11- Genestoso-Valle de Lago #OlvidadoTransKtb

Sendero hacia las brañas de Mumián

Punto y aparte para recomendar el alojamiento: Hotel Rural Genestoso. Y lo digo tanto por el lugar como por la familia que lo lleva, con Carlos como referencia. Una delicia haber podido pasar la tarde allí. La comida estaba excelente: un potaje de patatas con berza y fabes acompañado de sus sacramentos, unos escalopines al queso de Genestoso o una tarta de piña. Todo riquísimo. Y la conversación con Benita, la abuela, encantadora. Mientras planchaba allí estábamos departiendo de viejas costumbres que se van perdiendo allí y en todas partes.

El hotel lleva abierto ya veinte años y el toque auténticamente familiar se deja sentir. Al margen de que la casa o las propias habitaciones tengan su encanto, queda claro que algo de magia hay por el lugar. Se ve que la gente repite porque las conversaciones en el pequeño bar eran como las de cualquier familia, solo que en este caso ampliada. En fin, detalles que han hecho la estancia perfecta. Volveremos.

Después de manguear la bici me fijé que no subía la cadena hasta la última corona. Mal asunto en una ruta de desniveles como los que estamos haciendo. Allá que me puse a intentar mejorar el asunto. Y ya podéis imaginar lo que sucedió. Mis habilidades mecánicas tienden a cero. Y mira que me lo he propuesto en más de una ocasión pero debe haber alguna meiga que me ha echado mal de ojo. En resumen, no es que no pudiera subir la la cadena al piñón más grande, es que al final tampoco subía al siguiente.

Mirando alternativas cabía la posibilidad de hacer un gran rodeo en la etapa de hoy para pasar por Villablino, donde había tienda de bicis. Retomaría la ruta en La Peral para hacer los últimos doce kilómetros. El único problema es que hay que subir de nuevo el puerto de Leitariegos pero no como ayer sino desde mucho más abajo. El desnivel es de 850 metros a los que añadir luego la subida al Puerto de Somiedo y los del final de etapa ya por el track «oficial». En fin, que no se diga que nos vamos a arredrar por dos puertecillos de nada.

El día amanece con niebla, tal como terminó ayer. No soy capaz de comer todo lo que me habían dejado para desayunar, no digo más. Y a volver por donde subí: bajada inicial de casi quinientos metros hasta Sorrodiles de Cibea y de ahí a Sonande. Y para arriba. Un primer tramo duro hasta Chabola para salvar cuatrocientos metros en cuatro kilómetros y a partir de ahí una subida muy tendida de diez kilómetros hasta el Puerto de Leitariegos. Todo ello con una niebla considerable.

La vertiente leonesa está despejada y la bajada por carretera a Villablino es para disfrutar. Eso sí, arriba solo hay ocho grados y hace frío en la bajada. Poco antes de las diez ya estaba buscando alguna tienda de bicis. Veo la primera pero está cerrada. Hay un chico esperando que me dice que abren en un momento. También me indica que hay otra tienda un poco más adelante. Pues vale. Me tomo un té para hacer tiempo y voy a la segunda tienda. En un santiamén tengo el cambio perfecto. Ay, Julen, qué torpe eres.

Sigo la carretera hacia el Puerto de Somiedo para bajar luego a La Peral, donde retomaré el track. La subida al puerto se hace dura aunque es muy tendida. Pega viento de frente y la carretera es muy abierta. Arriba paro para tomar algo en un bar. Cinco lugareños se están metiendo droga dura: chorizo, salchichón, queso y cualquier otra chacina que se os ocurra. No entiendo nada de lo que dicen. Es un idioma para iniciados.

Coger el track supone aceptar una buena caminata en subida hasta llegar a las brañas de Mumián. Pero merece la pena. El sendero sube colgado de la ladera con unas vistas espectaculares. Adelanto a una familia con dos chavales que me miran como a un extraterrestre. Ya, no es lugar para pasar con bici, ¿verdad? Es lo que hay. Poco a poco vamos ganando altura y por fin se llega a la zona de las brañas. Otro lugar mágico. Unas cuantas vacas y unas conjunto de edificaciones con su techumbre característica. La niebla hace el resto.

Comienza una bajada bestial por un hayedo para luego tomar un carril que con unos cuantos repechos imposibles nos acaba dejando en Valle de Lago. Al llegar se ve mucha gente que ha venido a caminar. Estamos en pleno Parque Natural de Somiedo y eso son palabras mayores. Mañana seguimos con las crónicas. Por cierto hoy primera etapa en la que superamos los dos mil metros de desnivel acumulado. Alguna más vendrá.