en los que hasta hice informes sobre el asunto para el Gobierno Vasco.

Y mientras, llegan nubarrones. La Naval, Fagor CNA, General Electric o Muebles Xey no deben ser industria 4.0. O quizá resulta que las piezas no encajaban en el moderno tablero mundial del reparto de fabricación barata. Que sea industria 4.0 o no a lo mejor da igual, parece que como siempre: costes los mínimos y ganancias las mayores posibles. Es lo quiere todo accionista, nada nuevo bajo el sol. Ya, que no es tan simple. Sí, pero siempre pienso que esto de la industria 4.0 promete, más o menos, lo mismo: bajar costes. ¿De esto iba el asunto? Mira que nos repetimos.

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1 comentario

Industria 4.0: ¿qué mejora supone para las personas? | Consultoría artesana en red 13/12/2017 - 05:31

[…] cada vez más como una obligación y no como una opción. Ya lo hemos argumentado por aquí: o es industria 4.0 o no es. Y ya puestos a mirar en torno a la eficiencia: ¿de dónde proviene? Si preguntáramos a la […]

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