Kirobo Mini, el robot de Toyota

by Julen

KIROBO

Me resulta curiosa la iniciativa de Toyota, que parece que va a comercializar un robot en formato «muñequito» para hacernos compañía mientras conducimos. Sus diez centímetros y que pueda mover manos y pies, lo presentan como un objeto manipulable con el que entretenerse. Pero el caso es que Toyota le asigna el rol de «compañero de comunicaciones» en el coche. «La idea es que pueda ayudar a los conductores como si fuera un pequeño copiloto, desde dar un gritito cuando se produce un frenazo brusco o una curva exagerada a ofrecer conversación si el piloto tiene sueño». Esto se puede leer en Así es Kirobo, el robot copiloto que Toyota lanzará en 2017 por 350 euros, un artículo de El País.

El fondo del asunto es avanzar en la interacción hombre-máquina, nada nuevo bajo el sol, pero sí que el formato de juguete con que se ha diseñado le confiere cierto aire de «no puede ser verdad que este muñequito vaya en serio».

Kirobo Mini es capaz de reconocer expresiones faciales gracias a una cámara interna para identificar el estado de ánimo del propietario, en función del que ajusta su forma de hablar y sus movimientos. Puede comenzar una conversación casual de forma espontánea, recordando anécdotas que se le hayan contado, las preferencias del usuario o información de dispositivos como el vehículo o el hogar, con el que esté conectado mediante la aplicación de móviles. También se conecta con el coche para decir cuántos kilómetros se han recorrido y si queda combustible.

El caso es no sentirse solo al volante y los japoneses, ya se sabe, necesitan muñecos. Porque esto me recuerda el caso de Nagoro, ese pueblo nipón donde ante el éxodo de sus habitantes decidieron colocar «muñecos» (eso sí, a una escala mayor que Kirobo Mini) y resultó que acabó habiendo más muñecos que personas de carne y hueso. Y qué decir de aquella fiebre que hubo con los Tamagotchi. O de esos nuevos mayordomos robotizados que tanto parece que gustan allí.

No sé, quizá sea un tema cultural y allí en Oriente la relación con los robots, sean grandes o pequeños, forma parte de lo íntimo y personal. Yo, la verdad, no me veo hablando con un muñequito de diez centímetros. Bueno, eso creo, pero vete tú a saber lo que acabaremos haciendo cuando los coches cada vez tengan más tecnología para tomar sus propias decisiones. Será un verdadero cambio de paradigma.

De momento yo sigo escuchando Radio 3, que es la forma en que encuentro compañía mientras van pasando los kilómetros. Sí, aquí cada cual con sus rutinas, sean al volante o en el trabajo.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.