Micromachismos inocentes, ¿o no tanto?

by Julen

Luna creciente. 20-06-2010
No hacer nada en materia de género (esto es, no tomarlo como asunto obligado en la agenda sin que importe en qué ambito) agranda la brecha que separa a mujeres y hombres. Lo he escrito más de una vez en este blog. Y lo seguiré haciendo, me temo. Ahora que a través de diversos asuntos sale a la luz pública el concepto de micromachismo, me permito volver a la carga con un ejemplo que, creo, hace daño (supongo que sin quererlo).

El caso lo extraigo de donde me es más fácil ahora mismo: la bici de montaña (MTB) porque es lo que estoy utilizando para mi investigación en el doctorado. Voy con el ejemplo, muy cercano y para nada baladí, aunque seguro que a quien ha escrito la noticia ni se le habrá pasado por la cabeza. TU Lankide, la revista de la que ya he hablado aquí en más de una ocasión, publicaba el resultado de la última edición de la Orbea Monegros, la marcha que organiza anualmente Orbea y donde se reúne una gran comunidad a su alrededor. Pues bien, este era el titular:

Ibon Zugasti ha sido el más rápido de la Orbea Monegros

Ningún problema, ¿no? Vale, ¿solo corrían hombres?, ¿no había ninguna mujer? ¿No merece la mujer más rápida el mismo tratamiento y salir en el titular? Claro que si leemos el cuerpo de la noticia sí que aparece el nombre de ella. ¿Sonaría extraño que tras la multitudinaria marcha de más 8.000 ciclistas el titular hubiera sido por ejemplo este otro? Porque sí, Sandra Jordà también fue la más rápida.

Sandrá Jordà ha sido la más rápida de la Orbea Monegros

¿Por qué no? Ya, que uno, el hombre, fue más rápido que la otra. ¿Pero eso invalida que compartan titular? Si solo es objeto de titular el hombre entonces sucede que la mujer queda invisibilizada… una vez más. Y quedará ahí porque muchísima gente no leerá la noticia. No sabrá que corrían chicas. No sabrá que ganó Sandra Jordà porque el titular solo fue para él. Que seguro que lo merecería. Pero también ella, ¿no?

Insisto en que habrá quien no vea nada extraño en un titular como el del TU Lankide respecto a qué ciclista fue quien invirtió menos tiempo en la Orbea Monegros. Es evidente que para la inmensa mayoría es inocuo. Pero esto es al fin y al cabo lo que perpetúa la discriminación en cuestión de género. Insignificantes detalles que contribuyen a poner por encima al hombre. Porque la mujer, aunque también pedaleara, aunque también se esforzara por llegar a meta, no recibió el mismo trato. El titular quedó para la posteridad: Sandra Jordà sepultada por un delicado manto de invisibilidad.

La imagen es de azuaje en Flickr.

Actualización.- Casualidad me llega al correo esta jornada organizada recientemente por Mondragon Unibertsitatea: Deporte, medios de comunicación y género.

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2 comentarios

Venan 10/05/2017 - 08:18

Pues he de reconocer que yo no habría caído en que el titular se trataba de un micromachismo. Supongo que deberemos ponernos esas gafas más a menudo o no quitarlas. Hoy precisamente en las cartas al director de El Correo una persona defiende la presencia de «las Manolas» en la Plaza de Toros y lo compara con la de la Txupinera en Aste Nagusia.

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pere losantos 31/12/2017 - 07:37

Julen, siento algo aquí dentro que no acierto a expresar. Con la edad te das cuenta de que todo responde al mismo patrón, no dejar salir a la feminidad (de hombres y mujeres) y potenciar la masculinidad (en algunas mujeres). El cambio climático, las personas migrantes y refugiadas, la destrucción de la biodiversidad, el bullying en la escuela… parece como si la fuerza -que no violencia- característica de los machos mamíferos (y de las hembras en algunas especies) no ha sabido adaptarse evolutivamente en el sapiens compatibilizando la potencia con el amor y el cuidado del prójimo. Siento que los valores de vida que encarna la feminidad sean la solución al problema, pero que debemos pasar una catástrofe como la reducción de la especie a una décima parte para que seamos capaces de hacer este salto evolutivo. El machismo es una rémora de la evolución, la piel de la serpiente que no acertamos a mudar.

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