Exceso

by Julen

HK Block H
Un tiempo que es cada vez menos. No tanto porque se acorte sino porque lo queremos hacer más denso. Y no cabe todo. No entra. Empujamos y empujamos. A presión. No hay momento que desperdiciar. Cada instante, una experiencia. No hay descanso. Emoción, intensidad, sentir que vivimos. Panfletos publicitarios. Nos lo hemos creído.

Cultura de sustitución. Detrás siempre hay un nuevo producto esperando. Con las dosis adecuadas de cosmética para que nos entre por los ojos. Directo al corazón. Toda la maquinaria engrasada para que sintamos que lo necesitamos. En lo más profundo de nuestro corazón. No podemos vivir a gusto si no es con él.

Es un exceso que se retroalimenta, un inmenso círculo virtuoso. La rata sigue avanzando para hacer girar la rueda. Inventamos necesidades en un acto colectivo bendecido por el progreso. Las proyectamos hacia delante y corremos en su busca para por fin llegar al mismo sitio. Entonces, claro, hay que continuar. Detener el pedaleo es caer.

Exceso en datos. Exceso en experiencias. En emoción. En producto personalizado. No hay forma de hacerse a un lado. Las fechas de caducidad mandan. Exceso fugaz. Exceso con fecha de defunción. Y cuando llega el momento, acontece la resurrección. Todos sabíamos el final de la película: explotó.

La imagen es de Salva Barbera en Flickr.

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