Impaciencia

by Julen

Impatience

Ya. Ahora. Nos han vendido el momento. Ese que desaparece en el preciso instante de llegar a él. Una referencia que se diluye y que incrementa la impaciencia. Todo en aras de una extraña felicidad. Extraña por escurridiza, por imposible. Porque verla es dejar de sentirla.

La escena apunta a un final recursivo. Vuelta al comienzo. Tantas trampas como instantes de victoria. Ganar es conocer la vuelta atrás. Un movimiento sin fin en el que se venden metas, logros y superación personal. Es la forma que adopta el progreso. Medallas de chocolate.

Funciona por doquier. Se instaura la dictadura de lo inmediato. Ya es ya. Una frase del yo padre que nos gobierna. Un sentimiento de urgencia omnipresente. Cultivado a base de pequeñas dosis. En espacios informales, esos que hoy ganan la batalla del aprendizaje. Es la vida misma, nos dicen. Y en ella nadie soporta la espera.

Así que el tiempo se escapa. Da igual que se haya conquistado más y más. En términos absolutos. Porque esos años que se alarga la vida solo sirven para comprimirla repleta de hiperactividad. Nadie espera de ti que tardes. No lo olvides: llegar primero da ventaja. Aunque llegues sola y caigas en la cuenta de que allí no hay sitio para nadie más.

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