Lo mismo con distinto nombre

by Julen

Impossible
Un juego que parece no tener fin. Un cambio que no lo es. Apariencia diferente, pero la roca, bañada en agua, continúa seca por dentro al partirla en dos. Importa la piel. Importa la membrana. Importa lo que se ve. Por eso tanta insistencia en que parezca que ahora ya no es lo de antes.

Sirven las palabras. Con un ligero toque contemporáneo. El presente impone reglas y se asumen. Pero hay que saber interpretarlas. El éxito no es esconde. Colores, formas, texturas, todo lo que sirva para engañar a los sentidos. Parecería que de verdad ha cambiado. Un oxímoron.

Denominación de origen. Autenticidad cubierta de lugares únicos. Pero ya no lo son, no pueden serlo. La globalización arrasó con la auténtica diferencia. Hace ya tiempo que ejércitos de copistas juegan a la paradoja. Imitar pero no del todo. Imitar como arte de que parezca. Imitar como una forma de hacer lo mismo diferente.

Y no parece que se vean pañuelos de paz. Lo de siempre envuelto en papel de celofán. Lo de siempre con técnicas mucho más depuradas. Directas a estimular nuestras ansias de felicidad. Esas que chocan una y otra vez con la meta. Esas que cuando están cerca del final saben que viven en un juego recursivo. Llegar al final es comenzar de nuevo. Llegar a destino es solo una parada en la ruta hacia lo ya conocido. Con matices.

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