Viento

by Julen

Wind

Se escucha. Intimida porque se sabe con fuerza suficiente como para hacerlo. Enfurece porque sí, sin una razón aparente con la que entenderlo. A cada remolino, más violento. Con cada golpe crece su bravuconería. Sin piedad, está aquí para asustar. Forma parte de la ciclotimia. A la calma sucede la tempestad.

De pequeño lo oía allá fuera. Imaginaba una lucha sin cuartel donde alguien tomaba partido por nosotros y nos defendía. En el fondo lo único bueno, después del miedo, era que siempre ganábamos. Aunque no me podía fiar del todo porque sabía de quien había perdido. Y una derrota contra semejante enemigo parecía conducir al abismo.

Las persianas, las ventanas, los árboles. Un coro que sin ensayo previo componía una canción ensordecedora. Junto a momentos de falso silencio, atronaban luego los timbales de guerra. Crujidos, golpes, algo que retumba y de nuevo el silencio. Hasta el siguiente arrebato. Y yo aguantaba allí dentro, entre las sábanas intentando ganar la batalla con mi imaginación.

Hoy es distinto. Pero no tanto. Aquellos miedos infantiles se han quedado por aquí en algún lado. Siempre fui cobarde. Y acabé por cogerle cariño. Digo a mi cobardía. Cosas de niños.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.