Ya lo sabíamos: la banca siempre gana

by Julen

euro
Curiosa la relación que la ciudadanía de a pie mantenemos con la banca. Con el paso del tiempo va mejorando. Paso a paso vamos mutando piel: de ser clientes pasamos a ser, cada vez más, sus trabajadores. Dispuesta una plataforma online, comenzamos a trabajar para ellos. Consultamos y actualizamos saldo, hacemos transferencias o abrimos cuentas. Antes, claro está, todo esto lo hacía la gente que estaba en nómina del banco. Hoy somos tú y yo. Así que a cerrar sucursales, que ya trabajamos desde casa. Todo sea por la eficiencia.

Como el precio del dinero lo han puesto de saldo (a saber por qué), dicen que ahora se abre la veda para cobrar a los clientes porque el simple hecho de que guardar allá nuestros dineros. Lo suyo les cuesta. De ahí que parece lógico que esos servicios haya que cobrarlos. Es una relación adulta, donde si puedo te la clavo. Nada nuevo bajo el sol. La banca siempre gana y esto es un juego donde una parte hace de tonta y la otra de lista.

Por supuesto, si les va mal y rompen el saco de tanta avaricia, no hay problema. Entre todos nos tocará poner bote para sacarlos a flote. Y si no pueden devolvernos lo que les prestamos, pues nada, hoy por ti y mañana por mí. Si el dinero, en el fondo, no hace la felicidad.

Se dice la economía se ha financiarizado. Ya, un verbo que no existe pero que se entiende fácil y tiene su entrada en la wikipedia: ganar dinero mola. Así que a eso reduce todo. O, mejor aún, disponer de él aunque tu cuenta corriente no lo diga, la era del acceso. Porque a fin de cuentas, de prestar va el juego para que luego me devuelvas más de lo que te di. Otra vez, nada nuevo bajo el sol. Todo limpio, sin trampa ni cartón. De esta forma vamos construyendo una relación de curiosa desconfianza con esas cosas llamadas bancos.

Conste que estamos entrampados. No hay forma de salir. Porque dicen que el dinero, el que se toca, va a desaparecer, que va a ser de plástico. Así que alguien nos tiene que dar soporte para hacer transacciones. Vamos, que el dinero, jugando con el símil del almacenamiento de la información, está en la nube. Y nada de que te puedas montar la tuya propia. No, maja, la banca no es tonta. La nube es la nube y a pagar por el alojamiento. Ustedes dirán cuánto es.

Paciencia. A veces se gana y a veces se pierde. Menos los bancos, que se lo montan para ganar siempre. El precio somos tú yo. Y aunque pataleemos con posts que no van a ningún lado como este que escribo, el sistema lo tiene claro. Los mercados -así en plural para impersonalizar más el asunto- gobiernan a quienes se supone que nos gobiernan. Ale, ya dirán, señores de la banca, cuánto se les debe por captarnos como clientes.

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2 comentarios

Alberto 15/09/2016 - 14:55

Interesante reflexión Julen. La banca, estoy de acuerdo con lo que dices, es una de las pocas actividades empresariales que conozco, si no la única, que siempre gana. Ahora con la deriva, buscada o impuesta, que está llevando, yo cada vez me hago más habitualmente dos preguntas:

¿Qué valor me aporta ·»esta banca que se está creando» a mis necesidades de persona de a pie?

¿Hay otras alternativas distintas a la «banca tradicional» que se adapten a mis necesidades?

En relación a la primera cada vez tengo menos claro que valor me aportan (no me ofrecen un rendimiento interesante por mi capital, «exiguo» todo hay que decirlo, y en términos de asesoramiento financiero y servicio dejan mucho que desear.

En relación a la segunda, por suerte, aunque tímidamente comienzan a aparecer nuevos players, que espero crezcan y se consoliden para que tengamos una mayor libertad de elección.

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Julen 18/09/2016 - 09:20

Creo que mucha gente está (estamos) entrampada por una relación «de siempre» con «su banco». A mí me pasa con Laboral Kutxa (antes Caja laboral). Pero creo que debe llegar el día en que miremos a la banca ética y otras propuestas similares y demos el paso al frente para abandonar un sistema que no tiene sentido.

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