Cultura del esfuerzo. Espectáculo del esfuerzo. Quizá en su ausencia. Lo que antes fue hábito hoy es excepción. Y la excepción se magnifica, se proyecta en prime time. El esfuerzo reconvertido en guión, en escenas, en televisión, en vídeo. El esfuerzo youtubizado. El esfuerzo extremo, más allá de la cordura. Solo en aras de reconocimiento público. Un esfuerzo que se vuelve enfermizo. Obsesión. Más allá de lo posible. Nada imposible. Lemas baratos para momentos únicos. Esfuerzo esponsorizado. Esfuerzo recursivo, que vuelve la cara ante el sufrimiento para que reverbere más aún. Tú puedes. Tú lo conseguirás. Eres el producto de tu vídeo. Soy tu ídolo, pero no lo sabías. En la carrera hacia el éxito hay que pagar peaje y extimar. Cuanto más mejor. Cuanto más dolor más fotogénico el momento. Cuanto más, mejor. Hasta ese umbral que, una vez traspasado, te exige seguir corriendo. Porque no hay final. Solo metas que no lo son y esfuerzos para la galería. Mientras, tu sangre hierve y las pulsaciones se disparan. Ellos lo saben. Has ganado. Valía la pena el esfuerzo. Tuviste una muerte digna.
4 comentarios
Jo, pues espero que no sea el epitafio de alguien querido, como todo, llevado al extremo y en un sinsentido, puede llevarte a otro lado. Mejor «rodar suave suave» ….
Cuestión de medir esfuerzos 🙂
Vaya… qué post más inquietante :- O (al menos, a mí me ha parecido así).
Pienso que todo comienza con mero placer… eso pasa a alimentar el lado hedonista… hasta coger tanto peso en la vida, que se convierte en una adicción / compromiso extremo.
La cuestión es… ¿sabremos medir esfuerzos a tiempo sin que suponga la necesidad de un parón – desintoxicación?… No creo que sea tan sencillo. Pero ante todo… salud físico y mental :- )
Hacen falta dosis justas. Y creo que alguien, no sé muy bien cómo ni por qué, ha elevado las cantidades hasta cifras grotescas. Me refiero, claro, a esto del impacto mediático del esfuerzo.