6- Peratallada – Girona #VoltaGironaMTB

by Julen

Peratallada es de esos pueblos de postal que corren el riesgo de perecer ante la idolatría al turista. Callejuelas empedradas, casonas, replacetas, un castillo o lo que queda de él, todo arremolinado en un espacio reducido donde dejar pasar el tiempo a paso lento. Pero hay otra cara de la moneda. La de perder la vida original para dar paso a otra hasta cierto punto postiza, obligada por lo que el visitante espera. Y así en la típica tienda de artesanía convive el original con la copia y lo auténtico con lo descaradamente vulgar. Esto es lo que hay.

Así pues, callejeamos, que es lo propio aquí. Y admiramos la piedra y también, por cierto, algún que otro ladrillo que afea un pueblo como este. Pero la dejadez es enfermedad extendida y se manifiesta de muy diversas maneras, incluyendo el despropósito arquitectónico. Punto final al modo cascarrabias en este post. Bueno, no del todo.

En el hotel, por fin, llegamos al acuerdo de que podríamos desayunar antes de la hora de comienzo habitual, las nueve de la mañana, horario imposible para un cicloturista que se precie de serlo. Quedó todo en que a las ocho sería buena hora. Un punto para Toña, nuestra anfitriona, preocupada por cómo encontrábamos la nueva habitación que estábamos estrenando. Detalles hay para mejorarla, desde luego. Pero eso es otra historia, la de un bombín y su llave, un espejo por colocar, una lámpara que no va o una puerta de acceso a la habitación que, ejem, esto, cómo decirlo, pues que no, que no encaja de ninguna manera. Pero, insistimos, la atención estupenda y el edificio con sus pequeñas estancias junto a la recepción, encantador. Y eso cuenta lo suyo, vaya si cuenta. A poco que corrija esos pequeños defectos, un lugar espectacular (y esto lo dice el chavalín Alberto).

Cenamos en un restaurante muy coqueto casi enfrente del hotel. Decorado con pinturas que combinaban retrato y otras más abstractas, elegimos una mesa donde al lado, en una repisa, se mostraba una entrañable colección de discos en vinilo, desde Echo and The Bunnymen hasta The Police, Bob Marley o Van Morrison. Cosa fina.

Por la mañana de nuevo día limpio, sin una nube. Y van seis de seis, pleno. Salimos de Peratallada tras comentarle a la dueña la posibilidad de que el hotel fuera bike friendly, ya que nos explica que le están llegando clientes ingleses para hacer rutas en bicicleta por la zona. Ya de pedaleo, enseguida atravesamos campos de cultivo por buenas pistas hasta toparnos con un camino cerrado y un bonito cartel de propiedad privada. Menos mal que un pequeño desvío lo arregla y retomamos el track apenas quinientos metros más adelante. Pals y sus callejuelas de postal esperan.

Hoy hemos decidido continuar de Verano Azul y dejar la etapa en algo más de cincuenta kilómetros. Seguiremos el track hasta Torrent y luego haremos carreteritas hasta Girona dejándonos caer por Monells y Madremanya tras pasar por La Bisbal d’Emporda.

Si Pals es una preciosidad, Monells no le va a la zaga. Además, tenemos la suerte de coger ambos pueblos todavía a hora temprana, sin las hordas de turistas que hoy, Jueves Santo, probablemente los arrasarán. Subimos hasta Madremanya, menos explotado turísticamente por el momento, porque ya se ve una buena obra en la parte alta del pueblo. Allí preguntamos a unos ciclistas locales por la mejor opción para ir hasta Girona. Tras un pequeño conciliábulo, la sentencia es clara: por Els Angels.

Se trata de una tranquila carretera muy frecuentada por ciclistas de carretera que sube hasta algo más de 450 metros de altitud, donde se ubican un santuario y un observatorio astronómico. Diferentes formas de ver el cielo, según parece. La subida es entretenida y la hago al ritmo de Alberto, piano piano. Arriba las vistas son espectaculares: nos sirven para apreciar el recorrido desde Cap de Creus. Vemos Roses, su bahía y buena parte del recorrido hasta Peratallada pasando por Torroella de Montgrí.

Solo queda una bajada de algo más de diez kilómetros hasta Girona, adonde se entra a través de un carril bici bastante concurrido. Localizamos el alojamiento y nos sentamos en una terraza frente al ayuntamiento a comer algo. Son poco más de las dos de la tarde. Como unos señores. Mañana más.

Distancia: 53,02 kms. Tiempo de pedaleo: 3h 35min. Desnivel acumulado: 711m.

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Volta a Girona MTB 2017

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7 – Girona – Calella #VoltaGironaMTB | Consultoría artesana en red 14/04/2017 - 17:24

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